Miraba el espejo como seduciéndolo, lo hacía siempre, podía estar horas sentada frente al tocador admirando su belleza. De fondo sonaba una de sus canciones favoritas:
>>"Jealousy fills up their hearts in pairs
So please could I be selfish with your body?
'Cause I don't think I could share you with nobody"<<(¿Su cara era demasiado pequeña?
¿Sus ojos guardaban el espacio simétrico que debían tener?
¿Acaso porque no tenía la altura de su padre?...)
Incursionaba en los recovecos más profundos de su lóbulo frontal para asumir ante sí misma la responsabilidad de cuestionar con rudeza su belleza.
La vanidad que mostraba era tan genuina como su inseguridad, o estaba fundada en ella, no me refiero a que la secundaba, porque nada que tuviera que ver con ser segundo podía asociarse a Jazmín, o al menos eso creía ella.
Había sido la primera en cada concurso de belleza en el que había participado, gracias a la mujer de su padre, que la presionaba desde que tenía memoria, a sus tempranos 14 años había igualado su número de campañas publicitarias, pero nada alcanzaba, nada era suficiente, esa cuestión tan superficial para otros, para ella, tenía una connotación más sentimental, se sentía vulnerable, insegura.
¡No! ¡Soy segura!— pensaba casi en voz alta—. Soy modelo, tengo dinero, todos quieren estar conmigo– se repetía vanidosa a sí misma.
Una lágrima apareció y le recorrió el borde nasal haciéndole cosquillas, hasta degustar su sabor salado en la boca.
Definitivamente su sensibilidad estaba en las nubes ese día.
Sintió que la puerta se abrió, quitó cualquier indicio de debilidad de su rostro y volvió a endurecer la mirada.—Deberías golpear la puerta –pintó sus labios como pretendiendo continuar con algo que llevaba hacia horas.
—Lo se –dijo sentándose, con cierta ingenuidad, en un sillón que había al lado del de ella– Es que necesitaba verte —continuó.
— ¿Que pasa Zoe? –suspiró, parecía que le molestaba que su amiga interrumpiera su momento de intimidad con el espejo– ¿Me queda bien no? – No tardó en volver a ella como era usual, mordió sus labios y le mostró cómo se los había pintado.
–Siempre –respondió complaciente– Judith vuelve hoy del viaje, deberíamos ir a verla para organizar las fotos de promoción del desfile.
—Solo querés ver a Darian me parece –la increpó mientras se peinaba el cabello.
—No ¿ Porqué querría ver a tu novio? –sonrió nerviosa– Quiero ver a nuestra amiga — le explicó.
—Tenemos que esperarla aquí en mi casa, me escribió diciéndome que me había extrañado, que le gustaría que cenemos esta noche... —hizo una pausa y después de unos segundos puso los ojos en blanco y regresó su mirada hacia ella— ...que cenemos las tres Zoe, no te pongas paranoica que estás invitada.
—No me pongo paranoica –renegó y quedo mirando detenida en un punto, fija.La relación que había entre ellas, era compleja, no se trataba de un pacto de comensalismo, donde ambas se beneficiaran, ya que generalmente la única que lo hacía era Jazmín, aunque Zoe no pensara lo mismo, o pusiera todo su ímpetu en negarlo, después de todo ser amiga de alguien tan difícil no era trivial, solía compararlo con ser famosa, había días en que mostrarse a su lado en lugares públicos podía hacerla sentir especial y otros en los que actuaba como su mucama, involuntariamente, obvio.
La dinámica era la siguiente Jazmin era primera, después seguía ella y por último seguía de nuevo ella.Era la hija única de Sebastián Degrecco, uno de los socios de la empresa productora de energía del país quien estaba casado con una ex modelo joven que apenas si doblaba la edad de Jazmín, era lo más parecido que tenía a una madre desde que tenía 10 años.
Jazmín no era alta como su padre, pero si tan rubia como el, su pelo dorado hacía contraste con sus inmensos ojos azules, y era tan largo que le rozaba la cintura, su rostro era pequeño, pero idílico, tenía dos ojos enormes perfectamente delineados y unas cejas tupidas pero delimitadas con delicadeza, era muy delgada. Vestía a todo momento como si estuviera por realizar una producción fotográfica, estaba acostumbrada a tener todo lo que quería cuando quería, al punto de comportarse caprichosa con quienes la rodeaban, (bueno, no todos), estaba Darian, con quien salía hacia un año ya, con él era distinto, él no le llevaba el apunte, a veces incluso parecía estar con ella sólo porque debía hacerlo, la ignoraba la mayor parte del tiempo, su relación estaba tan seca como el esmalte que acababa de abrir, pero las cosas son así dos personas de su clase debían estar juntas, porque a quien fuese que se le preguntara, eran el uno para el otro, perfectos. Y así debían continuar.
Vivía en constante represión consigo misma, al punto de dejar de comer lo que quería, de desalinearse como quería o de sonreír lo suficiente como para que la confundieran con alguien estúpidamente feliz.
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SOCIEDAD SECRETA (SS #1)
Misterio / Suspenso¿Qué pasaría si todo lo que viviste fuera un montaje que oculta la historia más siniestra de todos los tiempos? Ellos tenían una vida perfecta. Ellos les habían hecho creer una mentira. Ellos eran extraños. Y ellos, una SOCIEDAD SECRETA. Después de...