LXXXVIII

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"Cantábamos a todo volumen, en momentos como ese se ignoraban los prejuicios del otro. Un momento en  donde uno sabía el estado anímico del otro; era permitido ser vulnerable por tres o cuatro minutos de música. Cantar como rotos o recitar como cursis enamorados. Donde como hermanos podíamos sentir un mismo sentimiento, un mismo lazo, un mismo latir".

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"Escribir lo que siento es la única forma que encuentro de masturbar el corazón".

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"Me canse de discutir con un monstruo al que yo mismo había creado y dado por nombre: Orgullo".

Ojos De Un EscritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora