Capítulo 1

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Michele Crispino tenía la costumbre de entrar en Instagram con su teléfono cada vez que tenía un rato libre. Sí, incluso ahora. Sí, en San Valentín. Sí, estaba soltero. No le molestaba, la verdad. Lo que sí le molestaba era que Sara se hubiera ido de cita con Mila apenas una hora antes, alegando que ya era lo suficientemente mayor como para salir sin el permiso de su hermano. Tuvo que morderse la lengua ya que la chica rusa estaba delante. Cómo se arrepentía de ello ahora.

En fin, de vuelta a Instagram, Michele era de los que creían que no había mejor manera para enterarse de los cotilleos de sus compañeros patinadores y cómo iban a pasar ellos ese día. Mejor y más barato que un periódico, en resumen.

La primera foto que vio era de Georgi Popovich. No le presto mucha atención, pero logró leer el pie de la foto: "Esperando a que te des cuenta de que sigo muriendo por ti". ¿Que qué significaba eso? Bueno, simple. Que Anya seguía sin hacerle caso y ella le ignoraba, a él y a sus deseos de tenerla de vuelta. Pasó a la siguiente, no sabiendo si era adecuado describir a ese hombre con la palabra "patético" o no.

La siguiente foto era de Chris besando a su novio en la mejilla, ambos vestidos con traje negro y con el siguiente pie de foto: "Día de cumpleaños con mi chico en la boda de @v-nikiforov" seguido de un emoticono de un corazón flechado. Ah, claro. Era la boda de Nikiforov y Katsuki, ¿no? Se alegraba mucho por ellos, no iba a decir que no.

La siguiente era una foto de Phichit. Más bien, de su mano entrelazada con la de Seung-gil, ambos con alianzas de oro en sus dedos. ¿El pie de foto? "¡Por fin!" seguido de un emoticono de un anillo, otro de una pareja con un corazón en medio y otro de una cara con corazones en los ojos. Le dio a me gusta, pensando que era un poco deprimente que hasta el coreano hubiera conseguido pareja para ese día antes que él. Tampoco era ningún trauma y, de hecho, le aliviaba que la pareja de ese chico no fuera su querida hermana. No. Sara era sagrada.

Lo siguiente que hizo fue entrar en su propio perfil, muy abandonado si le preguntaban. Tomó la decisión de, por lo menos, subir una foto nueva. "Para darle vida a esto" pensó.

No se lo pensó mucho antes de subir una foto suya con Sara que había tomado unas semanas antes en su último viaje a Italia. Como pie escribió parte de la letra de una canción que le gustaba: "You didn't have to cut me off, make out like it never happened and that we were nothing". Añadió al final unas cuantas notas musicales. No quería que los demás pensaran que le estaba mandando una indirecta a Sara. Porque eso no lo era.

En apenas cinco minutos ya le habían llegado varios me gusta. Sonrió para sí. Sí, era popular. Lo siguiente que le llegó al teléfono fue un mensaje. Emil. ¿Qué querría él ahora?

"Mickey, Sara solo se ha ido de cita con Mila. ¡Compréndelo, es San Valentín! Eres un exagerado :P"

Michele se lo tomó como algo personal. Emil realmente era estúpido. Es decir, eso podía sonar como una indirecta, pero no lo era, ¡lo juraba! Michele Crispino era mucho mejor que las indirectas. Él lo decía todo a la cara y, si estábamos hablando de alguien intentando ligar con su hermana, también tiraba refrescos a la cara. En fin, que no.

"Es una canción" Tuvo que hacer su mejor esfuerzo para no agregar un "imbécil" o cualquier otro insulto al final de la frase. No le fue fácil, pero lo logró.

"¿En serio? Eso a mí me suena a indirecta, pero vale"

"Pues si no quieres, no hace falta que me creas"

La contestación tardó poco menos de un minuto en llegarle. En el tiempo de espera, Michele empezó a morderse la uña del pulgar con impaciencia. Lo único que pudo pensar fue que Emil era, además de estúpido, desesperante.

"Ok! ¡No te creeré!"

"¿Algún sitio al que quieras llegar con esto?"

"¿No? Es decir, te estoy hablando desde casa. No podría, digamos, llegar a un cine"

"¿Así que te apetece ir al cine?"

"¿Quizás?"

"Y, entonces, ¿por qué no vas y dejas de molestar?"

"¡Porque no hay cines cerca de mi casa, Mickey!"

"No me importa"

"¡Debería!"

"¿Cómo que debería? No esperarás que te acompañe, ¿no?"

"... Puede... puede que por eso te hablara en primer lugar"

"No quiero un 'puede'. ¿Sí o no?"

Michele ignoró por completo la otra mitad del mensaje del checo.

"¡Yo solo quiero ir al cine, Mickey!"

"¡Pues vamos, joder! Si así dejas de quejarte..."

"Espera, ¿de verdad?"

"Si así dejar de andar molestando, sí"

"¡Genial!"

"Te veo en una hora en el parque" Al poco rato, añadió otro mensaje. "¡Y no traigas esa cara de idiota tuya!"

"Difícil. Es la única que tengo"

"Como sea. ¿Sabes lo molesto que se está volviendo esto?"

"Ok! Te veo luego, Mickey! No faltes!"

"Sí, claro"

Los cinco siguientes minutos se los pasó mirando a la pantalla de su teléfono, con los ojos muy abiertos y sin poder creérselo. Releyó la conversación una y otra vez, pero seguía sin caberle en la cabeza.

No era posible que, de entre todas las personas, Emil Nekola le hubiera pedido una cita, ¿verdad? Y mucho menos que él hubiera aceptado. Pero lo había hecho.

Genial. Sara sí que se iba a reír de él ahora.





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