Capitulo 3

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Yo estaba en el invierno de mi vida, y los hombres que conocí a lo largo del camino fueron mi único verano, por la noche me quedaba dormida con visiones de mi misma bailando, riendo y llorando con ellos.

-Lana del Rey

Viernes, viernes, viernes... ¿Qué hare? No hay nadie en casa y no hay nada que hacer, las tareas no importan mucho, son pura basura. Tareas... Tomás... él es de los más destacados en las notas, en cambio yo solo procuro pasar de curso. Tomás... sus lindos ojos verde oscuro, y su hermoso cabello castaño claro... su linda sonrisa, su tez clara, siempre me había molestado porque era más alto que yo, todavía lo hace a veces...

Me reprocho a mi misma por estar pensando en él, no debo pensar en él, demás que ya me olvidó, aunque en el fondo todavía guardo esperanza, estuvo tanto tiempo esperando por mí y yo no quería aceptar que me gustaba. Cuando por fin estábamos juntos yo debía arruinar todo con mis dudas y ahora me arrepiento, estuvimos juntos dos veces yo era la que terminaba con el, pero el me esperaba, la segunda vez que terminé con él sentí que algo se rompió y no hablo solamente del corazón, sino que otra cosa, quizás la ilusión, los sueños, la confianza, quizás la cordura o no sé.

No se porque demonios tomo decisiones tan impulsivas, siempre hago las cosas sin pensar, pero ya que, no puedo hacer nada para arreglarlo, aggg debo buscar algo para distraerme para no pensar más en estas cosas, haber... es viernes por la noche que puedo hacer, ah! Ya se, lo mismo de siempre, iré a algún club a buscar algo para ocupar la mente por un rato.

Me coloco unos tacones negros y un vestido del mismo color que se pega a mi cuerpo hasta a unos centímetros por arriba de mi rodilla. Agarro mi bolso con mi teléfono, las llaves de mi casa y un poco de dinero; salgo a la calle y pido un taxi para ir a algún club.

Tengo un auto pero nunca lo uso debido a que no quiero recibir mucho de mis padres, siento que me lo compraron más por obligación a que por cariño ya que estaba de cumpleaños ese día y a penas me dieron el auto se fueron a "resolver asuntos de negocios". Así que solo esta juntando polvo en la cochera de la casa.

Al llegar a un club en el centro de la ciudad al cual he venido unas cuantas veces me formo para entrar, luego de esperar un rato entro y lo que me encuentro es lo de siempre, mucha gente, música a todo volumen, cuerpos moviéndose al ritmo de la música, dentro de estos clubs circula de todo desde drogas de todo tipo hasta círculos de prostitución, era muy común encontrarlos en especial en el centro de la cuidad, Nueva York era un completo desastre, mucha gente llegaba a la ciudad con la esperanza de hacer realidad sus sueños, pero no saben que mientras una persona llega con esa ilusión a la ciudad, cien sueños se están yendo a la basura en ese momento sin que nadie lo sepa.

Me acerco a la barra para pedir un trago o al menos esa es la intención, ya que un chico se acerca a mi apenas llego a ella, esto es común, la mayoría son iguales: se acercan te invitan un trago, te pregunta cosas imbéciles y ni siquiera le importan tus respuestas, te invita a bailar, mientras lo hacen te manosea o te roba un beso, te invita más tragos, los dos están borrachos y luego se consiguen un lugar, cogen y cuando terminan se van como si nada, simple, fácil y rápido, sin compromisos.

-Hola preciosa - dice el chico con su sonrisa seductora - ¿Estas sola?

-Claro - le digo con una sonrisa, es moreno, alto y trae unos jeans y una ramera color rojo.

-Te invito un trago, ¿Qué quieres tomar?-.

- Vodka - digo.

-Trago fuerte ¿eh? - .

-Sí, para comenzar desde lo alto - digo y suelto una pequeña risa, en realidad la idea es perder la conciencia rápido.

-Esta bien, dos vasos de vodka - le dice al hombre detrás de la barra que no había visto antes, he conocido a varias personas que trabajan en los clubs que suelo ir debido a que generalmente me paso los fines de semanas en ellos, así que se les hace común verme por estos lugares - ¿Y que haces por estos lugares nena?-.

-Nada, ya sabes, pasando el rato, ¿Y tú?-.

-Lo mismo, soy Jeremy - dice el mientras nos entregan los tragos.

-Yo soy Lizzy - le digo y tomo un trago a mi vaso.

-Bien Lizzy, salud - dice él y estira su vaso.

-Salud, ¿Y porque brindamos?-.

-Emmm... por habernos conocidos, ¿Te parece una buena razón?-.

-Claro, me parece una excelente razón-.

-Perfecto, entonces salud-.

-Salud - chocamos los vasos y nos tomamos todo de un trago.

- Vamos bailar- dice mientras me toma la mano para llevarme a la pista y yo lo sigo.

Al llegar nos movemos al ritmo de la música, debo reconocer que baila muy bien, cada cierto rato nos íbamos a la barra a buscar más tragos para nosotros y después de una hora ya estábamos borrachos y besándonos, sinceramente el chico era muy simpático y gracioso, reí mucho esa noche, al parecer el chico estaba de paso por Nueva York y estaba en el bar por un poco de diversión. A diferencia de algunas noches esa vez no fuimos a ningún lado para tener relaciones, solo charlábamos, nos reíamos y nos besamos de vez en cuando.

No crean que cada vez que voy a un bar o alguna fiesta termino acostándome con alguien, solo a veces pasa eso; otras solo conozco gente nueva, y comienzo a conocer a la gente y a pesar de que quizás nunca la/o vuelva a ver, los escucho y me agrada eso, porque me hace recordar que el mundo sigue girando.

Las personas generalmente piensan que los que van a bares así no tienen nada que hacer, que son zorras o imbéciles que buscan diversión un rato, que no quieren madurar y pasan todos los días así por adictos a alguna droga o algo. Pero no, cada persona tiene su historia, una marca, alguna cicatriz que los hace únicos y especiales, quizás algunos si buscan diversión por un rato, pero los drogadictos, rameras y la gente que vive de una fiesta interminable tienen una historia detrás, seguro que una persona normal los miraría y pensarían "¡Por dios como pueden vivir así!" ellos no eligieron ser así, no se si lo digo porque me estoy convirtiendo en una de ellos o porque he convivido mucho con ellos.

Los chicos o chicas buscan a alguien para pasar el rato para olvidar o ignorar algo, no le importa mucho las respuestas y las preguntas son casi siempre las mismas.

En bares, clubs y fiestas he oído historias que harían llorar hasta el hombre más duro de corazón, historias desgarradoras, historias por las que piensas que la verdadera pregunta debería ser ¿Cómo puede seguir aquí? ¿Como sigue luchando para vivir?

Son las seis de la mañana y voy en un taxi con dirección a mi casa, el chico se fue a las cuatro de la mañana y se despidió gentilmente de mi y después de que él se fue yo seguí disfrutando del resto de la fiesta hasta que decidí que era hora de irme.

Al llegar a mi casa me quito los tacones y entro a la casa, no me sorprendo cuando la encuentro vacía, solo entro en mi cuarto y me desvisto rápidamente para dormir lo más pronto posible antes de que comience a recordar y recuperar la conciencia, lamentablemente no soy muy rápida y antes de dormir tú te vienes a mi mente...

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Te Metiste En Mi Piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora