Capítulo 2

50 7 0
                                    

Lo recuerdo perfectamente. El mensaje decía:

-Me caes bien

E hice un chiste diciéndole

-Vos también me caíste bien, pero... quién sos? –Estaba claro que sabía quién era pero para el chiste estaba bien

-Magali. No te acuerdas de mí?

-Magali... me suena... una rubia de ojos claros con pecas en la nariz y de sonrisa muy linda que va a 2°año 4ta división? –Dije intentando ser lo más específico posible. Hablar con chicas era en lo que soy bueno y esta no iba a ser una excepción al resto, tenía que invitarla al cine. Todas esas especificaciones eran un punto a favor, a las chicas les gusta que las miren detalladamente.

-Sí, exactamente esa. Puede ser que me hayas mirado tanto?

-Si y estoy sorprendido de que no te vi antes. Ya van 3 meses de colegio y recién ahora me percato de tu existencia, donde te escondías?

-No lo sé, yo siempre me quedo en la esquina más alejada de la entrada en el patio con mis amigas, quizás por eso no me viste.

-Puede ser. Quizás deberíamos dejar de hablar, no quiero que tu novio se enoje conmigo –Lo dije con 2 fines. Uno era saber si tiene novio o no y el otro era que me pida que sigamos hablando, si no lo hace iba a tener que ir a hablarle en persona si o sí.

-Mi novio no tiene por qué enojarse. –Mierda! Eso significaba que tenía novio, si lo ama no va a ser tan fácil, pensé. -Bueno, mi hermana me está pidiendo que le haga algo de comer, hablamos mañana, en el colegio. Bay

Esa noche me acosté temprano. Unas horas después de aquella despedida hablamos un rato más con Magali pero de cosas sin importancia, de pavadas. Lo que reí esa noche hablando con ella no tiene nombre. Era muy carismática, no era la más hermosa de cara pero tenía algo especial que hacía que no me fije en su cuerpo ni en su rostro. Su personalidad. Nunca me había pasado algo parecido, esta chica era especial, yo lo tenía muy claro. El solo pensar en ella me hacía elevarme fuera de la estratosfera y dejar de pensar en todos mis problemas, esta chica me hacía entrar en trance más o menos.

Ya era el día siguiente y estaba ansioso de verla, a la entrada no la vi, pero en el recreo fui a buscarla a aquella esquina donde dijo que pasaba el recreo. La miré y le hice gesto para preguntarle si quería ir a caminar a lo que ella respondió con una sonrisa y acercándose a mí. Hablamos mucho, demasiado quizás, hablamos tanto que perdimos la noción del tiempo y entramos tarde a clases. Durante la clase no paré de pensar en ella y en un momento sentí mi celular vibrar. Eran 5 chicas distintas, todas enojadas porque ayer me conecté y no les contesté. Al parecer Magali al apoderarse de mis pensamientos hizo que no les contestara, solo hablé con ella esa noche.

Y ya pasaron dos semanas desde que la conocí, nos volvimos muy cercanos, recién en ese momento me di cuenta que me gustaba realmente. No sabía que me alarmaba más. Si el hecho de que dejé de hablarle a la mayoría de las chicas o el hecho de que estaba enamorado. Supongo que me alarmaba más el estar enamorado. Que yo recuerde nunca me enamoré tan profundamente, esta chica era la primera en adueñarse de mi corazón. Ella era genial, era la mejor, la amaba. Amaba todo de ella, no sé cómo explicar lo que sentía. Nunca te paso que te enamoras de alguien y al estar con esa personita todos tus problemas salen de tu mente? Bueno, así me sentía yo con Magali.

En una de todas nuestras conversaciones se me escapó un "te amo" y ella respondió de la misma manera. Creí que me iba a agarrar un paro al corazón al ver ese mensaje. ELLA ME AMABA! El único problema era que tenía novio. Me temblaba el pulso, y por primera vez en años que me puse nervioso al hablar con una chica, nunca había vivido algo parecido. Me sentía como si estuviera flotando, sin importar mí alrededor.

Pasaron las semanas y ella me contaba lo mal que estaba con el novio, al parecer era un idiota, ni siquiera le hablaba cuando se cruzaban en el pasillo. Me caía muy mal, tenía cara de tontito y no era lo único que tenía de tonto. Empecé a acompañar a Magali a la parada de colectivo todos los lunes, ya que era el único día que ella salía al mediodía. Más de una vez le dije "te amo" al despedirme y ella simplemente se sonrojó. Por un lado la entendía. "No me puede decir te amo porque tiene novio" pensaba y al parecer era así. Quizás le incomodaba el hecho de que se lo dijera, pero a mí no me importaba, yo quería que lo sepa de todas las formas posibles.

Y pasaron los días de lunes a viernes, todos los recreos inseparables. Para esta altura ya la conocía tanto como a mí. A veces la miraba y empezaba a reír porque sabía exactamente lo que estaba pensando al ver a su archienemiga. La odiaba con toda su alma, creo que era la única persona a la cual detestaba. A veces compartíamos chupetines o más bien me lo sacaba de la boca y se lo metía en la suya y después yo se lo robaba y así sucesivamente.

La pasaba genial con ella, con el tiempo la fui conociendo cada vez más hasta el punto en el que la conocía tanto como ella a mí. Según ella yo era gracioso, y no sé si será cierto pero sé que mi meta diaria de cada día era hacerla sonreír y a veces alegrarle el día con una sorpresa que otra.

Y llego el día. Día en el que fui al patio del colegio y la vi hablando con un chico más grande. Lo conocía, Juan se llamaba, no lo conocía personalmente, solo escuche a algunos compañeros hablar de él. Los vi juntos hablando y me sentía raro... que era esto que estaba sintiendo? Acaso yo estaba celoso? YO? Esto no podía pasar. Yo, Nicolás Parks celoso? Era demasiado raro. Y fue ese el momento en el que me di cuenta de lo tanto que había cambiado por Magali. De a poco fui dejando de hablarles a las chicas, dejé de salir con amigos a pedir números por la calle a alguna que otra cola que nos crucemos, deje de besar a cualquiera que se me pasaba por en frente. Los estudios empezaron a importarme cada vez menos, y todo por esta estúpida chica de cabello largo y rubio.

Me acerqué a ellos, el chico me miró con mala cara cuando fui a saludarla con un beso en el cachete. Le pregunte si quería ir a caminar y ella miro culposa a Juan pero en seguida nos fuimos caminando de la mano. Le pregunté quién era ese chico, a lo que respondió que era un amigo con el cual no hablaba hace mucho tiempo. Por dentro estaba furioso, quería que dejen de hablarse, no lo soportaba, estaba celosísimo. Nunca me había sentido así. Lo odiaba, no lo quería para Magali, ya había escuchado varias cosas acerca de el que no eran demasiado buenas que digamos. Pero de todas formas no le iba a prohibir hablar con él, yo ya sabía que no importa lo que le diga iban a seguir hablando, la conocía mucho. Así que cerré la boca y no le dije nada a Magali acerca de lo que pensaba de su amistad con aquel. Preferí ser paciente y esperar a que termine con el novio. Solo era cuestión de tiempo, o eso creí...

Cambié por ti, mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora