Capítulo 6

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El día en que los Argent abandonaron el pueblo Peter pudo volver a respirar con normalidad. Cada mañana se levantaba, se colocaba su uniforme y conducía su auto hasta la escuela de enfermería de Beacon Hills.

Originalmente su idea era estudiar medicina, en Oxford, en Berkeley, en Harvard, en cualquier universidad donde su cerebro pudiera ser bien aprovechado. Por el contrario, su cerebro estaba atascado en Beacon Hills, estudiando enfermería bajo el prejuicio de ser un chico en una carrera de mujeres y de ser un Hale en una escuela pública.

Nada le había importado menos, porque la única razón por la cual se había quedado en Beacon Hills era porque una personita de ojos enormes color café estaba viviendo en ese pueblo, una personita a la que le enviaba regalos cada semana, le compraba leche, pañales y de vez en cuando se colaba por su ventana durante la noche para cargarlo unos cuantos minutos y decirle que era el bebé más perfecto de la tierra, aunque tuviera un extraño nombre ruso o polaco o de vikingo. Esas personas tenían un buen sentido del humor para los nombres, pero a él no le interesó porque para él no necesitaba un nombre, era su hijo y la única razón por la que estaba decidido a detener su vida en un pueblo como ese.

Si de algo estaba seguro era que Beacon Hills jamás había visto a un bebé como ese.

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Dieciséis años después.

-Sabía que estabas vivo -Peter había notado a la cazadora minutos antes de que se atreviera a hablar. Estaban sentados en diferentes mesas, dándose la espalda y bebiendo exactamente lo mismo -Gerard le dijo a Chris que moriste hace ocho años, ahogado en tu propia sangre.

-Estoy seguro de que moriré con más estilo -Peter se llevó el vaso de whisky a los labios.

-Tengo una pregunta que hacerte, Hale. -Peter suspiró -¿Tuviste un monstruo con mi hermano?

-No entiendo ¿Puede ser menos vulgar? -Kate resopló.

-Lo diré de nuevo -Kate se giró a verlo -¿Tú y mi hermano crearon un engendro?

La risa de Peter fue casi genuina, lo habría sido si los nervios no lo hubieran traicionado en ese instante.

-Tú hermano y yo tuvimos sexo -Peter sonrió -Pero un 'engendro', a menos que él sea hermafrodita, creo que te has equivocado de teoría.

-No juegues conmigo, Hale.

-Te equivocas -Peter sacó su cartera y pagó su trago -Tú no juegues conmigo, Argent. Ya los corrí una vez de Beacon Hills, puedo hacerlo una segunda.

-¿Nos corriste?

-¿No fue eso lo que hizo tu hermano y después tu padre? ¿Salir huyendo para intentar afrontar su humillación? -Peter se acomodó el cuello de su chaqueta -Recuerda esto, Katie, ya tuve a un Argent en mis manos una vez, puedo hacerlo una segunda.

Probablemente intentar provocarla de esa manera no fue lo más inteligente. Pero no se dio cuenta de eso hasta que la vio rondando a Derek.

-¿No salías con Paige?

-Es guapa.

-Derek, tiene diez años más que tú -Peter le apuntó al cinturón de seguridad -Y es una Argent.

-Lo sé -Derek se pasó una mano por el cabello -Me preguntó sobre ti y sobre Chris Argent.

-¿Y qué le dijiste?

-Que era demasiado joven como para recordarlo, que seguramente ella tenía mejores referencias que yo -La sonrisa de Peter fue completamente de orgullo en ese momento.

Días doradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora