— ¿Qué es eso? —. Preguntó Otabek mientras miraba al rubio.
— ¿Qué? ¿No ves? Es mi disfraz.
Yuri se miró por cuarta vez al espejo, vuelve a plegarse la ropa y sonríe convencido.
— Dije que usaras algo no tan llamativo.
Otabek no lucía tan convencido.
— Pero se me ve bien ¿No?
El pelinegro ladeó la vista y caminó hacia la salida.
No estaba acostumbrado a usar otros vehículos y menos si él no conducía, pero aceptó subir a la limusina del rubio.
Al poco tiempo ambos estaban corriendo hacia las tiendas, Yuri era el más emocionado, agarraba la mano del pelinegro y tiraba de él metiéndolo en todos lados.
Otabek cargaba todas las bolsas.
— ¿Por qué siempre vistes de negro? —. Preguntó en medio del patio de comidas, bebiendo de la soda.
Otabek lo miró y levantó una ceja.
— Es cómodo, no te preocupas por... Bueno, por todo.
— Pero parece que siempre estas en un velorio.
Otabek se rió suavemente, Yuri lo igualó.
— Ya sé, igual podemos ver algo para ti mientras vamos a las otras tiendas.
— ¿Sabes que no es necesario comprar todo el centro comercial?
Yuri suspiró tomando su muñeca y dejando ambos vasos a medio beber.
Así estuvieron ambos comprando toda la tarde, Yuri golpeó suave el camerino.
— Hey Beka ¿Estás bien?
Se escuchó otro ruido.
— No creo que esto sea para mi.
Yuri entró junto a él.
Lo admiró.
— Deberías usar más blanco —. Se acercó y le arregló el cuello de aquella camisa, poniéndose de puntillas.
Pareció examinarlo y volvió a salir, al instante volvió con una bufanda negra y la envolvió a su cuello.
Otabek también se miró en el espejo de la esquina y levantó los hombros.
— Deberíamos ir a comprar suspensores negros, se nos verían bien.
Otabek suspiró.
— Voy a cambiarme ¿Vas a salir?
— Noup —. Respondió tomando asiento dentro de aquel espacio pequeño sobre una banca de madera.
— ¿Y esperas que te baile o algo así? —. Rió suave mientras desenvolvía la bufanda y se quitaba la chaqueta.
Luego sin mirar al rubio se desató la camisa mirando al espejo.
Botón por botón hasta que cayó por sus hombros y la dejó doblada sobre la banca.
Otabek se rió por la cara que tenía el menor, la ignoró y se colocó su camisa negra.
— ¿Qué comes? ¿Metal? ¿Cómo puedes tener tantos cuadrados?
— Vamos plano, tenemos que llegar luego.
Apenas Yuri se quedó sólo se levantó la polera.
Nada, una planicie blanca casi cegadora.
Otabek volvió a entrar, las cortinas azules pasaron por sus costados.
— Estás bien así, acaban de llamar, tu abuelo vuelve mañana.
— ¿Qué?
— Ya sé que no nos llevamos muy bien, pero ya está terminando.
Yuri se miró en el espejo, ambos estaban ahí, sentados, su cabeza no estaba pensando con claridad.
— ¿Qué harás tú?
— Seguir trabajando niño listo, no compran cosas para mi todos los días.
— ¿Te iras?
Otabek se dio cuenta hacia donde iba aquella charla.
— También voy a extrañarte —. Le revolvió el cabello.
— No entiendes... Quiero —. Titubeó un instante, tomando la ropa de sus pantalones. — Quiero hacerlo.
— ¿Hacer qué?
Yuri no respondió, se acercó rápido hasta él, y antes que el mayor pudiese reaccionar, lo besó.
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Mafia Rusa [Yuri x Otabek] Au!
FanficQuien dijo que un 12 era el final de la historia. Yuri plisetsky no a tenido mala vida, si de gustos se hablara los tiene a su alcance, de todo lo que a querido lo a tenido, o bueno, más o menos. Es que el hermoso cristal rubio es nieto del mafioso...