4. Capitulo

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No me lo creía, mi madre, mi propia madre. Tiene cancer, y puede que me abandone para siempre como hizo mi padre con nosotras. Pero esto es diferente. Desaparecera del mundo y no le podré decir que me ocurre o cuando estoy enferma que pase todo el día en la cama metida conmigo. 

Mi tía se ha desmañado y mi padrastro esta ayudandola a levantarse mientras le caen unas lagrimas por la cara. Me enfado me enfado con el mundo y salgo lo más rapido que puedo de esa maldita casa.  Paso por una pizzería y veo que hay unos chavales de mi curso, pero me la suda y sigo adelante asta llegar a mi tranquilo banco. Paso ahí como 15 minutos hasta que de la nada me viene un humo de un cigarrillo. Me giro rapidamente y justo era la persona que menos me esperaba. Era el chaval de antes. Se coje otra calada y mientras la echa me dice:

- No sabía que tenías tantos deseos de verme de nuevo!- Se empieza a reir y yo ni siquiera le miro ala cara.
Empiezo a recoger mis cosas para irme pero cuando me levanto noto que alguien me a agarrado del brazo. Me giro bruscamente y sin querer estabamos a dos centimetros de distancia nuestras caras. Oía su respiración y olía su cigarro de menta. No se porque me sentí tan tranquila en sus brazos que se me cayeron las cosas pero no hicimos ni caso, seguimos así, los dos con los ojos cerrados, tan cerca que parecía que nos íbamos a besar. De repente noto un humo que entra por mi nariz y por mi boca. Me a entrado placer en ese momento y no sé porqué. Lentamente nos vamos separando y nos quedamos sentados en mi banco. Nuestro banco.
Estamos agarrados de la mano. Hace bastante frío por lo cual estamos pegados. Miro la hora y ya son las 4 de la mañana. Le digo al oído:

- Es bastante tarde, me tendría que ir.

- Mañana quedamos mejor aquí a las 10 de la noche?- me mira con los mofletes rojos por el frío.

Asiento con la cabeza mientras me voy levantando y cuando me tengo que ir de nuevo me agarra bruscamente y de repente nuestros labios se han juntado y no se pueden separar.

Porque no me llamas amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora