La risa de Chenle resonó en toda la sala, haciendo que SeHun pusiera su dedo índice sobre sus labios. No podían hacer mucho ruido, no quería despertar a LuHan, pero debido a que él había hecho malabares con un plato para que no se cayera el piso, su hijo había explotado en risas. Eran alrededor de las siete de la mañana y se había sorprendido de que Chenle se hubiera parado con él para preparar la sorpresa que le tenían al mayor.
—Tu llevas esto y yo el pastel, Lele. —le indicó a su hijo, dándole un vaso de plástico lleno de leche que le ofrecerían a LuHan.
Era su aniversario. Doce meses juntos.
Normalmente, SeHun no era de las personas que festejaran de esa manera los aniversarios, pero las cosas habían cambiado desde cierto incidente. Esta vez, él junto con Chenle habían preparado un pastel un día antes para LuHan, adornándolo tan bien como podían. Además de que tenía algo preparado, algo que lo tenía sumamente nervioso, pero a la vez feliz. Festejarían en la seguridad de su casa con un pastel hecho por SeHun y Chenle, el cual era totalmente comestible.
—¿Está muy caliente? —preguntó.
—No, tibia. —Chenle negó. —Está bien.
Sin importar todo el tiempo que había pasado, a SeHun le era inevitable sonreír extensamente cada que oía a su hijo hablar.
—Bueno, vamos ya, recuerda no hacer ruido.
Y a pesar de que Chenle tenía sus escasos cinco años, gracias a todas las actividades que hacía con LuHan, se había vuelto un niño muy inteligente. No sólo era el cambio de que ahora hablaba más y se relacionaba con la gente, si no que entendía todo lo que SeHun decía sin segundas explicaciones. Estaba orgulloso hasta la medula.
Caminaron hasta la habitación donde estaba LuHan durmiendo plácidamente, su cabello rubio totalmente despeinado, la boca ligeramente abierta soltando algunos ronquidos leves, las cobijas enredadas en su cuerpo con una pierna al descubierto, y los brazos debajo de su cabeza, usándolos como almohada. LuHan no era la gran belleza cuando estaba dormido, pero por lo menos le sacaba unas cuantas risas a SeHun.
Debido a que él colchón estaba sobre el piso, SeHun tuvo que dejar el pastel en el mueble donde guardaba su ropa en los cajones y se puso sobre LuHan, gateando hasta quedar cara a cara. Volteó a ver a su hijo que los veía inexpresivo, con el vaso de leche en ambas manos.
—Chenle, cierra tus ojos y cuenta hasta quince. —sonrió, su hijo ladeo la cabeza. —Es un juego, cuando hayas terminado de contar, tienes que gritar "feliz doceavo mes", ¿te gusta la idea?
—Sí. —asintió energéticamente. —Hasta el quince.
Chenle cerró los ojos y entonces SeHun regresó su atención a LuHan que seguía roncando sin percatarse de lo que sucedía. SeHun había pensado en despertarlo con un beso en los labios, pero lo reconsidero, su boca estaba media abierta y no lo besaría hasta después de que se lavara sus dientes, eso estaba decidido.
Empezó a besar sus mejillas, luego su nariz, luego sus parpados. LuHan entonces frunció el ceño y empezó a removerse bajo su cuerpo, gimiendo en protesta, SeHun prosiguió con sus besos, besándole también debajo de su oreja y en la mandíbula.
—Si no me dejas dormir —LuHan empezó a hablar aun con los ojos cerrados, girándose para que SeHun no lo siguiera besando. —te juro que te daré una patada donde más te duele, SeHun.
¿Había olvidado mencionar lo tierno que era LuHan cuando recién despertaba? Sí, era todo un amor.
SeHun enarcó una ceja y rozó con su nariz el cuello de LuHan, olía a limpio y a cama, empezó a dejar unos cuantos besos ahí y cuando sintió como la pierna de LuHan se iba elevando, se sentó sobre sus muslos y rio nasalmente. Miró a Chenle por el rabillo del ojo, su hijo movía la boca silenciosamente contando, tenía que apresurarse.
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This is the reason why I love you {HunHan}
NouvellesSeHun es padre soltero desde hace cuatro años. La madre de su hijo murió después de dar a luz a su bebé quien fue sietemesino. SeHun llamó a su bebé Chenle, y poco tiempo después de su nacimiento los doctores detectaron un retraso de diez meses en s...