Cómo empezar, si he de hablar de ti.
De nosotros,
de lo que eres para mí:
Mi motivo para sonreír,
pues gracias a ti,
quiero volver a vivir,
puedo volver a decir que ahora
soy feliz.
Cómo expresar lo afortunado
que me siento
de que me hayas hallado,
de haberte encontrado,
siendo velero varado,
solo y desamparado,
esperando desesperado,
a por el viento
ser empujado, y salvado.
Y en tan poco tiempo
me has conquistado, por dentro.
Ocupado poquito a poquito,
este desierto corazón deshabitado.
Y lo admito:
Estoy enamorado.
De tu boca, de tu voz,
y del aliento de tus besos,
del momento en que dejamos de ser presos
de nuestro antiguo sufrimiento.
Y de tu talento,
brillo de estrella,
por hacerte sonar sincera
cuando dices "te quiero".
Pues si sale de tu alma,
cualquier palabra es bella.
Por eso voy con calma;
quiero vivirte entera, Primavera.
Quiero verte, sentirte
contra mi pecho, abrazada.
Entre mis brazos sostenerte,
y que en un beso,
o una mirada,
nos lo digamos todo
sin tener que decir nada.
Y a estos versos
pongo por testigo
de que si es contigo,
me embarcaré en este viaje.
Y sin llevar mucho equipaje,
haré que la Luna baje,
para que nos alumbre por el camino,
hasta llegar a nuestro destino.
Trazando en nuestra trayectoria
esta bonita historia
en la que narraré nuestras hazañas,
cómo me llenas de alegrías,
y en euforia, me bañas.
Querría escribir estas memorias,
¿me acompañas?
