Hay un hueco en mi cama.
Me di cuenta ayer.
Estaba a punto de acostarme cuando, de repente, lo vi. Junto a un cabello abandonado sobre mi almohada.
No pienso moverlo, ni tocarlo.
Se quedará ahí hasta que vuelvas. Y me quedaré al lado, mirándolo, haciéndole el hueco que te hice a ti, donde estabas acostada, donde estuviste.
Donde dormimos abrazados...
Y mientras no estés aquí, te recordaré en cada rincón, en cada objeto o ser inerte que se impregnó de tu esencia.
Desde el vaso que usaste en la cena, hasta ese segundo par de zapatillas de ir por casa que desenterré del armario para dejarte; desde cada partícula del aire que aún huele a ti, hasta el último beso que me diste antes de marcharte.
Y tus cabellos por doquier, que me impedirían olvidar, aunque quisiera, que existe, en alguna parte, un corazón que me ama.
Así que, cada noche hasta que vuelvas, te recordaré entre mis sábanas, observando ese pelo tuyo sobre mi almohada, durmiendo junto a mi alma, en el hueco que has dejado en mi cama.Te echo de menos...
Vuelve.