Capítulo 1

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1 año después...


Miro la botella de vodka con resignación, creo que se agotó, dejo la botella vacía en la mesita de noche, me paro de la cama y busco en el cajón del armario otra botella, la abro y bebo directamente de ella, miro a mi acompañante que está durmiendo en la cama semidesnudo.

Veo la hora, son las 00:40, ya es 19 de agosto, hoy se cumple un año, un año desde que terminamos, un año desde que cometí el peor error de mi vida, un año, un año...

-Brindo por mí y por mi idiotez – le digo a nadie en especial, mientras tomo otro trago de la botella – Brindo porque hoy se cumple un año desde que cometí la peor idiotez de mi vida, una idiotez de la cual me he lamentado todo un año y creo que seguirá así – tomo otro trago de mi botella – Y también brindo por ti cariño, que seguramente debes estar en tu casa durmiendo y ni siquiera recuerdas lo que ocurrió hace un año, brindo por ti y por meterte tan debajo de mi piel y de mi mente – otro trago y otro y otro. Que mas da, no importa nada.

He caído bajo, lo se, metiéndome con cualquier hombre que se cruza por delante de mi, drogándome con lo que sea, tomando trago tras trago, botella tras botella. Que más da ¿No? Que más da si tú no estas conmigo. No se ni como llegué aquí, creo que estaba en algún bar y un chico se acercó a hablar y beber conmigo y luego terminamos en su casa, ni siquiera me acuerdo como se llamaba, creo que Sebastián o Jaxón, que mas da, si no es tu nombre entonces no importa.

Camino hacia la cama y me acuesto al lado del chico, mientras dejo la botella en la mesita de noche.

Recuerdo que hoy te vi usando unos jeans y una camisa, te veías hermoso, bueno siempre te ves hermoso en todo caso. Es increíble que a pesar de todo nos sigamos hablando como si no hubiera pasado nada como si no hubiéramos estado juntos, en momentos hasta me molestas a propósito, yo solo te digo que pares fríamente, no quiero que sepas que estoy jodidamente enamorada de ti.

Busco mi blusa para irme, ya que solo he estado con shorts y brazier. Cuando estoy vestida recojo mis cosas y me largo, al salir a la calle me ubico en seguida ya que el lugar no esta muy lejos de mi casa.

Camino por las calles de la ciudad, haciendo resonar mis tacones mientras me tambaleo un poco debido al alcohol. Al llegar a mi casa, me tardo un poco en encontrar las llaves pero al final las encuentro y entro, obviamente mis padres no están debido a que salieron por una semana a visitar a unos amigos. La casa no es una mansión pero es linda y acogedora, en todo caso solo vivimos mis padres y yo.

Entro a mi cuarto me saco los malditos tacones que me están matando, y me meto a la cama con la ropa puesta, no tengo mucho animo de ponerme el piyama. Nunca me han gustado los tacones, pero los uso porque es un estereotipo de la sociedad de que las mujeres los usen para verse hermosas y sensuales, y esa es la idea, verse bien a la vista de los demás.

El cansancio comienza a apoderarse de mí y me vence el sueño para caer en un sueño profundo, pero antes mi último pensamiento eres tú, siempre eres tú...

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Te Metiste En Mi Piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora