Capítulo 4

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Recordaba aquel nombre a la perfección. Leila. Su presencia en aquel momento me irritaba. Parecía que se estaba preparando para empezar la clase, junto a otras dos chicas que parecían ser sus amigas. Pero enseguida aparté la mirada y me dispuse a ir al mostrador que se encontraba en una esquina de la sala a apuntarme. Allí me recibió una mujer de unos cuarenta años aproximadamente:

- ¿Hola buenas, qué desea?- Me preguntó amablemente la mujer.

- Hola buenas, me gustaría apuntarme a las clases de baile. - Le dije interesada.

- ¿Que tipo de baile te gustaría practicar? Tenemos salsa, contemporáneo, bachata, hip-hop, baile moderno ...- Me propuso intentando ayudarme a decidirme.

- Creo que me decanto por el baile moderno.- Le conteste con toda seguridad.

- Muy bien, enseguida te apunto. Por cierto, se me olvidaba, aquí están los horarios.- Me dijo señalándome un papel que había sacado de debajo del mostrador.


Horario Baile Moderno:

Lunes y Viernes: 15:00-16:00; 18:00-19:000

Martes y Jueves: 17:00-18:00; 19:00-20:00

Puedes elegir la hora a la que quieras venir. Las clases son de una hora, la profesora que las imparte se llama Lauren.

- Vendré los martes y los jueves de 17:00 a 18:00. ¿Cuánto costaría? 

- 25$ mensuales. Dime tus datos personales y mañana podrás empezar las clases.- Me respondió con una sonrisa.

- Vale, muchas gracias. Hasta mañana.


Cuando acabé me dispuse a salir por la puerta y fue allí cuando me encontré con aquel chico de los ojos grises que me había llamado tanto la atención hoy en clase. Lo vi apoyado en aquel Audi R8 negro que supuse que era suyo y fue en ese momento cuando nuestros ojos se encontraron y una agradable sensación me envolvió, pero esta fue interrumpida cuando sentí un empujón en mi lado derecho. Aunque lo pase por alto pensando que fue un accidente. Cuando me giré vi a Leila con las dos chicas que había visto anteriormente en la clase. Estas se fueron por un lado y Leila se dirigió al chico moreno. En ese momento me sorprendió que se besaran y entonces caí en la cuenta de que eran pareja. Algo en esa acción me molestó y no sabía el porqué de eso, pero no pude evitar escuchar un fragmento de su conversación mientras fingía utilizar el móvil:

- Hola mi amor, ¿Cómo han ido las clases?- Preguntó él sonriendo.

- Como todos los días, ya que tuve que enseñarle otra vez el baile a las estúpidas de mis amigas.

-Menos mal que son tus amigas.- Le dijo entre risas.


Volvieron a besarse y entraron al coche.

Fue ahí cuando decidí irme a mi casa.

Una vez llegué, me encontré a mi padre en la cocina haciendo la cena y entonces subí a mi habitación a darme una ducha para después bajar a cenar. Cuando acabé de cenar, volví a mi habitación y sin más dilación me metí en la cama y me puse a reflexionar sobre todo lo que había pasado en mi día. Seguía sin poder quitarme de la cabeza aquella imagen, la de Leila con aquel chico moreno besándose y seguía sin saber porqué, ya que no sabía ni su nombre. Esa noche aquellos ojos grises estuvieron presentes en mis sueños.

Pero un ruido estremecedor me despertó en mitad de la noche, no sabía lo que estaba pasando, difícilmente conseguí encender la luz de mi habitación y corrí al salón ya que parecía que de allí era de donde procedía el sonido. Una vez llegué abajo, la luz tenue del salón me mostró a mi padre tirado en el suelo con el pie ensangrentado.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2017 ⏰

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Acabé siendo una Grey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora