Capítulo 4

10.5K 754 480
                                    

Declaración y rechazo


Se detuvo frente a mi casa y suspiré. Estaba oscuro Ya, no habíamos cruzado más palabras después de que me dijera aquello sobre Misael. Pero estaba inquieta, ¿si él pensaba así significaba que Misael ya lo sabía entonces?

—Brayden... no se lo digas a nadie, por favor.

—Tranquila Avery, nadie lo sabrá así que deja de preocuparte.

Asentí sin ánimos y miré hacia mi casa, tenía miedo de ver la cara de Misael por mí misma, me volví a ver a Brayden.

—¿Quieres entrar? —rió.

—¿Tienes miedo?

—¡Claro que no idiota!

Dije molesta, detestaba admitir que tenía miedo o algo tan débil como ello y Brayden lo sabía más que nadie, aunque me conocía perfectamente y admito que había dado en el clavo a la primera.

—¿Segura?

—¡Pues claro imbécil!, ¿entras o no?

Él hizo un ademán de estar pensando y me molesté.

—Pues no entres —dije abriendo la puerta

—¿Ese que está en la puerta no es Misael?

Cerré la puerta de golpe.

—¡¿Dónde?!

Dije mirando rápidamente hacia la casa, estaba oscuro de por sí y encontrarme con un Misael molesto no me atraía en lo absoluto, Brayden soltó una carcajada sonora y me volví a mirarlo.

—¿No que no Avery?

Dijo poniendo sus manos en su estómago y retorciéndose. «Hijo de...»

—¡Maldición Bray! —dije dándole un puñetazo en el hombro.

—Ya... lo siento —dijo aún riendo y suspiró.

—¿Y bien?, ¿ya terminaste o qué? —dije molesta y él negó volviendo a reír —. ¡Brayden ya para maldita sea!

Dije dándole un montón de golpes y él reía intentando detenerme.

—Ya ya Avery, entremos.

Dijo y dándole un último golpe bajé y me siguió, ambos caminamos hasta quedar frente a mi casa.

—Brayden...

—¿Qué?

—¿No temes de lo que Misael pueda hacerte?

Rió nerviosamente y lo supe al instante.

—Claro que tengo miedo, tu hermano es un loco golpeador, esa fama no se gana por nada.

Dijo y me tensé, era muy irresponsable de mi parte hacerle eso a mi mejor amigo.

—Bray...

—No me salgas con que no estoy obligado a hacerlo, ¿ok? Quiero entrar.

—Pero...

—Lo hago para que te des cuenta si tu hermano tiene un complejo de hermana también, ¿vale? Ahora cállate y entremos.

Asentí y saqué mi llave, giré la perilla y nos adentramos, Brayden tomó mi mano.

—No te atrevas ni a soltarme, ni mucho menos dejarme solo, ¿me has oído?

—Marica.

—¿Ah si?, ¿pues quien tenía miedo de entrar a su propia casa sola?

«Touché»

Mi hermano y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora