Capítulo 1

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*Contenido y lenguaje explícito*

*Narra Marshall*

Salí del estudio bastante estresado. Llegué a mi coche y marqué en mi móvil su número.

-¿Diga?- contestó ella

-Cielo ¿estas libre ahora?

-Eeeee... Sí claro, ahora mismo iba a salír del club

-Pues pásate por mi casa en 30 minutos si puede ser

-Claro ahora mismo me paso

-Gracias, hasta ahora- y colgué

*Narra ______*

Cuando termine mi baile en el club me dirigí al camerino. Me llamó Marshall diciendo que si podía ir a su casa para bailarle, claro. Entonces me cambié de ropa, me recogi el pelo en una coleta bien alta, agarré mi bolso, metí en él un nuevo conjunto y esos incómodos zapatos de tacón y salí de allí.

-Adiós Rose!- se despidió Carla, compañera y buena amiga.

-Adiós Sheila!- me despedí yo de ella

Sí, su nombre de stripper era Sheila, y el mío Rose. Utilizabamos esos nombres siempre en el club. Salí a la calle y el sol ya poniendose me dió en la cara. Sí, algunas veces trabajaba de día y otros de noche. Me metí en el coche y me dirigí a la gran mansión de Marshall. Él era un habitual cliente. Siempre le hacía bailes privados en su casa. Conocía ya mi nombre real, así que teniamos bastante confianza los dos.

Llame al timbre de la puerta principal y Marshall me abrió. Hizo una sonrisa de las suyas y nos dimos un abrazo, como siempre hacíamos. Me dejó pasar y me adentré en el salón.

-Hoy estoy bastante caliente nena, más que nunca- dijo dándome una palmada en el culo.

-¿Más que nunca? ¿En serio?- pregunté riendome. El asintió- Voy a cambiarme, tengo una sorpresita para tí- le guiñé un ojo y me dirigí al dormitorio de invitados a prepararme. Ya sabía donde estaba, había ido bastantes veces a esa casa. Me puse mi conjunto nuevo blanco de encaje, con una pequeña falda tambien blanca, de esas con velcro que se enrollan con la que si me agachaba se me podría ver el pequeño tanga que hacía juego con el sujetador…  me quedaba alucinante. Fuí al baño, saqué del bolso aceite para el cuerpo, que hacía ver la piel mucho más suave y mucho más sexy. Me lo aplique por todo el cuerpo y luego me quité el coletero haciendo que mi gran melena color negra callese por mi espalda. Me llegaba hasta un poco más de la cintura. Me retoqué un poco el maquillaje de los ojos y me pinté los labios de un rojo intenso. Ya estaba lista, me acomodé el pelo, me miré por última vez al espejo y salí del baño. Me puse los altos tacones y salí de la habitación. Llegué a las escaleras (que iban directamente al salón), agarré el mando a distancia del equipo de sonido y puse la música, por suerte llegaba la señal, y bajé lenta y seductoramente moviendo mis caderas al ritmo de la canción. A medida que iba bajando, iba viendo a Marshall acomodado en el sillón de cuero negro, donde siempre se ponía cada vez que le bailaba. Bajaba bajo la atenta mirada de Marshall, mientras hacía esto, silbó a modo de cumplido.

-Joder- dijo a modo de exclamación- te queda extremadamente sexy

Le lanze un beso y me fuí acercando a él. Ví sus ojos llenos de lujuria y una media sonrisa pícara en su cara. Empecé a bailar lentamente al ritmo de la música, me arrimé a él, me incliné y coloqué mis manos en los reposabrazos, haciendo que mis pechos quedasen cerca de su cara. Sus ojos se fueron directamente a mi canalillo. Ví como se mordía el labio inferior. Me dí la vuelta y empecé a mover mi culo. Noté como me dió una palmada en el. Me fuí de nuevo al centro de la sala y comencé a bailar sensualmente mientras me quitaba el sujetador, se lo tiré a él y me volví a acercar. Como a él le tenía permitido que me tocase, me agarró de la cintura haciendo que me sentase en sus piernas. Dirigió su mirada a mis pechos para luego acariciarlos. Luego su mirada se fijo en mis labios, luego a mis ojos y después a mis labios de nuevo. Comenzó a acercarse más… ¿me iba a besar? yo nunca había besado a ningún cliente aunque sonase raro. Me vino la necesidad de besarle… cada vez se acercaba más. Entonces nuestros labios se juntaron en un beso. Nuestros labios se movían lentamente y al compás. Nuestras lenguas chocaban a momentos. Dejamos de besarnos después de un tiempo y nos miramos a los ojos… sus ojos azules brillaban. Sus labios esbozaron una sonrisa, y los mios tambien.

-Te quiero preciosa…- susurró

Yo no se por qué pero me mordí el labio y le guiñé un ojo, para luego levantarme de su regazo y seguir bailando. Me quité la falda quedando sólo en un diminuto tanga.

-Quitatelo- dijo con la voz ronca

-¿En serio?- me quedé blanca cuando me dijo eso. NUNCA me había desnudado con un cliente.

-Me encantaría verte totalmente desnuda- abrí la boca para decir algo pero el me cortó- ya se que nunca lo haces con los clientes pero por favor, déjame verte.

Dudé un poco pero mi tanga desapareció en unos momentos.

-Eso es nena. Acercarte cielo- me acerqué a él y me agarró de nuevo de la cuntura poniendo mis piernas a sus costados. Se fijó abajo, claramente ya sabía donde estaba mirando, y luego alzó la vista para volver a besarme. Noté su mano acercandose a mi zona íntima.

-Ahhh Marshall- gemí- para por favor, sabes muy bien que yo no hago esto- dije cerca de sus labios. Me acarició la mejilla y me dió otro beso en los labios.

-Tranquila preciosa... No te voy a obligar a nada- dicho esto me bajé de su regazo. La música ya había acabado, por lo que el baile también. Recogi el conjunto del suelo y fuí de nuevo arriba a cambiarme

The stripper | Eminem y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora