Capítulo 2.

283 13 0
                                    

Esa horrible sensación que tienes cuando todos te ven al caminar por los pasillos, me sucedió hoy. Es extraño que nadie me hayan dicho algo ofensivo.

Pero para mi eso es más que normal, lo que siempre hago es bajar la cabeza, cruzar los brazos sosteniendo mis libros de álgebra y caminar rápido. Que genial plan, ¿No?

Seguí caminando un poco más rápido de lo inusual, ya que estaba asustada del comportamiento de las personas, pensaba que ellos planeaban hacerme algo, pero no me fije bien y tropeze con un chico mucho mayor que yo, era alto, corpulento, de ojos grises sumamente hermosos y de cabello alborotado pero se le ve excelente.

—Oh. ¡Disculpame, no me fije!.

MIERDA MIERDA MIERDA, me esta hablando un chico sexy mucho mayor que yo.

—N...  no fue nad...  nada, siempre me sucede. —exclamó tartamudiando mientras me agachó y recojo los libros.

Él se agachó y me empezó a ayudar.

—Todo es mi culpa. —oh Dios mio me esta hablando y nunca, NUNCA, me había hablado un chico. ¡Hoy me cae un rayo de seguro!

—No, descuida no me estaba fijando por donde caminaba. —siempre me tiene que pasar lo peor a mi.

Mientras recogimos los libros del piso, su mano rozó la mía, nos miramos a la cara el uno al otro y pude observar sus hermosos ojos. El miraba mi rostro con una sensación que no se describir, su cara bien definida estaba brillante, no puedo imaginar lo mal que me veo. Fue algo fenomenal, el verlo me producía una sonrisa de oreja a oreja y siento unas cuantas cosquillitas en el vientre.

Que hermosa cara tienes. ¿Y como te llamas?. —Él me sonrio. Jesus.

—Miley. —dije en un susurró, con la misma sonrisa. —¿Y tú?. —Dije mientras agarraba sus libros.

—¡Aquí tienes tus libros! Mi nombre es Christopher, Christopher Hart. —mayor y con un hermoso nombre. ¿Estoy en un sueño? Que alguien me explique...

—Que hermoso nombre. —sonrió.

—Bueno tal vez nos podamos ver luego... —Dijo sin quitar esa sonrisa hermosa.

—O-Oh, ok-okay. Hasta luego. —mierda tartamudeo más, pero que  importa, dijo que luego nos vemos.

No pude evitar verlo irse, me fui caminando hasta el salón de clases. Mi sonrisa no ha desaparecido aún.  Tenia mucho que contarle a Diana.

Ingrese a la clase he inmediatamente Diana noto mi sonrisa.

—¿Porque sonríes tanto? Ya cuéntame. —ella siempre quiere saber todo.

—Tengo mucho que contarte. ¿En la tarde podre ir contigo a tu casa?

—Por supuesto. ¡Siempre eres bienvenida! —sonrió.

—¡Okay!

Después del tropiezo, mi día fue igual que todos, pase todo el día en clase de álgebra y matemáticas. En el resto del día no vi más a Christopher. Eran las 14:58p.m. y ya había salido de mi última lección, espera a Diana que también ya salió.

—¿Nos vamos May? —me pregunto Diana mientras se acercaba a mi.

—¡Si, vamos ya!.

De camina a su casa, ella me iba contando lo bueno que fue su día. Yo no quise decir nada aún.

Ya estábamos llegando...

—¡Pasa! Sabes que es tu casa. —dijo sonriendo.

—Gracias... —respondí.

—Ahora si... ¡Dime! ¿Porque estabas tan contenta? ¿Es por un chico? ¿O algo diferente?  No estabas con ese humor al llegar al la prepa —dijo mientras nos sentábamos en el sofá, le salió tan explícitamente, aveces me sorprende su interés en saber todo.

—Bueno, ¿Conoces a Christopher Hart? —exclamé feliz.

—Si, el mayor de ojos grises. ¡El está como quiere! —me responde mordiéndose el labio.

—Si —suspire— Hoy en la mañana me tropecé con el y tiró accidentalmente mis libros...

—Ah. —me miro confusa — ¿Y eso es bueno? —no me captó, siempre le doy muchas explicaciones para que entienda o no me explique.

—¡¡¡Si!!! Es más que bueno. Él me dijo que era muy linda y que quería que nos viéramos luego. ¡Es genial!

—Aaaaaaaah. —chilló Diana. —Le gustas May, ¡Aaa! ¿Que le dijiste?

—Dios, como se pone esta chica, realmente me sorprende.

—Que ok. ¡Solo eso!

—Estúpida de mierda, como solo le dijiste eso... —dijo rodando los ojos.

—¡Oye! —dije riendo. —No sabia que decie, nunca antes había sucedido algo así.

—Bueno, al menos hay posibilidades de algo. —murmura con una intensión de doble sentido.

Después de haber hablado. Diana compro una pizza vegetariana y una ensalada Hawaiana y nos pasamos toda la tarde viendo CSI: New York, es tan buena esa serie...

Una tarde con tu  única amiga con comida y Coca Cola, es lo mejor.

—¡Tengo mucha suerte de tenerte!

—le dije sonriendo, ella sonrió y me miró.

—Yo tengo suerte de tenerte.

Just A Story - Miley CyrusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora