EL TREN DE LAS EMOCIONES

El encierro, la prisión

Támara dejo de ir al colegio ya no le agradaba ver a esos compañeros que siempre la molestaban en clase ni muchos menos se querían topar con Martin y Gabriela ese pasado oscuro que siempre la seguiría.

En el mes de septiembre, mes del amor y la amistad, al salir a los parques se topaba con parejas agarradas de la mano, diciéndose lo mucho que se aman. Támara solo quería correr, sabía que todo eran mentiras, eso solo aparecen en los cuentos de hadas. Ella se quedaba encerrada en su cuarto, llorando sin parar. No podía dormir, caminaba por la habitación y lo único que se pregunta es ¿Por qué le paso todo esto, si todo era color de rosa?

-Como no me di cuenta desde un principio. Martin era muy raro a veces era feliz y después era todo serio conmigo. Él no me contaba nada de su vida, lo único que me dijo un día era que sus padres eran empresarios, pero no sé si eso sea verdad.

Yo le contaba mis historias, mis sueños y metas sin embargo no me prestaba atención, me decía que yo era muy ilusa que quien sabe si podría lograrlo algún día.

Cuando otros chicos me coqueteaban él no era celoso, pero cuando el miraba los traseros de las chicas yo le reclamaba y él me decía que yo solo era la única en su vida.

Él reciba llamadas extrañas y salía de inmediato, no le importase que estuviera haciendo y yo, no sospechaba nada.

Los que más me agradaban de él, es que me miraba a los ojos y le brillan cuando me decía que me amaba, pero eso solo fueron mentiras, porque yo fui una de su lista.

Y Gabriela disque mi mejor amiga desde pequeñas y salió con esto...

En aquella ocasión que no fue al colegio, al otro día se comportaba muy extraño, me decía que estaba enferma pero nunca contesto mis mensajes. Recibía llamadas extrañas y se iba, al igual que Martin, pero de ella si sospecha pensando que estaba saliendo con alguien y no me lo quería decir. Cuando le contaba los hermosos momentos que tenía con mi novio, ella ponía cara de seriedad como si no le importara de que estuviera hablando y me decía que no todo era color de rosa, que tuviera cuidado con él por la fama que tiene, pero yo lo defendía, porque lo amaba.

El día de la fiesta ella se apareció como si nada, sé que no le gustan las fiesta, ella me lo conto. Ese día Martín la veía de arriba para abajo con mucha picardía, él creía que no me daba cuenta.

Escucho la canción de Laura Pausini y todo me recuerda a él

"Se fue, me quedo solo su veneno, se fue y mi amor se cubrió de hielo. Se fue, y la vida con él se me fue, y desde entonces ya solo tengo lágrimas encadenadas a noches de locura".

-¿Y si vuelve qué hago cuando lo vea? ¡Como iré a reaccionar!, no sería capaz. No quiero que él se interponga en mis decisiones a futuro, me rompió el alma y el corazón al jugar con mis sentimientos. Nunca se lo perdonare.

Se alejó de las redes sociales, no quería recordar aquella noche. No comía casi, se veían muy pálida, su madre estaba muy preocupada por ella. Sus defensas no estaban muy bien, se enfermaba constantemente. Se veía al espejo y se repudiaba. Su autoestima estaba por el piso, se echaba la culpa de todo lo que paso, sentía que todos la odiaban que jamás tendrían un novio y una mejor amiga, tenía miedo al pensar si algún día los podría tener.

El 31 de octubre, día de las brujitas, Halloween. A Támara desde pequeña, le gustó esta época. Le encantaba disfrazarse, salir a pedir dulces con sus amigos, tocando puerta por puerta y haciendo trucos. Pero ese día no quería salir, seguía derramando lágrimas al recordarlo. Para distraerse un poco, empieza a hacer operaciones matemáticas, pero sus cálculos son incorrectos y no da con la respuesta. Se empieza a desesperar y tira las cosas al suelo con rabia. Se acerca a la biblioteca y busca sus libros de preferencia, novelas de romance. Cuando avanza en la lectura, al llegar a los momentos donde la pareja se confiesa su amor y se desenvuelve una pasión desenfrenada, su mente se empieza a nublar por las pesadillas de su pasado, sabe que todo es una farsa que algún día las vendas se caerán y los ojos verán la luz. Sus lágrimas salen sin pedir permiso dispersando las letras de aquel libro.

Estoy en el encierro de mi vida, en la prisión de mis pensamientos que dejan sombras en mi camino.

Diosa de la palabra.

A.L.R.R

Nota: Espero les haya gustado. Y el capitulo esta algo corto, pero así debía ser. Les agradezco mucho sus votos y comentarios, me hacen muy feliz.