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Aparcamos ni bien llegamos a la entrada del bosque de las tinieblas, lo se, un poco raro pero el nombre se debe a los árboles son tan altos y frondosos que no dejan pasar la luz de la luna lo cual le da un aspecto tenebroso de estar entre las tinieblas. Además de las historias sobre las desapariciones sin explicación que se han dado en varias ocasiones en este bosque.

Dicen que las bestias salen al anochecer y se llevan cualquier presa que quieran sin dejar rastro. Pero obviamente todo esto son solo un montón de inventos en un pueblo pequeño donde el chisme viaja más rápido que una infección.

El aire frio que golpea contra mi pecho al bajar del auto me hace volver a la realidad. De pronto me arrepiento de haberme puesto la falda que Rach me trajo y no ponerme los cómodos jeans que pensaba usar en primer lugar.

Miro a todos lados y distingo a varias personas que se pasean borrachas, riendo o bailando a pesar de que la música se encuentra lo bastante lejos como para poder bailarla y que no solo sea música de ambiente.

Suelto un suspiro pesado y miro a Rach, que esta con una sonrisa como si fuera navidad, se nota lo animada que esta con todo esto. Me muerdo el labio y avanzo con ella a través de la tierra y unos cuantos árboles. Unos mastodontes están apoyados en uno de estos, que nos miran de pies a cabeza cuando pasamos delante de ellos, me dio asco y solo gire el rostro antes de que me sienta peor. Rach no pareció ni inmutarse.

- De verdad no estoy segura de que debamos estar aquí. – le digo nerviosa, mirando a la gente a nuestro alrededor; hay un chico tirado en césped, claramente pasado de copas, un par de chicos sueltan risotadas que me hacen dar un pequeño brinco, veo a unas parejas que se esconden entre los árboles, buscando un poco de privacidad. Me sonrojo con solo imaginarme lo que van a hacer detrás de la vegetación.

Vuelvo mi mirada al frente y puedo distinguir el sonido de la música mucho más fuerte, veo la fogata a lo lejos donde se reúne la mayor cantidad de gente, mientras el resto se dispersa a lo largo de estos.

No puedo reconocer a la mayoría de las personas que están ahí, se que varios de ellos van al mismo instituto que nosotras pero me cuesta identificarlos. Paso la mirada vagamente hasta que me topo con una mirada penetrante, que me mira en la oscuridad. Puedo sentirlo pero no lo veo y me siento incomoda.

Detengo mi paso sintiendo mi corazón acelerarse y tomo la mano de Rachelle para detenerla, esta me mira con el ceño fruncido por mi repentino acto pero la ignoro mientras sigo buscando la presencia de esa mirada que me está atravesando el pecho.

La música de, creo reconocer, Imagine Dragons suena de repente y una voz resopla atrás de nosotras, nos giramos y nos topamos con unos ojos que nos miran intrigados. Se me hace familiar pero su nombre no se me viene a la cabeza.

- ¿Se perdieron? – nos pregunta con una sonrisa burlona.

- No – responde la pelirroja a mi lado – venimos a la fiesta.

- Creo que se equivocaron de lugar, esta fiesta no es para gente como ustedes. – responde cruzándose de brazos mirándonos de arriba hacia abajo.

- A ver Justin, hasta donde se esta fiesta es abierta para todos, no requiere invitación y además de que es ilegal, si te molesta nuestra presencia puedes retirarte porque nosotras no vamos a ningún lado. – se cruza de brazos y lo mira desafiante, levantando el mentón.

El chico, que ahora sé que se llama Justin, nos da una mirada rápida hasta de soltar una pequeña risa. Niega con la cabeza y vuelve a mirar a Rachelle.

- Buena suerte, rojita. – suelta antes de pasar por nuestro lado e irse.

Mi amiga esta que hecha humos ya que el pequeño apodo burlesco de Justin no le hizo gracia para nada.

Giro los ojos exasperada y cansada de por si estar aquí. ¿Cuánto ha pasado? ¿10 minutos desde que llegamos? Pues siento que fueran horas y la sensación de ser observada no se me quita aun.

Me doy la vuelta y me encuentro sola. ¿Dónde se fue Rachelle? Se atrevio a dejarme sola en este lugar en el que no quería estar en primer lugar. Resoplo molesta, dispuesta a irme cuando mi cuerpo choca con una pared, o al menos asi se sintió por la dureza, levanto la mirada y me encuentro con unos penetrantes ojos que me miran como si me odiaran. Mis manos están apoyadas suavemente sobre su torso, la presión de mi corazón debajo de mi pecho se incremente y me doy cuenta de la cercanía con el cuerpo, saco las manos rápidamente y me alejo poniendo cierta distancia entre nosotros. Aparto la mirada mirando a los lados sin poder soportar su mirada.

- ¿Te perdiste? – me pregunta, es la segunda persona que me dice algo así. Su voz parece tan fría y dura pero no me causa miedo sino nerviosismo y cierto calor que se aloja en mi rostro. ¿Me estoy sonrojando? Pero ¿Por qué?, estoy tan confundida conmigo misma.

- Ahmm no – digo sin poder añadir algo más.

- Deberías irte – dice con vos neutral. Lo miro sorprendida por su actitud, no estoy acostumbrada a que me hablen de esa manera tan fría y hostil – No perteneces a este lugar – añade por ultimo.

- ¿Eres el dueño o algo así? – me cruzo de brazos claramente molesta, nadie me habla así.

- Algo así – una sonrisa de autosuficiencia aparece en sus labios.

Ruedo los ojos y me quito el cabello de los hombros, siento calor, el calor de la rabia me invade por dentro y es mejor respirar antes que le suelte unas cuantas palabrotas.

Suelto un suspiro corto y molesto, vuelvo mi rostro y lo encaro mirándolo directamente en esos hermosos ojos cafés.

¿Hermosos dije? La rabia no me hace pensar claramente.

Me lamo los labios, que de momento se me resecaron y mantengo mi mentón elevado. Abro la boca para soltarle unas cuantas cosas pero otro hermoso rostro se atraviesa en mi campo de visión, pasando uno de sus brazos sobre los hombros del hombre delante mio y me mira curioso.

¿Acaso estoy tan fuera de lugar? Siento que soy una luz de neón en un cuarto oscuro, que todos parecen darse cuenta de que no encajo aquí.

- ¿Quién eres? – pregunta directo. Se nota que estos chicos no saben de modales o formas apropiadas de presentación.

- Soy Charlotte.

- Charlotte – repite con una pequeña sonrisa mirándome de arriba hacia abajo. Frunzo el ceño ante su mirada y su amigo parece tener la misma expresión que yo – ¿Qué haces aquí? Nunca te había visto antes

- Vine con mi amiga – volteo la mirada tratando de encontrar una cabellera roja que me indique que Rachelle no me ha dejado abandonada en un acto de rabia contra el chico que la llamo rojita.

- No parece tan buena amiga si te deja abandonada así como así.

- Parece que no – murmuro dándole la razón. Fue bajo pero el pareció captarlo.

- Soy Scott y el es Chris – señala a su amigo con un gesto de cabeza – Así que Charlie - ladea la cabeza con una sonrisa pícara – ¿te gustan las carreras?

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Capitulo no corregido en su totalidad, cualquier error o discrepancia que se encuentre me disculpo, pero es que lo escribo a la rápida y a veces se me pasan detalles.

Me disculpo de nuevo.

Gracias por leer.

GaBiie ;)

MARCADOS: Lux In Tenebris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora