veintiséis.

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Habían pasado dos días de lo sucedido con Edward y parecía que se había tomado unas pequeñas vacaciones después del buen susto que me metió el condenado.

Nos encontrábamos de camino a Seattle, tenía muchas ganas de visitar ese lugar porque tenía una gran riqueza cult... Pero de qué hablo, en verdad tengo ganas porque vamos a ir a una fiesta con más celebrities. Espero que Taylor Swift no esté por allí porque le patearé el culo.

- Creo que ya sé quién fue – gritó Gilinsky.

Sí, seguíamos intentando averiguar quien había hecho esa gamberrada en nuestro preciado suelo.

- Desembucha vaquero – dije haciendo como si guardara una pistola en el bolsillo.

- Voy a ignorar eso – dijo mirándome raro – estoy seguro que fue Daniel.

- ¿Qué? ¿Por qué yo? Si cuando yo llegué ya hablabais del chicle – se defendió rápidamente.

- Pues ahora que te defiendes Daniel... ya lo dice la frase: excusato non petita manifiesta non pitato – lo apunté con mi linterna del móvil, algo que le molestó mucho en la vista ya que era de noche y en el autobús estaba encendida la luz ultravioleta. Todos rieron, HASTA EL INTERROGADO - ¿QUÉ? – exclamé haciéndome la poli mala.

- Em... - empezó Taylor aguantándose la risa – creo que no se dice así.

- ¿Ah, no genios? Entonces como se dice, ¿eh? – dije desafiante y toda llena de razón.

- Se dice: excusatio non petita, accusatio manifesta – habló esta vez Shawn. Les miré mal.

- ¿Y qué dije yo? – grité – Me habéis enfadado, eso es exactamente lo que dije yo.

- No – dijo Aaron.

- Sí.

- No.

- Que sí, Taylor.

- Que no, Emily.

- Que sí, Jack.

- Que no, Emily.

- COÑO DE VUESTRAS MADRES QUE YO NO LO DIJE MAL, NO HAY PRUEBAS ASÍ QUE OS CALLÁIS, NO HAY DERECHO.

- De hecho sí hay pruebas – dijo Matthew. Ala no lo había visto – te he grabado.

Puso la grabación y todos averiguaron mi primera y única imperfección.

Me tiré al suelo dramatizando.

- Oh, Señor, por qué no me diste el don del latín, me lo merecía más que todos estos pringados. A propósito, ¿dónde está Lox? – dije cambiando de tema para no humillarme más.

- Que poco escuchas a la gente cuando te habla, se fue a pasar unas semanas con su novio y su familia – contestó Daniel.

- Y parecías tonto cuando te recogimos tirado en la carretera sufriendo...

- Eh... a mí no me...

- Cállate, tienes derecho a permanecer en silencio y a un abogado – dije apresándolo con unas presas que había por allí.

- Emily, no quieres saber para qué uso esas presas... - dijo Cameron.

- OH JODER, AYUDA QUÉ ASCO, ESO SEGURO ROZÓ ALGUNA PARTE DE TU CUERPO EN LA QUE NUNCA DA EL SOL – grité asqueada.

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