Y como Harry me había dicho el día anterior, por uno de eses escalofriantes mensajes que me solía mandar, tenía al mismísimo Daniel Skye delante mía, sí, sí... ese que canta como un ángel y es amigo de Hayes.
-Emily, te están hablando- dijo Bart cansado de que todos seamos unos adolescentes hormonales que no prestan atención a nada.
-¿Quién?- contesté yo algo molesta.
-Supongo que tú serás la famosa Emily Blaire- dijo Daniel mirándome, mamá, que bonita sonrisa tienes por favor. MIENTRAS BESABA MI MANO.
Sonreí como una boba enamorada.
-Emily, me estás dando asco- los Jack's fingieron una arcada y yo les tiré un cojín por los aires.
-Sí, soy yo, no hace falta que te presentes porque sé quien eres, encantada- puse mi mejor sonrisa angelical.
Le dijimos que cuando descansara un poco y acabara de instalarse se uniera a nosotros a nuestro club del chisme en la sala principal del tourbus.
Discutíamos otra vez por culpa del chicle, algún día sabremos quien fue el pendejo.
-Yo creo que deberíamos advertirle.
-Pero a ti que te pasa Shawn, ¿te fumaste un porro o qué? ¿De qué hablas?
-Ay Emily, eres tonta, me refiero a E- todos asintieron apoyándolo menos Lox y yo.
-¿De verdad queréis asustarlo ya el primer día que está aquí?
-Eso- dije afirmando lo que Lox acababa de decir.
Ding, ding, ding... ¡mensaje!
Harry:
Será mejor que le digáis vosotros, yo no me andaré con rodeos, está en vuestras manos: asustarlo o matarlo del susto.
-E
Cuando estaba a punto de escribir mi mensaje, los pesados que yo tenía como amigos me interrumpieron.
-Ni se te ocurra- dijo Cam con tono de advertencia.
-Pero si ni siquiera...
-¿Te piensas que no te conocemos?- saltó un incrédulo Nash.
-Estabas a nada de contestarle a E- habló esta vez Taylor.
-Maldición- susurré.
-Cuida tu vocabulario, hijita- rodeé los ojos.
-Sí, papá.
En ese momento apareció Daniel. Cameron, como se quería sentir responsable, comenzó a explicarle la mierda esa del rollo de Harry. Aburrida, me fui a mi cama preguntándome qué hacíamos aún en el autobús pero no le di más importancia.
Al tumbarme me quedé dormida al instante, no sé porqué, porque ni siquiera estaba cansada.
Cuando desperté tenía varios mensajes y notificaciones, el que más llamó mi atención fue uno de Edward.
Harry:
Emily, necesito hablar contigo, nos vemos en la calle 33 a las 23:00.
Harry:
Ven sola y no le digas a ninguno de los chicos, si les dices, sabes que me enteraré.
Harry:
Como no vengas tomaré medidas drásticas y que, por ahora, no quiero tomar. No contestes, te haces muy pesada. Esto es serio.
besos,
-E
Vale, esto fue la gota que colmó el vaso, me tomaba los mensajes a broma cuando estaba con los chicos, pero esto realmente me echaba para atrás.
El mejor punto era que aún eran las 12 del mediodía y tenía tiempo para asimilarlo.
