Historias del Viento Plateado

Amor Imperecedero

Historias del Viento Plateado Cap. 1 – Rock LeeXHíbrida!Lectora

Disclaimer: Naruto Shippuden, sus personajes originales y ambientes son propiedad de Trollshimoto-¡Digo!, Kishimoto (Creo que sólo veremos a Lee en el arco de la boda entre Naruto y Hinata, pero como invitado extra), mientras que Inka es un OC de mi propiedad (aunque no salga en este capitulo). La lectora se pertenece a sí misma y al ninja más dedicado de toda la aldea de Konoha, Rock Lee.

Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas de desnudez y sexo. Si eres menor de edad o no te gustan estos temas, la x en la ventana de esta página es para ti. Oprímela, que te llama. Y si tienes mayoría de edad y te gusta la limonada fresca, ponte cómoda, busca tu soda favorita, tus palomitas u otros bocadillos, y disfruta de este espectáculo.

Este fic sólo tiene propósitos de entretener a sus lectoras... y de causarles un pequeño derrame nasal...

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Tras la fiesta de bodas, mi ahora esposo Lee y yo nos retiramos a donde pasaríamos nuestra luna de miel apartados del bullicio de la aldea en vías de desarrollo, de manera que ambos pudiésemos estar en solitario y lo más cerca de la naturaleza, y a todo lo que la componía.

Reservamos una pequeña cabaña al interior del bosque, el cual tenía acceso a un campo abierto con jardín, una piscina de aguas termales, y a una hermosa vista del amanecer desde la habitación. Si consideramos que el ninja se despierta incluso antes que lo haga el mismo astro rey, entonces estaría bien alojarse ahí por una corta temporada.

-Bien, al fin llegamos, (Nombre).- Dijo Lee ayudándome a descender del carruaje tirado por caballos una vez estuvimos frente a la residencia rentada.

-En verdad luce muy acogedora. Y me encanta su diseño.- Comenté mientras escrutaba con la mirada cada rincón de la fachada, quería guardar cada detalle de ésta en mi memoria y aplicarlas en la medida que podamos cuando tengamos nuestra casa propia.

-Podríamos encontrar una casa que se le parezca cuando volvamos a la aldea.- Me sugirió el ninja con una sonrisa animosa dirigida hacia mí, queriendo complacerme en todo lo que pudiera.

-Pero Lee, ¿de dónde sacaremos el dinero para una casa si tú-...? – Quise saber arqueando una ceja con duda, sin embargo el shinobi interrumpió mi pregunta.

-Tengo algunos de mis ahorritos guardados, podemos comprar la casa que nos parezca mejor.- Respondió el ojinegro guiñándome un párpado en ese instante.

-¿Hm? – Incliné mi cabeza con perplejidad sin dejar de verlo con mi ceja arqueada. Él había puesto el dinero necesario para la ceremonia de bodas, la renta de la casa y a diferencia de mis vestidos que fueron confeccionados por Arthur como regalo de bodas, todo lo demás fue financiado por el ninja mismo. Había cosas que no conocía de Lee que me gustaría verlas por mí misma, pero supuse que serían reveladas a su tiempo. No quería imaginarme lo muy interesadas que estarían otras por él si revelase sus "ahorritos" al público.

-Bueno, ¿y qué hacemos aquí afuera en el frío como lechuzas? ¿Entramos? – Sin más que decir, mi cónyuge me cargó en sus brazos sin previo aviso, aunque no me molestara en absoluto, y ambos ingresamos a la casa.

Su interior era más confortable de lo que parecía a la entrada, pues todo estaba en perfecto orden y estado, teniendo una sala de estar como antesala y conector a otros cuartos, a un lado el salón comedor junto a la cocina, el baño común se hallaba al fondo de un largo pasillo al otro lado del salón; más atrás se encontraba la habitación principal y más al fondo se encontraban el jardín trasero y las aguas termales. No estaba segura de por dónde empezar a inspeccionar, había varios sitios aunque pequeños que quería revisar como mi instinto felino me demandaba, pero mi lado humano quería estar al tanto de lo que mi esposo deseaba hacer.