Capítulo : Hora de despertar

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Narra Tini

Todo había acabado. Ya era hora de irse.

La magia de los parques se había terminado y los días de largas caminatas pasando rápido por las interminables charlas, las subidas y bajadas súbitas, el esplendor de los fuegos pirotécnicos y las relajantes reuniones nocturnas en la piscina después del calor sofocante, todo ya era cosa del pasado.

Me aferraba a todos esos recuerdos que siempre quedarían en mi memoria como el mejor verano de toda mi vida, pero todo lo bueno se acaba y era obvio que esto acabaría , la escuela llegaría y todo lo que parecía ser perfecto e interminable se desvanecería.

Ese día por la mañana después de una malanoche en la que se incluía una pijamada, se había vuelto difícil despertar temprano con mucho ánimo, hasta para Abigail.

Pero si había algo que me gustara igual o más que dormir era comprar así que todo el esfuerzo lo valió cuando llegamos a los centros comerciales y disfrutamos del dinero que tanto sacrificio y vergüenza nos había costado. Hoy también parecía que alguien hubiese adelantado las horas y el tiempo no nos alcanzó para mucho.

Me costó mucho dejar el hotel, porque recordaba la primera vez que entré, estaba maravillada, no podía creer que todo lo que veía en las imágenes en la casa estuviera en frente mío.

Ahora me encontraba en el avión directo a casa. Siete de la noche y Orlando se negaba a obscurecer. Miraba todo a través de la ventana y lo recordaba con nostalgia. Quería tener una última imagen en mi cabeza de aquel lugar mágico, que tan rápido como vino, también se fue.

-Abróchense los cinturones y mantenga sus asientos en posición vertical. Preste atención a las indicaciones sobre los procedimientos que se deben tomar en caso de emergencia. Nos preparamos para despegar- Mis ojos seguían fijos en la ventana. Empecé a sentir la sensación típica cuando despegas, algo indescriptible. Mientras ascendía todo se veía más pequeño, el castillo, el árbol de la vida y las divertidas montañas rusas apenas eran reconocibles para mis ojos.

Cuando todo lo que tenía disponible en mi visión fueron nubes decidí que no era mala idea recuperar las horas de sueño. Tomé la manta y mi almohada, Abi me hizo una señal para que pusiera mi cabeza en sus piernas y eso fue lo que hice, ventajosamente el asiento de en medio estaba vacío. Me hice bolita y me cobijé para después quedarme profundamente dormida.

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Algo que siempre me había molestado o lo que no me gustaba de llegar a mi destino era cuando salías al exterior y siempre había alguien con letreros o flores esperando y aun cuando era consciente de que no eran para mí, siempre me aseguraba de ver que todos los minis letreros no decían mi nombre o que ninguna de las personas que sostenían flores y globos fuera alguien conocido. Pero me sorprendió y alegró gratamente ver a mi mamá y la abuela con muchos globos y sosteniendo un letrero que decía: ¡Bienvenidos a casa! Sentí la necesidad de ir corriendo a abrazar a mamá aun así con las enormes maletas no dude en hacerlo.

-Hola hija- fue lo único que dijo mi madre para no estallar en un mar de lágrimas mientras me sostenía en sus brazos, después sentí otros brazos alrededor mío y supuse que era Abi. Ahí las tres inmóviles sintiendo ese abrazo parecía ser un momento perfecto, nada hacía falta, o bueno alguien sí.

Después de los largos segundos de abrazos fui también donde mi abuela y repetí el proceso anterior y así lo hicieron todos, mi abue nos dio un globo a cada uno y nos dijo que nos esperaba una rica cena al estilo juvenil en su casa. Jorge y las gemelas dijeron que ya habían venido por ellos pero no sabían si irían, de todos modos mi madre no desaprovechó la oportunidad de agradecerle por todo y por traernos sanas y salvas.

Boston Love (Jortini)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora