El frío del cementerio te calaba hasta los huesos, el vapor salía de tu boca como si estuvieras fumando, el suelo y las tumbas están húmedas por el rocío nocturno, pero, ¿a qué le temes, chico perdido?
Diego está aterrado, porque Christine —su Christy— estaba encerrada, su novia enterrada frente a sus narices y él sin hacer nada.
Suspiró y el vapor salió de su boca como el humo de un cigarro. Con la capucha de su chaqueta arriba, para que el frío no fuera tan terrible, comenzó a caminar hacia la salida del cementerio. Como en todas sus visitas, evitó mirar las lápidas —casi borrosas— y fijó la mirada en sus desgastadas zapatillas.
El teléfono celular vibró de repente en el bolsillo de su pantalón. Con la mano entumecida, tomó el aparato y lo llevó a su oído. La voz de su madre retumbó en su cabeza, pero Diego no llegaba a comprender lo que decía, estaba histérica.
Como el chico perdido que es, cortó la llamada y siguió caminando hasta perderse en la oscuridad de la noche.
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Red de Mentiras©
Mystery / ThrillerEste libro no cuenta una historia felíz y contiene situaciones desagradables, si no estás preparado para leerlo, puedes volver a la página anterior y continuar leyendo relatos que sean de tu agrado.