Capitulo X

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Aunque Harry la ayudaba a tratar de mantenerse tranquilos y llevarse bien al parecer Ron no accedía, lo que no haría Hermione era darle gusto a pelear así que se fue a la cama con una gran cólera, y Ron se abalanzó hacia el dormitorio de los hombres, después de maldecir a varios alumnos asustados de primer año por mirarlo.

Y con esa actitud desafiante siguió por varias noches.

Sin embargo el día del Partido, Hermione, quién se había cansado del reciente comportamiento desagradable de Ron, al grado de no bajar a desayunar con ellos, se detuvo un momento en su camino hacia la mesa.

-. ¿Cómo se sienten? -. Preguntó tentativamente, mirando hacia la parte posterior de la cabeza de Ron.

-. Bien -. Dijo Harry, que estaba concentrado en pasarle a Ron un vaso de jugo de calabaza. -. Ahí tienes Ron. Tómatelo -.

Ron apenas había llevado el vaso hacia sus labios cuando Hermione habló cortantemente.

-. ¡No tomes eso Ron! -.

Tanto Harry como Ron se voltearon para verla.

-. ¿Por qué no? -. Dijo Ron.

Hermione estaba mirando hacia Harry, como si no pudiera creer lo que veía.

-. Tú acabas de poner algo en esa bebida -.

-. ¿Disculpa? -. Dijo Harry.

-. ¡Me escuchaste! Te vi. Acabas de poner algo en la bebida de Ron. ¡Tienes la botella en tu mano en este momento! -.

-. No sé de lo que estás hablándome -. Dijo Harry llevando la pequeña botella precipitadamente a su bolsillo.

-. Ron, te advierto, ¡No tomes eso! -. Dijo Hermione nuevamente, alarmada, pero Ron levantó el vaso, se lo tomó de un solo trago.

-. Deja de mandarme, Hermione -. Hermione se veía escandalizada.

Se agachó hacia Harry de manera que sólo él pudiera escucharla.

-. Deberías ser expulsado por eso. ¡Nunca lo habría creído de ti, Harry! -.

-. Mira quien habla -. Le susurró él. -. ¿Alguien está confundido últimamente? -. Se levantó de la mesa y se alejó de ellos.

El partido fue un éxito haciendo lucir a Ron.

La atmósfera en los vestidores era de júbilo.

Ron y Harry eran los últimos dos en los vestidores.

Estaban a punto de irse cuando entró Hermione.

Estaba torciendo su bufanda de Gryffindor en sus manos y se veía molesta pero determinada.

-. Quiero hablar contigo, Harry -. Tomó aire. -. No debiste haberlo hecho. Escuchaste a Slughorn, es ilegal -.

-. ¿Qué vas a hacer, nos vas a entregar? -. Demandó Ron.

-. ¿De qué estás hablando? -. Preguntó Harry yendo a colgar su túnica para que no lo viera sonreír.

-. ¡Tú sabes perfectamente bien de qué estoy hablando! -. Dijo Hermione agudamente. -. ¡Tú agregaste al jugo de Ron la poción de la suerte en el desayuno! ¡Felix Felicis! -.

-. No, no lo hice -. Dijo Harry, volteando de nuevo para verlos a ambos.

-. ¡Sí lo hiciste Harry, y eso por eso que todo salió bien, había jugadores de Slytherin que faltaron y Ron paró casi todas! -.

-. ¡Yo no la puse! -. Dijo Harry, sonriendo abiertamente.

Metió su mano dentro del bolso de su chaqueta y sacó la pequeña botella que Hermione había visto en su mano esa mañana.

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