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Marzo de 1984. Los Ángeles, CA.

-Señorita isbell, lamento totalmlente que no podamos hacer más -el doctor que sostenía una hoja con nombres, miró con compasión a la chica.

-¿Cómo es posible que después de un año, aún no me pueda hacer el trasplante? -le cuestionó con bastante enojo.

-Lo siento. Usted sabe que es un proceso bastante largo, no hay suficientes donantes, la lista de espera es bastante extensa. Hago todo lo que está en mis manos -Le explicó en tono amable.

-Ya no puedo más - la mandíbula de Gwen comenzaba a temblar, sus ojos estaban enrojecidos, en cuestión de segundos, las lágrimas comenzaron a brotar.

Gwen se encontraba en su alcoba, con la mitad de su cuerpo cubierto con los edredones; se sentía totalmente impotente, lo único que podía hacer era aguardar a que el doctor Simmons le avisara sobre un donante.
Sabía cuando le dieron la noticia de que tenía Cardiopatía isquémica. tardarían en encontrar, pero, nunca pasó por su mente que sería tan prolongado el proceso.
Aún así, una parte de ella seguía sin perder las esperanzas.

Su madre tocó la puerta, llamando la atención de la chica.

-¿No me dirás qué pasó hoy? - inquirió su madre.

-Lo mismo de siempre. Aún nada.

La señora Isbell tomó asiento en la orilla de la cama de Gwen, ella movió sus piernas para que su madre pudiera posarse bien.

-Ay, cariño. Todo estará bien, ya verás - acarició la mejilla de la chica.

-Estoy harta.

-Lo sé, hija, pero ten fe. -le animó.

Gwen le dió una sonrisa falsa.

-¿Quieres que te suba fruta picada? -cuestionó su madre con energía.

-Claro, gracias, ma.

Le pequeña muchacha agarró un libro que tenía sobre su mesa de noche, comenzó a leerlo desde donde se encontraba su separador. Leer en ésos momentos de impotencia le daba suficiente tranquilidad.
No había alcanzado a leer más de sesenta páginas cuando su madre llamó a la puerta.
Sostenía una platón con un poco de fruta. Gwen sonrió plácidamente.
Detrás de la señora Isbell se encontraba el novio de Gwen, Spencer.

-¡Hey, linda! -Saludó con ánimos.

-¿Qué haces aquí? -cuestionó, con desconcierto.

-Los dejo, chicos -Dijo su madre, dejando el platón el el buró de su hija.

Ambos siguieron con su conversación.

-¿No puedo venir a visitar a mi novia? -Ironizó.

-Pues, como después de nuestra pelea hace una semana no me hablaste, no pensé que quisieras verme -Arqueó una ceja.

-Vamos, no te enojes.

-Bien. No tengo ánimos por ahora -contestó Gwen sin gesto alguno.

[•]

-Te amo tanto, Michael -soltó Danielle de la manera más sincera.

-También te amo. Como nadie ha amado a alguien.

Ambos estaban recostados en la cama de la chica; Duff sostuvo la mejilla de Danielle, por la mejilla de la chica yacía una pequeña lágrima.

-¿Qué ocurre, mi amor? -le preguntó su novio.

-Te extrañaré.

Al rubio se le hizo un nudo en la garganta, carraspeó y contuvo el llanto.

-No pienses en ello, siempre estaremos juntos. -Le otorgó media sonrisa.

-Michael... -llamó Danielle.

-Dime.

-¿Crees que sienta dolor?

Él hizo una pausa, le dolía el hecho de que Danielle todo el tiempo se cuestionar a acerca de cómo sería morir, casi todo el tiempo le hacía esa pregunta, él suponía que lo hacia para sentirse reconfortante.

-No, no creo que te duela, mi cielo -acarició el cabello de la chica.

Ella le sonrió ampliamente.

-Ya no quiero que pienses en ello, ¿Te parece si vamos a ver a Malory y a los chicos? Tal vez te haga sentir mejor.

Danielle pensó un instante. -Claro, vamos.

Cuando hubieron llegado, Duff se apresuró a abrirle la puerta de su automóvil a Danielle. La sostuvo del brazo.

Cuando Malory abrió la puerta y vió a su mejor amiga, sintió muchísima alegría, pues, Danielle no salía mucho, a menos que fuera con Michael.

-¡Dan! -Exclamó Malory, al abrazar a su amiga.

-¿Cómo estás? -le devolvió el gesto.

-Mejor, ahora que te veo.

Danielle pasó directo a la sala de estar, ahí se encontraban Slash y Steven.
Era el departamento de Malory, a sus 23 años, ella era una chica independiente. Sólo que, sus amigos estaban la mayoría del tiempo ahí, pues la chica les cocinaba,y a ella le encantaba la compañía de Slash, Steven, y cuando se podía de sus mejores amigos, Duff y Danielle.

-¿Qué pasa, alcornoque? -saludó Malory a Duff.

-No me digas alcornoque -sentenció el rubio para después abrazar con fuerza a su mejor amiga.

-¿Preparaste algo de comer? -cuestionó la pelirroja mientras sobaba su estómago.

-No. Pero, ahora mismo lo hago.

-Hasta que nós darás de comer -dijo Slash en tono irónico.

Malory se acercó a él y le golpeó la espalda reprendiéndole. -Diario los alimento, no se quejen.

-Pero si yo no dije nada -se defendió Steven.

Danielle rompió a carcajadas, le divertía ver como Malory regañaba a los demás.
Duff, sonrió al verla riéndose «Fué buena idea» pensó.

🚀💕🚀💕🚀💕🚀💕🚀💕
Una nueva creación. Espero que vaya siendo de su agrado.
Dedicada a la chica más bella del mundo Miranda_Zu. 💕
Se despide:
🍺Dufflash🐍

LOVE OF A LIFETIME.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora