Cincuenta. "12 de Mayo, el fin"

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A penas leí el mensaje las lágrimas comenzaron a deslizarse por mi mejilla.

A ver, déjenme entender. Se van 2 de las 4 personas más importantes en mi vida; uno de ellos está molesto conmigo, la otra está deprimida, el tercero debe alistar sus cosas para irse a la conchinchina y la cuarta insiste con chancla en mano a que salga con lo poco de alma que me queda de mi cálido dormitorio.
¿Cómo se supone que debo estar feliz por esto? Mi madre quiere que haga el intento. Estoy arruinada, enfadada y me siento realmente sola.
¿Porque no me lo dijeron antes? ¿Porque justo ahora que todo en mi entorno se empieza a arruinar? En este preciso instante, en el que más los necesito, se están alejando de mí. Ahora me siento dramática, y normalmente no lo soy pero en serio, en serio necesito un respiro.

Sé que estoy en mi sala pero no la reconozco, es como si todo hubiera sido cambiado de posición. Perfecto, ahora surge la sensación de estar perdida. Agarro a florecita para ver si ayuda. Nada.
Veo cuatro maletas, al parecer una de ellas es de Iván. No solo se va mi hermano... No solo se va... él. Nuevamente siento la cara húmeda. Ni siquiera puedo entender mis pensamientos, todo se repite una y otra vez y sucede en cámara lenta: Los abrazos, los "lo lamento", "debí decírtelo antes pero no sabía cómo" y "me harás falta."

Después entendí. Entendí la depresión de Valeria, la distancia de Iván, las salidas de Hernán por la noche y el olor a café que traía.
Entendí que estuve todo este tiempo sola, pero a pesar de eso me sentía con ellos. Fui egoísta. Lo soy. Me concentré tanto en lo que sucedía en mi vida que no me percaté de lo jodido que estaba Hernán. De el consuelo que encontró en Valeria y de lo solitario que se sentía Ivan, por mi. Por mi culpa y la culpa de alguien que realmente jugaba conmigo. Y no aproveché los momentos que tuve con cada uno de ellos.

Nunca halagué a Valeria por su gran inteligencia, ni a Iván por su ternura, Hernán por su buen humor y por estar para mí cuando lo necesité. Por ser el mejor hermano del mundo, y mi pecho se hunde, se hunde de verdad. Como solo se hunde cuando sientes gran dolor. Escucho que el contrato en la empresa dura dos años, que no sabe si se renovará o no, agarra sus maletas y la promesa de volver para Navidad queda en el aire. PROMESAS. ¿Eh?
Así como le prometí a Iván que seríamos esposos cuando solo tenía 5 años, así como tomé su mano y besé sus nudillos cuando por primera vez me dijo muñeca. Ahora se va.
Así como le prometí a Valeria estar siempre cuando me necesite y ahora llora por qué al parecer se enamoró. "¡Podría ser tu padre!" Me reí. Ella lo quiere, es lo único que me importa.

Aire acondicionado. Ahora me encuentro en la sala de embarque, sudo frío, y siento la mano de mi mejor amiga sobre mi hombro.

- Gracias por prestarme tu maleta –veo su sonrisa tratando de grabármela.

- Para eso están los amigos, bro.

¿Dijo "Prestarme"? frunzo el ceño y reacciono mirando a hacia mi derecha.

- Pensaste que te dejaría, ¿eh? –me dirige una mirada y se sujeta de mi mano–. Alguien tenía que tomar mi puesto en el vuelo, Hernán aprovechó la oportunidad. La empresa es independiente y fue fundada allá, es una gran oportunidad para tu hermano, Khay. Trabajará a fondo en su carrera y le irá muy bien, créeme.

No entiendo nada.

- Iván cuidara de mi dormitorio mientras no estoy. –escucho en mi oído mientras evito llorar, nuevamente.

- Aún no te lo perdono, Hernán.

Me percaté de la cortina de agua que que amenazaba con salir de sus ojos y lo abracé aún más fuerte.

Pasajeros del vuelo 01215 con destino a California, EEUU. Por favor acercarse a la línea de embarque.

- Esa es mi señal...

Y quisiera que esto solo fuera una pesadilla, pero es verdad. Pellizqué a Hernán y chilló. Así que si. Es la más pura verdad. Valeria abraza a Hernán, le roba un besito (cosa que me tomó por sorpresa) y vuelve a tomarme del hombro. Iván se despide y le dice algo al oído. Hernán sonríe desganado.

- Y ¿entonces?

- Todo fue muy rápido, estoy seguro que lo entenderás cuando te lo explique pero hoy salía el vuelo de Iván, debía cogerlo. La próxima semana empiezo en la empresa. –traté de calmarlo con una sonrisa.

- Supongo que este es el fin, ¿no? –con un nudo en la garganta agacho la mirada. No quiero ponerme peor.

- ¿De que estás hablando, boba? –una lágrima se le escapa–. Podemos wasapear.

Última llamada a los pasajeros del vuelo 01215 con destino a California, EEUU. Por favor, acercarse a la línea de embarque.

Hernán muestra el pasaporte y le permiten el acceso, da una mirada de regreso y alza la mano en son de despedida. Mi mamá llora. Mi papá la abraza. Y yo solo tildo a gritar:

- ¡Wazapéame esta, hermano!

Antes de caer de nuevo entre una disputa de risas y lágrimas.

«Te extrañare demasiado mi señor de las tinieblas.»

        __________ FIN ___________

Wazapéame ésta, hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora