Porque te quiero [Stiles Stilinski]

CAPÍTULO 02.

Tras terminar la jornada en el instituto, Emily salió en busca de su preciosa ducati, montó en ella y fue rumbo a su casa. Tendría que hablar con Braeden sobre Scott, por culpa de su prima ella se había obsesionado con el mundo sobrenatural. No tardó nada en llegar a su hogar y no se sorprendió en no ver a nadie allí. Tiró el bolso sobre el sofá y se dirigió a la cocina para preparar la cena. Emily cocinaba y Braeden traía el dinero a casa, era un trabajo en equipo. Mientras ojeaba que el arroz no se quemara tomó asiento sobre la isla de la cocina para revisar un reciente mensaje de Mason. El chico le había caído de maravilla y en cuanto le pidió su número no dudó en dárselo. 

Mason: 

¿Me acompañas a estudiar en la biblioteca? Liam ha tenido que irse :(

Emily le contestó que llegaría en un rato, no le venía mal hacer amigos y si eso suponía que tendría que mirar como Mason estudiaba, lo haría. Sacó carne congelada de la nevera y la colocó sobre una bandeja. Se aseguró de dejar todo apagado y tras coger el bolso salió de la casa. Sacó del garaje la moto y volvió a montar en ella, amaba manejarla. 

Esta vez le metió caña al ducati y llegó antes de lo esperado, aparcó y la dejó bien asegurada. Ya no quedaban muchos alumnos por los al rededores, se imaginaba que todos estarían felices de salir de aquel infierno al que llamaban instituto. Caminó por el pasillo con el casco en la mano y se dirigió hacía la biblioteca. Alzó las cejas al ver solo a Mason. 

—Hola—saludó ella, quería parecer simpática aunque no se le hacía muy difícil. Emily siempre a intentando tratar bien a todo el mundo. 

—Hola—le saludó de vuelta su nuevo amigo. Se sentó frente a él y dejó el casco y el bolso sobre la mesa—. Por eso te he dicho que vengas este lugar esta demasiado silencioso y puede llegar a ser aterrador—comentó con diversión. 

—La verdad es que sí, cuando caminaba por el pasillo me recordó a las típicas películas de terror—bromeó haciendo reír a Mason. 

—Nuestro anterior instituto no daba tanto miedo, aquí en cuanto toca el timbre todo el mundo desaparece. 

—Eso he observado. Por cierto que haces aquí el primer día a mi no me han mandado nada para estudiar.

—Tengo un profesor con ganas de suspender a todo el mundo y nos a mandado una redacción para el jueves—le explicó con cierto desprecio. Vaya, cualquiera odiaría que tu profesor ponga deberes el primer día de clases. 

Mason ni siquiera hizo los deberes con antelación se dedicaron a hacerse pregunta el uno a otro y parecían mas que entretenido que ni se dieron cuenta lo tarde que era. Quedaron en verse por la mañana del día siguiente y comer juntos por lo que queda de curso.

Emily salió del baño y caminó rumbo a la salida trasera del instituto. Se quedó de piedra al girar la primera esquina para bajar las escaleras, vio como Scott y la chica que había visto esa tarde con otro hombre que no conocía corrían en su dirección. Se preguntó de que huían y sus ojos marrones se dirigieron hacía una bestia enorme con una mascara extraña en el rostro en sus manos parecía que cargaba huesos afilados. Scott jadeó al verla sin parpadear, le agarró de la mano y la obligó a correr. Cuando se aseguró de dejarla un poco alejada se propuso a pelear. Vio que el hombre se dio la vuelta y desapareció. Emily se puso nerviosa cuando vio aparecer a otro mas y comenzó a pelear con la chica. 

Uno de esos monstruos tiró a lo lejos a Scott y Emily se quedó sin respiración al verlo transformado. Nunca había tenido el placer de ver a un alfa, solo conocía a un par de betas. El segundo le hizo una herida profunda en la pierna a la chica y la lanzó donde Scott. Emily se puso seria y lanzó puñetazos tal como le había enseñado Braeden. Comenzó a pelear con la mirada atenta de Scott y Malia. Su rostro se quedó helado cuando vio que no les hacía nada, de repente uno de ellos se acercó y le dio un golpe en la cara que la mandó muy lejos. Ella no era más que una humana y sus puños no podían con algo sobrenatural. Los tres se miraron y comenzaron a arrastrarse por el suelo. El gruñido que lanzaban esos seres asustaría a cualquiera. Giraron el rostro y vieron llegar a Kira con su espada para atacar a los monstruos. Les daba con la espada en el cuerpo una y otra vez, parecían invencibles.