Dos punto cero

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A decir verdad, siento que le perdí el gusto. Pero, no me refiero a amar, me refiero a escribir sobre lo que amo. Y no fue por ti, no.

Fue porque me di cuenta que la verdadera razón de mis escritos era desahogarme, dejar de sentir. Una vez que dejé de sentir, dejé de escribir, deje de lado esa parte de mí. O debería decir esa parte de ti. No sé. No siento ganas de seguir escribiendo, no aquí, no de esto. Quiero algo más. Porque definitivamente no siento igual.

No me siento más tú, ahora volví a ser yo. Es más, ahora soy más yo. Una nueva yo. Y me gusto, me gusto mucho. Me gusto más de lo que me gustabas.

Me doy la más cordial bienvenida, aunque sé que cambiaré otra vez, porque de eso se trata, del cambio. Qué aburrido sería si fuera yo, la misma yo, todo el tiempo.Estoy hecha para el cambio, para experimentar, para encontrarme. Y, considero, que soy un laberinto, uno interminable. Y, créanme que me fascina la idea de perderme,por un buen rato,buscándome.

Quién sabe, tal vez y te encuentro en el trayecto, no a ti, no al que eres. Al que fuiste, así puedo decirte adiós como se debe.

Aunque yo ya no sea yo y tú ya no seas tú.

Utopías de mi diario vivir. Where stories live. Discover now