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— ¿Listo?— El ojimiel asiente y ambos chicos entran al salón de informática.

— ¡Chicos, no nos crearán! Vimos a una tortuga con 3 cabezas en el armario del conserje!— Exclama Liam hacia Louis y Harry quiénes estaban trabajando.

— ¿En serio? Tenemos que verla. — Harry asiente ante las palabras de Louis y sale corriendo junto con él hacía el armario. Liam y Zayn los siguen.

Al llegar, ambos chicos entran y después Zayn y Liam cierran la puerta con llave.

— ¿Cuál tortuga? No hay ninguna tortuga, Liam.— Dice Harry buscando al animal. Entonces voltea y ve que ambos chicos ya no están. Oh... Han caído en su trampa.

— ¡Maldito negro y estúpido gordo! Abran la puerta.— Harry rueda los ojos al ver a Louis golpear la puerta para que está se abra.

— Olvídalo, la cerraron con llave.— Louis suspira pesadamente y se sienta en el suelo.

— ¿Para qué nos habrán encerrado?— Pregunta el ojiazul con los ojos cerrados.

— No lo sé, pero no me agrada estar aquí.—

— Es tu culpa. —

— ¿Mi culpa? Tú les creíste, yo sólo te seguí.— Espeta con los brazos cruzados. Louis abre sus ojos.

— ¿Eres inteligente, no? Debiste detenerme.—

— Los vi tan seguros que pensé que era verdad ¡No me culpes!—

— ¡No me grites! ¿Te das cuenta que estaremos posiblemente encerrados aquí un largo tiempo? Lo que menos quiero es oír tus gritos.— Harry abre la boca indignado.

— ¡Pues tendrás que aguantarme a mi y a mis gritos!— El rizado golpea con su puño el mueble con productos de limpieza que estaba detrás de él. Éste se tambalea y en un segundo está inclinándose, indicando que caerá encima de Harry quién todavía no se daba cuenta.

Louis rápidamente se levanta y empuja al rizado, dejando que el mueble cayera sólo en él.

— ¡Louis!— El ojiverde rápidamente levantó el mueble dejando ver al castaño con varios trapos y jabones en su cuerpo.

— Joder, dolió mucho.— Exclama sobando su cabeza.

Harry acomoda rápidamente el mueble y se acerca al ojiazul.

— ¿Estás bien?—

— Me duele mi cabeza.— Responde con una mueca.

Harry lo abraza rápidamente y besa su cabeza, impresionando a ambos chicos.

— Yo no...— Quiso excusarse. Louis de seguro le pegaría o le diría mil veces marica pero sin en cambio no lo hace. Y jamás imagino que lo besará como lo estaba haciendo en ese mismo momento.

¡Guarda silencio, Louis! ➡ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora