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Y eso soy...
Otra víctima de sus encantos
Otra persona que cuando al fin se liberó de sus garras de miel, se dio cuenta que le habían roto el corazón. Y no podía repararlo con nada.
Algo muy dentro de ella, le decía que lo único que podría curarla serían esa garras dulces que tanto dolor le causaron.
Ella se despertó
Y lloró. Lloró por que sabía que esas lágrimas que derramaba podían apaciguar el dolor que sentía por dentro. Ese dolor que era tan palpable y superficial, que se sentía como una llamarada consumiendo su carne viva y transformándola a cenizas.
Cenizas que nadie es capaz de recoger, que nadie quiere reconstruir. Y sus cenizas se quedaron ahí, con su corazón y sus llantos grabados en ese polvo grisáceo.

♡Cartas al Universo♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora