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«Hayley»

—¿Como va tu vuelo?— pregunté a Shawn quien estaba del otro lado de la línea.

Bien, pero dime ¿Ya estas lista? ¿Estas nerviosa?— preguntó del otro lado del teléfono y solté un suspiro.

Hoy era mi graduación.

Después de 12 años en la escuela, al fin saldría al mundo real, la gran Universidad.

—Bueno, estamos esperando a que mi tía pase a buscar a mis hermanitos, y después nos vamos a la escuela...

Hayley, dime como te sientes— insistió y sonreí para mi misma.

—Estoy muy nerviosa, conociéndome, algo saldrá mal, y de verdad me gustaría que estuvieses aquí conmigo— dije algo triste, al recordar que llegaría mañana de su vuelo y el suspiro.

Pero no te pongas triste por eso, piensa en otra cosa ¿Alguno de los chicos irá a verte?— preguntó cambiando de tema.

—No, solo podía invitar a tres personas, y como no vas tú, irá mi tío— dije con una sonrisa recordando lo feliz que estaba cuando le dije que podía asistir —Pero en la noche algunos de los chicos que están por aquí vendrán — dije algo desanimada, y al parecer Shawn se dio cuenta del porque a mi estado de ánimo.

Hayley, ya sabes que con lo...

—Tu mánager, y el contrato, lo sé, lo sé— dije en suspiro.

Esta bien preciosa, lo siento y te quiero, no te pongas nerviosa, es solo recibir un diploma, no es tanto— dijo y rodé mis ojos aunque sabía que el no podía verme hacerlo

—Hayley, la tía Sara ya llegó, apresurate para partir— dijo mi madre tocando mi puerta y suspiré.

—Ya debo irme Shawn, también te quiero, y recuerda llamarme cuando llegues ¿Si?— le dije mientras me ponía de pie, de mi cama.

Adiós hermosa, que te vaya bien— dijo y le corté para enseguida mirarme al espejo.

Estaba vestida con una túnica negra, obviamente con sopa debajo, pero con la túnica debíamos presentarnos en la escuela.

Tenía cara de muerta, la noche anterior mis compañeros de clase se les ocurrió hacer una fiesta masiva y volví a las 7 de la mañana de hoy, y ahora eran las 5 de la tarde.

Tomé mi teléfono y me lo metí como pude en uno de los bolsillos del pantalón que traía debajo.

—Ay, te ves muy grande mi amor— dijo la voz de mi papá a mis espaldas y me volteé a verlo.

—No llores, me harás llorar a mi— dije emocionada, al ver las lágrimas acumuladas en los cristalizados ojos de mi padre.

—No hay tiempo para ponerse sentimentales, vanos tarde— dijo mamá arruinando el momento y la mire con una ceja alzada, pero ni se dio cuenta.

Papá me palmeo la espalda y nos dirigimos al auto.

El viaje a la escuela consistió en August hablando de todas las buenas experiencias que había tenido conmigo, por mas que ya nos las supiéramos de memoria. Hasta en una ocasión se puso a llorar.

Still Idiots «My Lovely Idiots 2»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora