Días como agua.

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-Yo ni siquiera quiero hablarle...

-Estoy de acuerdo con eso. Fin de la sesión.

Becca se levantó de la silla donde estaba para salir de la oficina del psicólogo.

-Señorita Becca ¿Entiendes que esto es fundamental para el avance emocional de ambos?- reclamó el hombre mayor.

-Entiendo que es una total perdida de tiempo.

Si tan solo Becca hubiera puesto atención a lo que le había dicho el psicólogo durante su charla al entrar al instituto al menos se habría preparado para ese día, viernes, sólo un día después de regresar.

Si, lo dijo el hombre, y el mismo le recordó las condiciones para estar en la escuela, y si bien, ahora ya estaban los resultados, en el momento en que Landry entró después de ella a la misma oficina, todo pareció volverse más y más incomodo.

-Lo siento Becca, a parte de tu visita con tu psiquiatra fuera de la institución tendrás que visitarme mínimo tres veces por semana. Estarás en constante supervisión hasta que no tengamos tus resultados, tus descansos los tomaras en sala de orientación, estarás obligada a la convivencia con tus compañeros de aula y de institución, y los fines de semana, o sea todos los viernes, incluyendo mañana, tendrás sesiones junto a Landry Novak para que puedan superar esto. Quiero decir, no fue mi idea, no creo que quieran hablar después de todo esto, pero son ordenes de dirección, no pueden permitir que vuelva a suceder este tipo de altercados y como el chico debe odiarte necesitamos que se conozcan a profundidad y evitar que trate de vengarse. -El psicólogo dejaba algunas pausas esperando al menos un reclamo por parte de la menor, pero sencillamente la chica no parecía reaccionar-Suena un poco descabellado, pero a fin de cuentas es algo que se puede prevenir, y estoy seguro que pudimos hacer esto antes de que todo ocurriera, pero se dice que nunca es tarde... ¿Estas de acuerdo?

Por supuesto que no tenía opción. Esa parte le causaba una molestia infinita.

-Mi doctor dijo que debo evitar el detonante de mis acciones, y Novak es ese detonante. Sin ofender, cariño.

-Para nada, me ofende más que me digas "cariño".

La joven le sonrió y se volvió a sentar. Landry no estaba temeroso, estaba enojado, y no era para menos, realmente le había jodido la vida. De todos los lugares donde pudo haber atacado, pero se le había ocurrido los ojos, sí no buscaba arruinarle la vida, entonces realmente sólo había tenido mala suerte.

-El objetivo de esto es que deje de ser un detonante- miró al chico-ambos deben de dejar ir lo que pasó.

-Voy a hacer que le quiten la puta licencia, se lo juro.-dijo Landry.

-Lo ve, no soy yo el problema, es él.-reclamó Becca.

-Oh, claro que seré tu problema y la próxima vez créeme que no será solo un empujoncito o una burla.

-Eso es una amenaza.

-Lo es.

-No pregunté.-La chica se sentía muy diferente en ese momento y sus respuestas lo hacían evidente. No parecía ella, parecía más bien muy segura.

-¡Ya basta!-exclamó el psicólogo. -ambos, necesito que dejen de ver sus diferencias y se concentren en ver sus similitudes. Hablen, a fin de cuentas estarán aquí hasta que yo lo diga.

-Creí que esto solo duraba una hora.

-Hoy no, Becca.

-Tengo el papel que me avala como saludable del coco, así que ¿Por qué no solo evitamos esto?

Hannibal Lecter es mi psiquiatra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora