Capítulo 2-.Eres mía Victoria

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Estaba sentada en el despacho de Caleb mi marido, Ojeando un libro de gestión empresarial, que ya había leído varias veces desde mí matrimonio con Caleb.

Hace sólo tres meses que nos hemos casado, pero no por amor; sino más bien por un contrato, con el fin de unir la empresa Mayer con los la empresa Evanson, y para que todo este "teatro" funcionase, tenían que tener un títere para un buen show, Y allí es donde entraba su adorada hija... Victoria Mayer, ahora conocida como señora Evanson para muchos inversionistas.

Mi única labor como esposa de Caleb era asistir a los eventos ejecutivos, con una gran sonrisa, fingiendo ser una pareja recién casada y "completamente enamorada"

Valla que sí que lo era...

Suspiro y veo el hermoso anillo de mi dedo, esta tenía forma de una corona incrustada con diamantes en los picos, y pequeños Zafiros alrededor; cubierta de Oro blanco.

Una total farsa Victoria... sonreí con tristeza.

Después de la boda Caleb me llevo a la que sería mi nueva prisión, no hubo luna de miel, no hubo toques ni nada por el estilo, ese día Caleb se fue dejándome sola en esta gran prisión de oro, no tuve el valor para preguntarle a donde iba, era mejor para mí, tenía miedo de lo pudiera hacer, era demasiado intimidante, y su escultural cuerpo hacia ver el cuarto demasiado pequeño a pesar que esta era muy amplia.

Caleb casi no dormía en la casa, siempre dormía fuera, cuando llegaba; soló pasaba a revisar unos papeles de su despacho, y se marchaba.

Por mi parte solo me la pasaba encerrada, nunca me llamo la atención ir de compras, creía que eran muy innecesarios, solo ocupaba lo básico.

Me limitaba a leer o a ayudarle a Katherine con la cena, ella era una mujer extraordinaria, hubiera deseado que fuera mi mamá, se preocupaba más de lo que la verdadera hacía por mí.

Mi relación con Caleb es totalmente fría, no nos dirigíamos la palabra, no porque no nos interesara hacerlo, sino más bien porque no teníamos un tema de conversación; más que un simple..."hola, buenos días, hasta luego".

Lo poco que podíamos hablar, se fue consumiendo en estos meses dejando solo el silencio en las paredes.

Aun no sé porque Caleb me necesitaba tanto, solo comprendo que debo guardar las apariencias.

Todos creen que lo nuestro es un matrimonio perfecto, lo que no saben es que solo es un contrato y nada más.

Despejo mi mente de todo, recuerdo que ya era hora que Katherine sirviera la cena, me levanto, salgo del despacho de Caleb, me dirijo a la cocina y la veo ahí sonriente como siempre.

Katherine es una gran mujer, tiene una pequeña nieta de cinco, su hija era de mi edad pero cuando la pequeña Charlotte nació Sofía murió, Katherine no le importo avisarle a su yerno, él nunca se interesó por la niña, era un vividor, y mujeriego.

DivorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora