9.La cita 1/2

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Elsa llevaba alrededor de diez minutos caminando en círculos fuera de la habitación de su hermana, quería que ella la ayudara con su cita pero no tenia ni idea de como pedírselo, se imagino diciéndoselo de mil formas diferentes y en todas Anna terminaba riéndose de ella o echándola de su habitación, así que solo seguía parada frente a la puerta porque no quería darse por vencida aun, había estado intentando arreglárselas sola durante dos horas y al final se sentó en la cama frustrada porque no tenia ni idea de como ir a una cita y mucho menos con la pelirroja y ahora estaba ahí frente a la puerta.

  –Oh Elsa! – dijo Anna asombrada al ver a su hermana frente a ella – ¿Que ocurre?– Anna recordaba que la única vez que su hermana la había buscado era para decirle que sus padres habían muerto, así que esperaba lo peor

  – Na-Nada e-es solo que... mmm quería que me ayudaras con algo– ELsa intento sonreirle a su hermana pero estaba bastante nerviosa, la otra en cambio se encontraba bastante sorprendida.

  –mmm ¿quieres que Yo te ayude a Ti con algo? 

  –Si, si no estas ocupada– Elsa sentía su cara roja de vergüenza no estaba acostumbrada a pedirle ayuda a nadie, pero en esta oportunidad era necesario, y  su hermana parecía aparentemente contenta de ayudarle, lo noto por la gran sonrisa que puso cuando Elsa se lo dijo

  –Y que necesitas que haga por ti? –Anna tenia el presentimiento de que su hermana iba a pedirle algo de la empresa, porque siempre le pedía cosas de ese tipo y aunque solo fuese para eso, Anna estaba feliz de hablar con su hermana.

  –Bueno... Tengo una cita y... –Elsa ni siquiera termino de hablar cuando su hermana ya estaba sobre ella gritando y abrazándola, Anna estaba feliz deque su hermana confiara en ella para ese tipo de cosas

–No digas mas no hay tiempo que perder.

***

Merida llego a su apartamento con el pelinegro dispuesta a preparar todo para su cita de esta noche, pero le era bastante difícil con el pelinegro en su casa, a ella le agradaba un poco solo cuando no estaba intentando acostarse con ella, así que se sentó en la mesa de la cocina, no tenia ni idea de a donde llevaría a Elsa, pero tenia que ser un lugar genial y que le mostrara que es ser joven y divertirse, desde luego recordó un lugar en Arendelle que había visitado con el pelinegro en sus primeras semanas ahí y no dudo en que seria ese un lugar genial para llevar a la reina.

  –¿Que planeas Mérida? – Pregunto el pelinegro aparentemente interesado

  –Tengo una cita mi querido Macintosh una muy importante

  – Desde cuando tus citas son importantes  

  –Desde que esta chica acepto salir conmigo– Respondió la pelirroja con una sonrisa triunfan  

  –Si tu madre se entera que estas saliendo con chicas va a matarte– dijo el pelinegro intentando disuadir a su amiga, esta se levanto y se acerco por detrás del pelinegro susurrando en su oído

  –Llevo toda mi vida saliendo con chicas, y metiendo las al castillo y mi madre jamas se ha enterado, si se enterara ahora solo habría un culpable... Y sabes lo que le hago a los que me traicionan –Mérida le mordió una oreja al pelinegro y se alejo riendo.

El quedo en la silla inmóvil, sabia que no podía traicionarla ni aunque lo quisiera, y aunque sus padres los obligaran a casarse, Macintosh había dejado de ver a Mérida como su esposa hace tiempo, cuando la encontró con una chica en una chica en un café muy escondido de escocia, y se peleo a golpes con ella cuando intento convencerla  de que estaba mal, y luego de un tiempo lo acepto, acepto que ellos tenían los mismos gustos, y aunque en a veces quería llevársela a la cama, solo la miraba como una buena amiga y en ocasiones como una rival.

***

Anna había vestido a su hermana, había hecho todo lo posible para encontrar un pantalón ajustado en su closet, era uno negro muy lindo, le había puesto botas de tacón, ya que todos los zapatos de Elsa eran altos, y una blusa blanca al final seguía viéndose como para una reunión, pero también se veía joven, de su edad como una chica alegre y no amargada, Anna jamas le pregunto con quien saldría, si pregunto a donde pero eso ni siquiera Elsa lo sabia, lo que le molesto un poco fue que su hermana asumió por si sola y desde el principio que ella saldría con un chico, y le dio un millar de consejos para que el chico se sintiera cómodo con ella, para que no se aburriera, para que quisiera besarle y en definitiva el mas importante para que volviera a invitarla a salir, en ese justo momento Elsa recordó que fue ella la que invito a salir a merida pero no quiso decirle eso a su hermana, también intentaba recordarse que no todos esos consejos podía usarlos con Mérida porque era una chica. pero realmente le gustaba pasar tiempo con su hermana

 –¿Como es el?– había preguntado su hermana cuando entro a la habitación, Elsa se quedo en blanco y trato de pensar en Mérida como un chico, en realidad no le gustaba Mérida siendo chico.

  –Es alto, pelirrojo, sus ojos son azules, tiene algunas pecas en las mejillas, es odioso, molesto, arrogante–y mientras decía todo eso solo podía imaginarse una de sus tantas peleas con Mérida y su sonrisa arrogante, así que ella también sonreía

  –Te gusta?! –Exclamo Anna muy contenta

  –Por supuesto que no–Elsa no sabia como era que alguien te gustara y tenia miedo de que le gustara la pelirroja.

  – Tienes que ser amable con el. y si tu corazón se acelera cuando estas junto a el es el indicado, si quiere tomar tu mano déjalo no seas odiosa, pero si tienes miedo de besarle lo entenderé es tu primer beso así que no lo apresures 

Elsa recordaba muy bien todo lo que le había dicho su hermana mientras iba en camino al departamento de Mérida, le había enviado un mensaje antes de salir así que no seria problema, cuando llego pudo visualizar al pelinegro que siempre acompañaba a Mérida y saliendo detrás de el la pelirroja con el cabello alborotado, unos pantalones negros rotos en la rodilla, unas botas bajas nada parecidas a las de Elsa con un dobles que mostraba la tela escocesa que Mérida nunca desamparaba, llevaba una camiseta blanca y Elsa sonrió al notar que se habían vestido igual, aunque ella parecía una reina y Mérida tenia un atuendo mas hostil, también llevaba una chaqueta de cuero negro, se despidió del pelinegro chocando los puños y camino hasta el auto de Elsa, ella se paso al asiento del copiloto y dejo el puesto del chófer libre para que Mérida lo usara.

La pelirroja sonrió en cuanto subió al coche, cerro la puerta y se inclino sobre Elsa para darle un beso en la mejilla, la rubia se sonrojo y dio gracias por no haber olvidado sus guantes

  –¿A donde iremos?  – pregunto Elsa

  – a un lugar genial que conocí y que seguramente odiaras pero no importa – Elsa intento sonreír a la respuesta de Mérida pero no lo logro estaba empezando a creer que sonreír no era lo suyo

  Este capitulo va dedicado a  

Como Fuego y Hielo ❄ [Elsa y Merida]  [yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora