Eros

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-Hm... -fue lo que salió de la boca de ruso. Abrió los ojos para ver que era lo que le ocasionaba un extraño calor en la entrepierna. Lo que vio lo dejó sorprendido.

Su adorado "cerdito", le estaba practicando una felación.

-¡Y-yuuri! ¡¿Qué crees que haces?! -le llamó, pero éste no le hizo el mínimo caso. Volvió a repetirle, y era resultado era el mismo. No podía negar que se sentía bien, mas no era normal que de un día a otro tomara la iniciativa de la nada. Se incorporó e intentó alejar al joven asiático de sí, le seguía llamando pero el chico no respondía. Después de algunos intentos logró alejarlo. -¡Yuuri! ¿Qué pasa contigo? ¡Yuuri!

-Ahg... podrías dejar de llamarme por ese nombre, es molesto -Respondió con un tono despectivo.

-¡Pero si ese es tu nombre!

-Sólo te diré algo, aquí no hay ningún Yuuri Katsuki.

-¿De qué hablas? -inquirió con seriedad, aunque por dentro estaba confundido.

-Pues así como te lo dije, Yuuri Katsuki ha desaparecido. Sólo estoy yo, Eros -comentó aquella persona sosteniendo una ligera sonrisa.

-¿E-eros? P-pero si... yo anoche... vi a Yuuri... él estaba normal.

-Cómo te lo dije, él ha desaparecido, así que ¿podrías dejar de poner esa cara? Yuuri no está -decía mientras se colocaba en las piernas del ruso.

Aquellas palabras retumbaron en en la cabeza de Viktor.

-¿Podrías darme un momento? -le dijo Viktor a la "entidad", quitándoselo de encima. Luego de ello fue al baño arregló su "problemita" y se remojó la cara, quería estar seguro de que no era un sueño.

Cuando regresó se le veía con un aire más sereno. Llevó a aquella "entidad" a la sala, ahí haría que le dijera lo que quería saber, pues él quería respuestas. -Bien, "Eros"... ¿por qué estás aquí? -inició el ruso.

-Bueno... alguien quería sexo... y quien mejor que el dios del amor para complacerle.

-¿Cómo traigo a Yuuri de regreso?

-No lo sé, a lo mejor cuando me cansé él pueda regresar. Pero, ¡vamos! Teniendote a ti eso será imposible.

El peli-plateado se sonrojó súbitamente, intentó guardar la compostura mas le fue imposible; de un momento a otro ya tenía el cuerpo de su contrario encima, frotando su trasero con la entrepierna del ruso.

-¡Deja de hacer eso..! -recriminaba con dificultad.

-¿Uh...? ¿Por qué debería? -le contestó con una sonrisa-. Se ve que a ti te gusta.

-¡N-no es cierto!

El chico de rasgos asiáticos lo observó completamente, luego miró directamente a los ojos del ruso. Por su parte, el peli-plateado sólo podía sentir como la mirada de aquel ser penetraba hasta lo más profundo de su alma. Esa mirada no le disgustaba, pero le hacía ver que, efectivamente, la persona frente a él no era su amado Yuuri. Era una mirada que se imponía, que desbordaba de sensualidad, una mirada de deseo, una mirada que no era de Yuuri.

-¿Qué ocurre? Pareces nervioso, Vitya -comentó con una sonrisa juguetona.

Ante aquel comentario, una extraña sensación recorrió el cuerpo del albino. No era simplemente la frase, o la posición en la que se encontraban en aquel instante, fue el tono en el cual lo dijo. La voz con la cual pronunció aquellas palabras era profunda, a la vez que juguetona, pero siempre con el propósito de provocar.

-¿No dirás nada? -ladeó su cabeza, y formó un puchero. -Entonces no habrá problema si hago esto... -una sonrisa maliciosa volvió a aparecer en aquella cara. Sin dejar oportunidad alguna a que Viktor reaccionara, atacó su boca; besó y mordió sus labios. Sin embargo no había desesperación en sus acciones, se tomaba el tiempo para cada acto que realizaba; inició colocando sus brazos alrededor del cuello del mayor, luego acercó sus labios a los de él, pero en lugar de sólo dar un beso usó su lengua y dio pequeñas lamidas a las comisuras y labio inferior de su contrario. Mientras tanto el mayor permanecía inmóvil, no podía siquiera salir del estado en el que se encontraba. Múltiples sensaciones se presentaban en su cuerpo ante aquel tacto que le proporcionaba el japonés. Sin embargo el menor no se detuvo, aún viendo el aparente estado de su pareja, prosiguió besando sus labios, para luego morder el inferior de estos. Estaba por colocar las manos de Viktor en su cintura, fue en ese momento que el ruso reaccionó, apartó al chico de encima y se levantó del sofá.

-Agradecería, en verdad que lo haría, si pudieses dejar de hacer eso -reclamó; su rostro se mostraba serio, sin embargo un sonrojo lo decoraba.

-Claro, lo haría, pero eres demasiado hermoso como para hacerlo, digo, cualquiera lo haría. No entiendo porque ese Yuuri no "lo hizo" contigo -dijo -. Tal vez en verdad no te amaba... o al menos no veía la belleza en ti-prosiguió, pero restándole importancia.

Fue ante aquel comentario que el ruso enfureció, no dudo en tomar del cuello de la camisa a esa persona. El ser frente a sus ojos no era su amado Yuuri, por lo que no tendría problema en golpearlo, y no permitiría que hablara mal del amor de su vida.

-No te atrevas a hablar mal de él, porque estoy seguro que si no lo hizo fue por una buena razón.

-Claro -dijo alargando la "a"-. Entonces dime ¿por qué le insistías tanto en ello, siendo que había una "buena razón"?

Aquella pregunta dio justo en el clavo, ¿por qué Viktor le insistía tanto con el tema a Yuuri? Según lo que Viktor le dijo a Eros, él sabía perfectamente que Yuuri tenía sus razones para no tener sexo. Entonces, ¿cuál era el motivo de tanta insistencia? Viktor cayó en cuenta de su error.

-¿Lo ves?

-¡Cállate! -le gritó el peli-plateado.

-Cómo quieras, pero al menos bájame. Es irritante que me sostengas así -se quejó con una expresión seria.

-No, sólo lo haré hasta que te disculpes por haber dicho eso sobre Yuuri -respondió Viktor.

-¿O sino qué? ¿Vas a golpearme? -rió -. Intentalo si deseas, pero te advierto algo, en primera, este es el cuerpo de Yuuri, así que cualquiera que sea el daño que me ocasiones quedará marcado en su cuerpo; y en segunda, intenta ponerme un dedo encima y no dudaré en quebrarte el brazo.

De no ser por la mirada que el chico poseía en aquel instante Viktor lo seguiría sosteniendo de la camisa, sin embargo esos ojos chocolatosos emitían un aire amenazador; por lo que decidió bajarlo. Ya una vez en el suelo el japonés ablandó su mirada.

Un suspiro fue lo que salió de la boca del ruso. -Como sea -intentó sonar lo más relajado posible, no debía sonar nervioso. -Bien, Eros, las cosas serán así; cuando estemos en público te llamarás Yuuri, por lo que deberás de responder a este nombre, y cuando estemos en privado usarás tu nombre, ¿te parece? -dijo con firmeza.

-Está bien -contestó-. Pero a cambio yo te pediré algo; no en este momento, pero lo haré -prosiguió.

-Okay, entonces que así sea -sonrió con satisfacción.

Fue de esta manera que inició el día de Viktor Nikiforov, ya no con su amado Yuuri, sino con la encarnación del erotismo y el placer, con Eros.

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He aquí el segundo capítulo, muchas gracias por su apoyo!

Como se los prometí, en este cap hubo zukulencia ( ͡° ͜・・ ͡° )

Hasta el siguiente capítulo
ヾ(*・∀・*)βyё☆βyё

Mi Amado EROS 『Vikturi』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora