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(...)

ㅡAh Ri, también recuerda realizar los pagos de la factura de la casa.

ㅡSí, sí... lo haré mamá. ㅡdije entre sueños mientras me tapaba con la sábana.

No podía asegurar cual era la realidad, y cual era una creación formulada por mi cerebro

¿En serio era Jae? Era algo que estaba preguntándome desde hacía un rato.

Ya eran cerca de las doce del mediodía. No hacía más que los aseos de mi hogar. El cuarto de mi hermano estaba suspendido, ya que no tenía idea de su orden, movía sus cosas constantemente, y no quería tener alguna discusión absurda por tratar de hacer mis actividades correspondientes. Bueno, no era un chico tan desordenado, así que no le costaría mucho realizar su trabajo.

Caminaba desde la primera a la segunda planta, ya que solía olvidarme de los detergentes, aromatizantes, ropa, tina, agua, sandalias, y cualquier objeto necesario para realizar mis deberes. A veces llegaba ser frustrante, porque me dirigía hacia donde se encontraban los productos y solía olvidarme por lo que iba realmente, y al final llevaba lo que no era tan necesario.

Además, el odioso y pegostioso sudor, comenzaba a invadir ese líquido tan maloliente. Agradecía porque el mío no fuese tan malo a comparación del de la mayoría de los hombres.  Aunque eso no evitaba sentir un terrible asco por mi misma, no podía soportarme. Pero no todo estaba tan mal, al menos el cloro revuelto con el jabón amortiguó el mal olor.

Lo que restó de la tarde no fue tan mala. Después de terminar los aseos me di una ducha, comencé hacer la cena, pensaba sobre lo que había conversado con mi hermano por la madrugada, por suerte Jae no nos pilló, pero nuestra conversación se extendió tanto, que durmió tan sólo tres horas, antes de levantarse para asistir al instituto.

Por mi parte, el no asistir me preocupaba, pero me había dado el lujo de despertar al mediodía. Sin ser fastidiada u obligada a despertar temprano.

Eché un vistazo a mi móvil cuando ya estaba tumbada en la cama, no había nada por hacer, al menos no aún. La cena preparada, la casa limpia, ya duchada, y lista para no ir a ningún lugar.

Era realmente patética mi vida, conversar con mi hermano me hizo reflexionar, quizás necesitaba tener un poco de vida social.
NO, mentira. No es como si fuera fundamental para vivir, pero si para estar con personas con quién matar el tiempo.

Existieron ese tipo de personas que quisieron entablar una amistad conmigo, sin embargo yo los ahuyentaba, porque creí que no los necesitaba. Pensé que Jimin y Taehyung me eran más que suficientes.

Pensé que estarían detrás de mí como solía ser en lo que restó de nuestra niñez. Pero hasta hace poco me percaté que ellos también tenían que crecer, antes o después de mí a pesar de ser la mediana del grupo pero con más cabeza para las situaciones.

Eso me recordó que el cumpleaños de Jimin se aproximaba, no evité que mis comisuras se elevaran, me sentí feliz, sus años de vida los comenzaba a vivir gloriosamente.

Sí, habían cambiado muchas cosas entre nosotros desde que entramos a la preparatoria, habíamos dejado nuestros escondites, ahora estarían llenándose de telarañas y un olor maloliente. Ya no había pudor de niño ahí adentro. Nos habíamos convertido en unos adolescentes hormonales, me incluyo por que Jimin llegó atraerme, y cuanto menos me lo esperaba, quería estar cerca de él, a todo momento, y no quería soltarlo, no quería soltar a alguien que nunca tuve entre los brazos. También el chico había dejado de asistir a casa continuamente, incluso lo sábados sentía que él sólo llegaba por obligación, no precisamente porque quisiera estar con nosotros.

Love Is Not Over ㅡJung Ho Seok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora