Red de Mentiras©

Sala de interrogatorios

Raphael Dunne ingresó a la Estación de Policías de Bladenboro, un remoto pueblo de Carolina del Norte, en busca de su hija menor, Chris. Lo atendió uno de eso jóvenes idiotas que se creían dueños de la comisaría.

—Señor Dunne, necesito que se calme—repitió por décima vez el menor, pero Raphael lo interrumpió al ver al jefe de policía y antiguo amigo, Daniel Payne.

—Niño, trabajaba aquí cuando tu madre aún te limpiaba el trasero, se que no quieren decirme qué le sucedió a Chris.—Se acercó a Daniel, ignorándolo. Payne se veía serio y eso preocupó a Raphael, algo malo pasó.

—Amigo, tanto tiempo.—Sonrió forzado, pero el susodicho se molestó aún más. ¿Por qué todos ocultaban daban tanto rodeo?

—Dan, dime de una vez lo que hizo Chris, ¿tan malo es?.—Daniel suspiró, resignado, y lo guió hasta la sala de interrogatorio mientras le explicaba.

—Es sospechosa del asesinato de Liv Hamill, fue hallada junto con el arma homicida y con sangre de la víctima.—Se volteó a ver a su amigo, que estaba incluso más sorprendido que él al enterarse de todo—. Raph, eso no es todo, hay un testigo... Diego de Luca.

—No puede ser, mi Chris no haría eso.

Ambos escucharon un alarido venir de la sala de interrogatorios e ingresaron inmediatamente. La menor de los Dunne estaba sentada en la silla, esposada, y dos de esos jóvenes idiotas dejaron de sonreír en cuanto los vieron entrar.

—Jefe—se disculpó uno de ellos.

—¿Qué hacen? Les dije que le quiten las esposas—demandó Payne y el más cercano a la chica lo hizo. Unos segundos más tarde, padre e hija estaban a solas en una sala de interrogatorios. 

Chris murmuró un débil "Papá" antes de fundirse en un abrazo en su progenitor. El mayor se aferró a ella con fuerza, pensando que ese día entraba en la lista de los peores, mientras sostenía su hija llena de sangre de otra persona.

—Te juro que no fui yo, papá, jamás le haría daño a alguien.

—Lo sé, bebé, llamaré a tu hermano... Te sacaremos de aquí, lo prometo—susurró y acarició su cabello, para luego dejar un beso en su frente.