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Junio de 1984. Los Ángeles, CA.

Narrado por Duff

Mi vida estaba completamente desmoronada; nadie se imagina el dolor tan grande que es ver a la chica que más ha amado en una caja.
Ella simplemente era todo para mí, cada momento con ella era lo más increíble del jodido mundo, cada palabra que ella solía decir, cada sonido que emitía cuando estaba feliz, triste, e incluso cuando estaba enojada.
Todo lo vivido con ella, ahora ya solo eran increíbles recuerdos.
La última semana, antes de que Dan falleciera, recuerdo que peleamos...

-Bien. Antes de que concluyamos con la cita de hoy -musitó el doctor, carraspeando antes de proseguir -, quería saber, señorita Carter ¿Quisiera donar sus órganos al momento de fallecer?

-No. -había contestado yo, enseguida.
Danielle me miró confusa.

-¿Por qué no?

-Por que no -determiné.

-Mire -intervino el doctor -, piénselo, y hágame saber su decisión mañana.
En cuanto salimos de aquel lugar, Danielle se notaba desconcertada.

-¿Qué te pasó allí dentro? -quiso saber.

-Pues, no quiero que saquen nada de , quiero que estés completa.

-Mi amor -sostuvo mi pómulo -, no lo veas así. Piensa que si dono mis órganos, ayudaré a personas que lo necesitan, para qué tenerlos, si no servirán de nada.

Yo guardé silencio, sabía que tenía razón, pero no, me negaba a aceptarlo.

-Pues yo no quiero.

-Michael, es que, ésa es mi decisión.

-Haz lo que quieras, entonces.

Y, a final de cuentas, si donó sus órganos. Me dolía, claro, pero creo que el que ella lo hiciera, le daba tranquilidad.

Todos vestíamos ropa colorida, pues, a petición de Danielle, así fué. Claramente dijo que no le gustaban los ambientes tristes, que no quería que las personas lloraran su muerte, era ésa luz que alumbraba la oscuridad de cualquier persona.
Cuando hubo terminado el entierro, todas las personas que se encontraban allí se marcharon.

-¿Viejo, no vienes? -me cuestionó Slash.

-Me quedaré un rato.

Mallory sostuvo mi hombro, me dió una media sonrisa intentando darme seguridad.
Hecho ésto, el único que permanecía frente a la tumba de Danielle era yo.

Él día no era como uno de ésos días sombríos, lluviosos, llenos de tristeza y melancolía, en cambio era un día totalmente despejado, con el sol irradiando energía; sin embargo, para mi, el ambiente si lo era.

Guardaba mis manos en mis bolsillos, con una postura suelta, dejándome mostrar débil, no habría por qué mostrarme fuerte, cuando no lo estaba. suspiré profundamente.

-Prometo -Dije mirando fijamente a la tumba -... que siempre recordaré cada momento contigo, que, siempre vivirás en mi memoria, que nunca amaré a nadie como yo te he amado a tí. Siempre seras mi único amor. Prometo que, en mi vida encontraré a alguien para reemplazarte.

Saqué una mano de mi bolsillo, para poder quitar de mi rostro ésa lágrima que se había escapado.
Así fué como un tumor cerebral acabó con lo que era mi todo.

Narrado por Gwen.

Mi madre me había preparado mi comida favorita, si, a mis 22 años aún seguía consintiéndome como cuando era pequeña.

-¿Jeffrey no piensa venir? -pregunté con tranquilidad.

-Me avisó que estaría en casa de Will -Levanté una ceja -. Mejor, dime: ¿Todo está bien entre tú y Spencer? - inquirió.

-Meh. Algo así -contesté lacónicamente.

-¿Cómo qué algo así?

-Pues...

Fuí interrumpida por el timbre del teléfono. Sin decir nada, me levanté de mi asiento en la mesa y atendí la llamada.

-Diga.

-Con la señorita Isbell -reconocí la voz, era el doctor Simmons.

-Al habla.

-Bueno, quería agendar una cita hoy mismo -explicó -. ¿Le parece bien a las cinco?

-¿Es grave, doctor? -hice caso omiso a su pregunta.

-Para nada. ¿Entonces?

-Claro, lo veo a las cinco.

El doctor se despidió, seguido colgué.

[•]

- Como le había dicho, el proceso para encontrar un donante es muy extenso -mi madre y yo asentimos -. Sin embargo, hoy tengo buenas noticias para usted. Estamos listos para hacerle una cita, para el trasplante que necesita.

Se dibujó una alargada sonrisa llena de satisfacción.

Suspiré con tanta tranquilidad, no cabía de la alegría. Nada en ése preciso momento me podía hacer más estúpidamente feliz.

-Muchas gracias, doctor, de verdad - mamá sostuvo la mano del Dr. Simmons con agradecimiento.

-No me agradezca. Primero tendremos que hacerle pruebas previas, para asegurarnos que todo salga bien -explicó -. Vaya a recepción, y necesito que entregue sus papeles, ya le explicaran.

-C-claro -asentí repetidamente.

En cuanto salimos del consultorio del Doctor, mi madre apretaba mi mano con bastante entusiasmo.

Nos dirigimos a recepción, yo cargaba los papeles.

-Me dijo el Doctor Simmons que debía entregarle los documentos -me dirigí a la chica que estaba de encargada.

Dejé la a un lado la carpeta, mientras nos explicaba qué teníamos que hacer.
Cuándo me extendió la mano para que se los diera, mi torpeza se hizo presente, cayeron al suelo todos mis documentos.
Me agaché de prisa recogiéndolos, observé unas manos ayudándome.

-Gracias -Dije sin mirar a quien me auxilió.

-No hay de que -Lo miré, me ofreció media sonrisa. Era un chico verdaderamente bello. Alto, delgado, cabello rubio, ojos, penetrantes color verde.

Le devolví el gesto y seguí con lo mio, tenía las mejillas completamente coloradas.

💕🚀💕🚀💕🚀💕🚀💕

Laura sad :'v
Gracias a quienes comienzan a leerla, ayúdenme a recomendarla xd :'v
Socia, disculpa que escriba ésto tan sad. Te amo ❤
Se despide la:
🍺Dufflash🐍

LOVE OF A LIFETIME.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora