Como ya lo dije antes, siempre me gustó la fotografía.
La cámara que me regaló mi abuela, para mí, es un amuleto de suerte. Me ha servido para ganarme una reputación en esta escuela de pura competencia, he ganado muchos concursos de fotografía y pintura.
Gracias a eso logré volverme popular y tener una vida social muy activa; los chicos siempre voltean a verme y soy la envidia de más de la mitad de chicas en la escuela.
Ahhh que vida más perfecta tengo, estoy en la mirada de todos, hasta podría jurar que soy más famosa que Lady Gaga...ahhh y todo es tan brillante, la vida es tan bella.
Incluso los profesores me halagan diciendo que...
-Señorita Mendoza, le pido disculpas por interrumpir su preciado sueño, pero... ¿me haría el favor de salir del aula e ir directo a la oficina del director?
"¿Qué?" fue lo primero que cruzó por mi mente.
Entreabrí los ojos y me topé con la brillante calva de mi profesor, el destello fue demasiado para mí.
"Ahhhhh, cierto, estoy soñando"
-¡Claro que no te disculpo, maldito calvo! ¡¿Cómo te atreves a despertarme?! Si no fuera por mí, que pago la mensualidad, tú ni siquiera comerías. Ahora ve y tráeme una almohada que me muero de sueño - dije y volví a cerrar los ojos.
Cuando me di cuenta de que ya no estaba soñando, era tarde.
Volví a abrir los ojos como platos y vi que Don Pelos (es así como lo llamamos al profesor) parecía un foco de navidad: brillante y rojo de la ira.
- Ay, pero si es broma guapo - dije riendo nerviosamente.
Todo el salón estalló en carcajadas, parece que les hizo más gracia que lo llamara guapo.
-Señorita Mendoza, guárdese los halagos para el director, los va a necesitar.
Don pelos es de esos profesores con los que no hay que meterse, una vez que te marca, no sales de mirada hasta la graduación.
Me levanté y salí rápidamente del salón, no me gustaba ser observada por mis compañeros que se retorcían de la risa con mi desgracia.
Pero en especial, no me gustaba ser observada por él, yo soy la observadora aquí.
Llegué a la oficina del director y sin nada de ganas abrí la puerta.
-¡He vuelto! - dije con fingido ánimo - sé que estaba ansioso por verme, pero no se preocupe, la espera terminó, ¡Me alegro de verlo, mi estimado director!
- Entrando con una gran presentación no va a hacer que te suspenda el castigo, Mendoza.
- ¿Que no puedo expresar mi alegría al verlo? Me rompe el corazón, querido director - dije llevándome una mano al pecho.
-Mendoza, has venido 3 veces en una semana, eso no significa nada bueno. Si esto sigue así, no me dejas más remedio que llamar a tus padres.
- ¡Yo de verdad lo siento!, pero era inevitable. Ayer me quedé estudiando hasta muy tarde ¡Todo para que Don Pe... Perdón, el profesor García me eche del aula antes de dar el examen. Para mí, eso es injusto.
El director es una persona más comprensiva con los jóvenes, pero eso no quiere decir que se comporte como una abnegada madre gallina.
-Tiene menos 5 puntos en conducta, y menos 3 en historia, que no se vuelva a repetir por favor.
-¡Pero eso es mucho! ¡Mi mamá me va a matar a punta de chancletazos!
-Sin replicaciones
- Está bieeen - me resigné - ¿Ya me puedo ir?
- Ah, una cosa más
- Aaaa ¿Ahora qué? - le encanta hacerla larga.
-El otro día, a la salida, me asomé a la ventana para ver que todos los estudiantes se fueran directo a sus casas. Pero en eso noté algo fuera de lo normal: Usted estaba fotografiando a su compañero de clases.
Quise creer que estaba viendo mal, pero no era así. Ahora ¿Se puede saber que estaba haciendo?
Mi cuerpo y mi cerebro se quedaron en shock.
No sabía si palidecer por el pánico o enrojecer de la vergüenza, así que opté por los dos: sentí como mis pies y piernas se congelaban y mi cara parecía que iba explotar en cualquier momento.
Siempre pensé que fui discreta en eso, y que las únicas personas que sabían sobre mi extraño "hobbie" eran mis 2 únicos amigos: Carolina y Eduardo.
-¿E- en serio director? P-pero que cosas dice - sentí cómo mi cara hacía una extraña mueca de incomodidad - He oído que la edad afecta gravemente la visión de los adultos, incluso mi abuela siempre me confundía con mi hermano, y eso que no nos parecemos en nada.
- Mendoza, puedo tener más años que tu abuela, pero he sido profesor por más de 20 años, y estos ojos no me engañan.
Ya podía empezar a rezar el ave María, no sabía qué hacer ni que excusa dar.
"Abuelaaaa, ayudaaa" pensé.
Espera...
¡Claaaro! ¡Mi abuela!, se me acaba de ocurrir algo infalible, MUAJAJAJAJA.
-Usted dice que puede tener más años que mi abuela ¿eh?, ¿pero sabe qué? ella no pasó de los 70- hice aparecer pequeñas lágrimas por mis ojos - se fue hace más de un año, justo mañana es su aniversario de muerte.
Vi de reojo al director y noté que se estaba poniendo nervioso
- Ella me quería mucho ¿sabe?- empecé a llorar melodramáticamente - y lo único que me queda de ella es una preciosa cámara que me regaló en su lecho de muerte.
-M-Mendoza, siento tocar un tema tan delicado, no lo sabía, ya me dará una explicación otro momento, se puede retirar.
-Con su permiso- dije moqueando.
Ya afuera hice mi raro baile de victoria "¡Bien! ¡Me salí con la mía!" pensé y empecé a reír como una psicópata.
Ahora lo que prosigue:
- Aventarles mis zapatos a Carolina y Eduardo por no haberme despertado.
- Pedir disculpas a Don pelos (aunque no tengo ganas de ello).
- Y por último (que es lo más importante) ser más cuidadosa de ahora en adelante, sería problemático que me descubrieran.
En especial él.
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¡HOLA!
Si llegaste hasta acá es por que leíste todo lo anterior, y estoy muy agradecida por ello ^^.
Soy nueva escribiendo en wattpad, así que si tienen alguna recomendación o crítica la aceptare con gusto.
Y sin nada mas que deciiiiir... espero que les guste c:
Strooker24.
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La que te acosa es mi cámara, no yo.
HumorSiempre me gustó la fotografía, me fascina cómo una pequeña cámara puede robar un segundo del tiempo para mantenerlo eterno en algún cuadro. Cuando era pequeña, mi mamá me enseñó todo lo que tenía que saber sobre ella: la iluminación, los ángulos...