Capítulo 3

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Cuando hablaba con ella volaba. Me sentía en una nube, no miraba a mi alrededor, perdía el sentido del tiempo, mis problemas desaparecían... su voz era música para mis oídos, mi música favorita.

Aquel día me había levantado tarde, como al mediodía más o menos. Estaba contento, tenía la casa sola para mí todo el día. Era fabuloso. Cantaba mis canciones favoritas, bailaba, caminaba en bóxer por toda la casa sin preocupaciones. Iba todo genial. En un momento puse una banda de rock que me encantaba. Pink Floyd se llamaba. Era muy vieja para mi generación, pero a mí me encantaba. Era la mejor banda de la historia (Sacando a Queen de la lista, claro.) Y en un momento suena una canción que no había escuchado nunca. "Wish you were here" se llamaba la canción. Me encantaba, era lenta y calma (Que no era lo que más me gustaba.) No la podía dejar de escuchar, creo que la habré escuchado unas 5 veces seguidas. Me estaba volviendo adicto a aquella canción, me encantaba. No me demore en mostrársela a Magali. No esperaba que la conociera ni que le gustara, quizás no le gustaba el rock tan lento. Pero para mi sorpresa le encantaba esa canción al igual que a mí. Me dijo que su tío la sabia tocar en la guitarra, que él se la tocaba para tranquilizarla. Yo le prometí que la iba a aprender a tocarla y que lo iba a hacer para ella.

Esta chica era perfecta. Encajábamos en todo. Cambié mucho por ella, o más bien... por mis sentimientos hacia ella. Me sentía tan completo cuando estaba con ella, cuando hablaba con ella.

Días más tarde llegó a mis oídos que terminó con el novio. Era mi oportunidad, tenía que aprovechar. Habrá terminado con el por mi? Esa era la pregunta que me carcomía la cabeza.

Estaba confiado, fui a hablarle y vi que estaba con Juan. Odié ver eso. Una Magali soltera y un Juan soltero hablando no eran buena combinación. Me sentí terrible por un momento, y ahí fue cuando me di cuenta que había dejado al novio no por mí, sino por Juan. Estaba destrozado por dentro. Di media vuelta y me fui al bufete, lejos de ellos, lejos de mi mayor tortura. Toda la clase estuve pensando en las ganas que tenía de golpear a Juan y de dejarle de hablar a Magali. Me sentí usado, me sentí como si no valiera nada, como si solo fuese uno más para ella, otro juguete.

Sonó el timbre, mis ganas de irme del colegio aumentaban por segundo. No quería estar mas allí. No si iban a estar Magali y Juan siendo felices. Me di cuenta de lo egoísta de mi pensamiento. Lo que mas quería era que Magali sea feliz. Si era conmigo o no era otro tema. Así que intenté dejar de lado estos pensamientos negativos y decidí volver a mi casa en la hora de almuerzo con la excusa que me sentía mal. No era una mentira. Me sentía como si hubieran roto mi corazón.

Estuve pensando en ella todo el día. A la noche mi mente no se callaba, ella no salía de mi cabeza. Al día siguiente me desperté un poquito mas optimista y elegí creer que fue todo un malentendido, que simplemente estaban hablando como 2 amigos comunes que no tenían ganas de salir el uno con el otro, que yo estaba equivocado.

Al sonar el timbre del recreo me quedé esperándola en el final de las escaleras, para que no se vaya con Juan otra vez. Hablamos del tema de "nosotros". Le dije que ahora que estaba soltera podíamos estar juntos, que por fin podíamos amarnos como queríamos ( O por lo menos yo quería). A lo que ella respondio diciendo que iba a quedar muy mal que ni bien corte con un chico se vaya con otro, y yo la entendí. Fui paciente y la esperé, al igual que desde hacía meses.

Mande a arreglar mi guitarra criolla que tenía un agujero en la parte de abajo para aprender a tocar la canción que le había prometido. Y al cabo de una semana ya casi me salía perfecta, realmente estaba orgulloso de mi mismo. Pero quería que sea perfecto. No quería contarle a Magali que la aprendí hasta no hacerlo perfecto.

Pasaron unos días y Magali empezó a desaparecer al mediodía. No me quería contar a donde iba. Me mataba la duda. Hubiera apostado a que se iba con Juan cada mediodía aunque ella lo niegue.

Cambié por ti, mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora