"Los extraños están viniendo"
"Los extraños llegaron"Feb, 21.09
La noche era ideal, en su piel mestiza sentía con cierto vértigo, la calidez del viento de aquellos veranos placenteros que le habían inventado y que se colaban por la escotadura de la ventana entreabierta de su coche.
Todos vestían de gala, y ella no era la excepción. Había escogido un vestido negro con mesura para pronunciar su silueta y además distraer cualquier tipo de incertidumbre que generara allí su presencia.
En ese último tiempo todo había cambiado en forma vertiginosa, pero ellos no lo sabían, era su responsabilidad avisarles, antes de que tuvieran que lamentar más pérdidas.
Delante de ella acababa de estacionar su presuntuoso auto gris, la máxima autoridad de la ciudad, el gobernador Matteu, acompañado por su esposa, que fiel a sus instintos, se mantenía a su lado buscando menguar su violencia, que solía emerger como fiera desatada, en eventos sociales.Esperó con sigilo a que ellos ingresaran a la fiesta, salió de su automóvil y se mezcló cautelosa entre la gente.
Todos estaban allí aunque paradójicamente ellos faltaban, había planificado todo para poder acercárseles, su rostro se endureció, frunció el ceño, algo no estaba bien, nada era casualidad, mucho menos su ausencia. Siguió caminando entre la gente, se sintió observada, su cabello rizado y su boca dibujada llamaban la atención hasta que por fin vió al mozo sirviendo al centenar de personas que conmemoraban los 100 años de la compañía, era él. Comenzó a seguirlo pero caminaba veloz, hasta que se desapareció entre la multitud.–Hola, hola... —carraspeó e impostó su voz golpeando el micrófono con un dedo—Perdón siempre pasa lo mismo con los micrófonos —Sonrió falsamente mientras todos se acomodaron para verlo en el refinado salón—Hoy se cumplen 100 años de una empresa que mis antepasados construyeron desde la nada...— continuó hablando.
A ella no le importaba lo que Marco Tezanti tenía para decir, estaba allí por otra cosa.
Sintió sobre su mano, otra, y sobre ésta, una servilleta con una nota que decía: "atrás del salón".
Vio cómo el mozo se alejaba, era el mismo que se había cruzado previamente.
Se dirigió hacia el lugar y entre la prisa pisó el vestido de una rubia con mala actitud.
–Disculpa— expresó mientras ponía la mano sobre su hombro.
– Me pisaste el vestido –bufó la rubia de mala manera, irritada, como si lo que había echo le hubiera arruinado su noche.
–¡Jazmín!–la reconoció, no la dejó finalizar, sus ojos brillaban (verla de nuevo era extraño), hizo una pausa mientras la otra no entendía nada– No puedo quedarme... – explicó volteando la mirada, buscando al mozo que ya no se encontraba allí y se alejó.
Caminó entre la gente y se dirigió a la parte trasera de aquel edificio, esperó unos segundos, su cara estaba pálida, sentía que la estaban acechando, la mano le sudaba. Dio unos pasos y sintió una brisa por el cuello, volteó, él estaba ahí, no tardó en reaccionar y lo abrazó.
–Andrea. Te extrañé —respondió al abrazo— tenemos que irnos. Se dieron cuenta de que estamos acá.
–No nos conocen Justo– no entendía que estaba pasando pero conocía a su amigo, sabía que debía escucharlo.
–Ellos no, pero vi a Erik –decía esto mientras se quitaba un moño que llevaba puesto— Les va a hablar de nosotros, el sabe lo que hicimos. Tenemos que irnos antes de que nos hagan desaparecer.Sintieron el ruido de la puerta que se cerraba. Se miraron y no dudaron en correr. Subieron al mismo auto que Andrea había dejado estacionado y se marcharon del lugar.
—Vienen detrás nuestro Andrea desvíate de la carretera no nos van a poder alcanzar si vamos rápido– dijo él mientras cargaba un arma que tenía escondida debajo de su pantalón.
—Vi a Jazmín Justo, la vi— repitió mientras aceleraba— Pero no vi a ninguno de los otros– continuó con voz temblorosa.
— No veo al auto que venía detrás nuestro –dijo Justo levantando su arma.
No pasó mucho tiempo sin que se percataran de que eran solo ellos y que no había nadie más en la calle
— Ahí vienen– gritó cuando apareció un auto de la nada y los chocó.
Ella aceleró, esta vez eran dos coches los que venían detrás de ellos. Tenían uno a cada lado. Justo, parecía disfrutar la situación, o al menos estar acostumbrado a escapar, los ojos le brillaban.
Comenzó a disparar a los que iban a su lado hasta darle a una de las ruedas, el auto se desvío. Un tercer auto apareció por delante de ellos. Intentaron esquivarlo, pero se estrellaron contra un edificio. El no necesitó pensar mucho hasta salir disparando su arma, ella hizo una especie de pirueta con la puerta del auto para golpear a uno de los hombres que inmediatamente intentó acercarse a ella, apareció otro detrás de ella y la atrapó. Mientras el otro no cesaba los disparos.
—Vinieron solos hasta nosotros–le dijo, un señor de unos 40 años de cabello desprolijo con una cicatriz en la mejilla izquierda, que llevaba la misma camisa negra que los demás–¿Que pretendían? Idiotas.
Ella comenzó a llorar lágrimas desgarradoras miró a su amigo que estaba apresado por otros dos que lo habían capturado, se sentía devastada, todo lo que habían luchado, todo lo que habían sorteado... ¿Este sería su fin?
—Ya no les tememos, a ninguno de ustedes— le disparó a sangre fría con el semblante repleto de placer. Un resplandor encegueció a todos ahí.
Justo se lanzó sobre él fundiéndose en un grito sordo con la estampida.••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Bueno, solo puedo decir que nada me hace más feliz que poder compartir mi historia con todos ustedes, les prometo con sangre que están a punto de leer una modesta narración que los volverá adictos capítulo a capítulo, donde nada es lo que parece, y donde hasta los puntos tienen un significado y una conexión.
¿Preparados?
Los invito a continuar...
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SOCIEDAD SECRETA (SS #1)
Mystery / Thriller¿Qué pasaría si todo lo que viviste fuera un montaje que oculta la historia más siniestra de todos los tiempos? Ellos tenían una vida perfecta. Ellos les habían hecho creer una mentira. Ellos eran extraños. Y ellos, una SOCIEDAD SECRETA. Después de...