- No pienso presentarme así a ningún lado – dijeron al unísono: Hayes, Nash, Cam y los Jacks mientras todos nos aguantábamos la risa.
- Míralo por el lado bueno, Gilinsky, a ti no te hace falta pintarte la cara de negro porque ya eres negro – todos, menos ellos, estallaron en risas con mi comentario.
- Oh, sí Emily, mira como me río – dijo serio.
Vale, la situación era esta: habíamos decidido probarnos los disfraces que Harry nos había dejado para la fiesta de esta noche y en frente de mí tenía a mis cinco amigos disfrazados de las Spice Girls.
- Y Johnson, a ti la tuya te venía como un guante.
- Ya, si a mí me encanta – exclamó haciéndose bien el lazo rosa que agarraba sus coletas.
- Pues si a Johnson le queda bien, imaginaros a Cam siendo la pija... - dije yo susurrando lo suficientemente fuerte para que me escucharan todos. Esta vez, excepto él, todos se rieron.
- Emily, como sigas con esas juro que acabarás mal –dijo amenazante.
- Oh por Dios Cam, pero no corras, tropezarás con esos taconcitos – y se cayó – quien avisa no es traidor – canturreé y él gruñó como respuesta.
Las horas pasaron rápido, seguro que por la emoción de poder v... a quién voy a engañar, si los chicos no me llegan a despertar yo no me levantaba, llevo durmiendo toda la tarde y tenía que hacer Skype con Mahogany para poder maquillarme, sí, sí, sí... así soy yo, independiente (nótese la ironía).
Al final no quedé tan mal, sin contar que lo tuve que rehacer como 10 veces (sin exagerar) y acabó maquillándome Victoria Dallas.
La fiesta era en una azotea de un edificio enorme, nosotros nos dimos cuenta al llegar al número catorce y ya solo quedaban dos pisos más.
Al llegar a la fiesta, todos juntos, nos separamos, no sé como pero yo ahora mismo estaba sola comiendo, fui guiada hasta aquí porque estaba segura de que había visto el culo de Kim Kardashian por aquí.
De un momento a otro se me acercaron unos tipos y se presentaron, parecían simpáticos. Uno era Juan, el otro Manuel y el otro José Ramón.
No tenía pensado beber porque Cameron se enfadaría mucho conmigo entonces quería evitarlo, pero mis nuevos amigos me incitaron a hacerlo y no sé que le metieron a mi bebida ya que pronto tenía la energía suficiente como para estar un mes sin dormir. Decidí no preguntar ya que en ese momento me daba un poco igual.
Me sacaron de la fiesta, algo que me dolió mucho en el corazón porque ya llevaba como 30 fotos con famosos que deseaba conocer desde hace mucho y estaba segura de que me faltaban muchos más, pero en esos momentos me dio igual ya que no estaba en condiciones de pensar. De repente, ya fuera, escuché a alguien gritar.
- Tenemos a los García en punto de vista, tienen a una niña.
Mis nuevos amigos empezaron a correr cogiéndome a mí también, que majos no querían que me hicieran daño, pero unos coches patrulla no tardaron en aparecer.
- Arriba las manos – gritaron los policías – dejad a la niña en el suelo con cuidado.
Vi a alguien hablar por el walkie-talkie y decía que mis amigos me habían drogado, como se atreverían a decir tal cosa de mis nuevas personas favoritas. Poco a poco el cansancio se apoderó de mí y cerré los ojos allí en el suelo.
Me desperté porque alguien me estaba llamando, bueno no era solo una persona, eran muchos. Abrí los ojos y la luz me molestó mucho al principio, pero pude ver que eran mis chicos.
- ¿Qué hacías con los narcotraficantes más buscados del país? – preguntó un exaltado Shawn.
- Y se puede saber... ¿qué mierdas haces aquí? – dijo esta vez Cam.
- No me hagas preguntas a las que puedo contestar con la misma pregunta – dije entrecerrando los ojos - ¿Qué narcotraficantes? ¿Qué hago aquí? Lo único que recuerdo de anoche es que me separé de vosotros porque pensé que había visto a Kim Kardashian, pero resultó que no y me fui a comer, de repente aparecieron unos señores que me cayeron súper bien y me dieron algo de beber que me hizo tomar decisiones que no quería, pero ya no me acuerdo de más.
- Lo importante es, ¿conociste a Kim Kardashian?
- ¡Taylor! – lo regañaron todos. Taylor se sentó en el suelo indignado.
- ¿Qué hacéis vosotros aquí? – todos se miraron dudando si contarme o no.
- Está bien – comenzó Gilinsky- pues a ver, como puedes comprobar, Aaron va disfrazado de gato y Carter de bombero – asentí – pues, cuando íbamos ya un poco de no conocer, decidimos jugar a un juego en el que Aaron se subía a un árbol y nosotros teníamos que llamar a los bomberos. Digamos que se nos fue un poco de las manos y eso todo lo hicimos en la propiedad privada de una viejecita que llamó a la policía y así es que nos encontramos todos aquí – volví a asentir - ¿no te vas a reír?
- Realmente, no me hace tanta gracia como pensé que me iba a dar – todos me miraron desafiantes - ¿Qué? Aparte tengo más cosas en las que pensar como que por ejemplo estamos en la cárcel o que me drogaron y no recuerdo qué pasó.
- ¿Sigues siendo virgen? – preguntó asustado Nash.
- Eso creo... - ahora ya dudaba, seguro mis amigos no me harían nada así.
- Han pagado vuestra fianza, podéis salir, coged vuestras pertenencias en la entrada y tú niñita, cuidado por ahí que pareces un tesoro a nivel mundial – dijo indiferente el guardia entregándome un papel.
Ponía algo como que no me debía tocar porque tengo mucho valor y no sé qué más, me asusté porque el papel estaba firmado por E y se lo di a Cam.
Cuando cogimos nuestros móviles los encendimos y comprobamos que todos teníamos el mismo mensaje.
Harry:
En qué líos os metéis... por ahora, aún os quiero fuerza de la cárcel. Ya me agradeceréis lo que acabo de hacer por vosotros. Disfrutad vuestra libertad.
Besos – E.
Y todos nos quedamos helados.
G\y\N