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--- Mark ---

Pasamos una semana de hotel en hotel disfrutando ser novios nuevamente sin que nuestros celulares sonaron una sola vez. Pasábamos nuestras tardes paseando por la orilla del mar o los parques más alejados del lugar.

Habíamos comprado ropa, conociendo algún que otro lugar y ahora nos tocaba volver. Jin me dio las llaves del auto y nos subimos después de guardar las cosas en el baúl cerca de las cinco de la mañana de ese lunes.

- ¿No te parece que me estás haciendo manejar demasiado? – le pregunte entrando al auto.

- Te queda mejor a vos que a mí. – sonrió y señalo la calle para que empezara a manejar.

- Como diga señor príncipe.

El sol iba saliendo mientras íbamos por la ruta silenciosa y vaciá. Jin iba sacando fotos mientras yo manejaba, hablando de cosas que veíamos en el paisaje.

Paramos en varios lugares para que tuviera algunas tomas mejores y me empecé a preguntar si en algún momento llegaríamos, por lo menos tarde, aunque toda la escena me hacia sonreír como tonto y siendo sincero era yo el que no quería volver, aunque eso me costara el trabajo que tanto me había costado conseguir.

Casi siendo las siete y media de la mañana estábamos a solo unos diez kilómetros de llegar a la empresa y paramos a desayunar algo en un lugar que vi al lado de la ruta.

- ¿Café? – me pregunto mirando el menú.

- Si, ¿tienen algo dulce?

- Tienen algunas tartas... - me dio el menú y elegí una de manzana mientras él elegía una de chocolate.

Lo que pedimos llego rápido y comimos lentamente, perdiendo el tiempo para alargar nuestro viaje lo más que podíamos. Volver se sentía como si todo hubiera sido un sueño de que, si despertábamos, el otro no iba a estar para decir "tranquilo, todo fue de verdad".

Cuando ya no podíamos hacer más nada, pagamos la cuenta y salimos hacia el auto hablando de lo delicioso que estaba todo lo que habíamos comido y me di cuenta que estaba hablando solo a unos pasos del auto. Me di la vuelta y Jin estaba a varios metros míos mirándome.

- ¿Qué pasa? – aunque sabía que era lo que iba a decir.

- ¿Y si no volvemos? – sentí que mi corazón se rompía al verlo y no poder decirle que lo hagamos.

El silencio me consumió y nos quedamos ahí, mirándonos sin decir una palabra con la pregunta entre nosotros flotando como una espada que estaba esperando por apuñalarnos.

--- Jinyoung ---

Ya había sido lo suficiente egoísta, lo sabía, pero quería mas, no lo podía evitar. Vi como Mark buscaba en su cabeza las palabras correctas y me sentí pesado. Camine como si mis pies fueran de piedra hasta llegar a él.

- Está bien... - le dije sonriendo, y esperaba que fuera convincente. – Dame, manejo yo.

Y así lo hicimos, maneje lo que quedaba del trayecto, ninguno de los dos hablo por un rato hasta que el aire dejo de estar tenso.

Estacione el auto en el subsuelo del edificio de la empresa y subimos a nuestro piso, todos estaban trabajando y corriendo de un lugar a otro por las entregas de fin de mes.

- Te veo después... - me dijo Mark cuando llegamos a la puerta de su oficina.

- Dale... - un corto beso por parte de él y camine unos pasos más para entrar a mi oficina.

Me puse a trabajar luchando contra el tiempo. La pila de carpetas se iba agrandando en la caja que tenía al lado mío hasta que termine el ultimo archivo, mire la hora pensando que podría almorzar algo en la cafetería y suspire al darme cuenta que eran casi las siete de la tarde y estaba cerrada.

El destino frente a mi (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora