Mi cabeza daba vueltas sin parar sentía que me quería reventar, solo tomaba las sabanas y apretaba mis puños con fuerza, de nuevo sentía como si alguien me observará mi corazón se aceleró, mi respiración se cortaba era un gran sentimiento de asfixia, no podía abrir mis ojos pero aun así en mi mente veía una silueta de color negro como las sombras con una enorme sonrisa que recorría su rostro de extremó a extremó en forma de luna menguante, mientras más sentía que se acercaba mas trabajo me costaba moverme y respirar, pero algo era seguro no podía evitar que "eso" se acercara tanto como quisiese era imposible, extendió su mano y cando estaba apunto de tocarme desperté.
Inmediatamente sujete el brazo de lo que sea que estaba a punto de tocarme, enorme fue mi sorpresa al descubrir que aquello que quería tocarme era nada mas y nada menos que Bianca.
Asustada soltó un grito, le sorprendió bastante que me despertara tan derrepente pero estaba tan confundida no parecía tener intenciones de hacerme daño, antes de que pudiera decir una sola palabra comencé a vomitar, era tanto el estrés en lo cuerpo que ya no podía mas, Bianca al ver mi condición corrió rápido en busca de ayuda y a los pocos minutos llego con Bill quien apenas había terminado de recoger los vidrios.
Pusieron un balde para que yo pudiera vomitar tranquilo y Bill dijo.
-Mira que desastre, salpico todo el piso, voy a ir por algo para limpiar y por la enfermera- corrió rápidamente y salió de la habitación sin que Bianca pudiera decir una palabra.
Cuando pude tranquilizarme alce la mirada y con mucho esfuerzo mire directamente sus ojos los cuales estaban llenos de lágrimas de preocupación.
-¿Porque estas aquí?- dije intentando controlar mi respiración y algo fatigado.
-Estaba caminado cuando encontré a Bill en el baño levantando vidrios, le pregunte lo que había sucedido me dijo que te encontrabas en mal- con lágrimas en los ojos ella me contaba como se había enterado.
-¿Y que si estaba mal?, ¿acaso ya no querías saber nada de mi?- mi corazón se retorció mientras yo le reprochaba realmente me hacia feliz de saber que se preocupaba por mi pero parte de mi seguía dolida por todo lo que me había dicho.
-Se lo que dije pero ¿Cómo quieres que te ignore si cada que te encuentro estas peor que antes?- me miraba con enojo pero al mismo tiempo tomaba mis manos con una gentileza que casi hacia que me olvidara de todo.
Pero entonces reaccione ese sentimiento que me acecha podría provenir de ella, mis dudas comenzaron a nacer y a molestar me no quería creer que ella fuese alguien que quisiera lastimarme.
-Estoy bien regresa a tu clase te prometo que a la salida hablaremos de esto con calma- dije de forma serena fuese o no cierto que ella estaba preocupada por mi tenia que seguirle la corriente para evitar que sospechara algo.
-Si esta bien, te estaré esperando junto a la entrada- dijo mientras frotaba sus ojos para limpiarse las lágrimas y me miraba con amabilidad y ternura.
A los pocos minutos llego la enfermera y Bill con una cubeta con agua y un trapeador, Bianca se despidió de mi y se fue, su semblante parecía mas calmado no sabia si alegrarme o no por eso, sea cual sea la repuesta a todas las cosas extrañas que habían estado pasando sabia que algo era claro tenia que ver con ella.
Pase la mayor parte de día acostado en la enfermería pensando en que podría decirle, como comenzar la conversación, que quería de mi realmente, las dudas llenaban de miedo mi corazón solo suplicaba internamente que todo fuese un mal entendido, pero eran ya muchas coincidencias y esa extraña presencia cada ves se acercaba mas a mi no podría soportarla mas tiempo, es claro lo que quiere pero yo no le dejare matar tan fácilmente este juego apenas esta comenzando y si sangre es lo que quiere sangre le daré.
A minutos de la hora de salida me levante y busque entre los cajones para mi sorpresa encontré unas tijeras con bastante filo casi nuevas y extremadamente peligrosas, sin pensarlo dos veces las metí en mis bolsillos y me dispuse a encontrarme con Bianca.
Mientras caminaba sentía como si los pasillos se alargaran parecía eterno el camino estaba demasiado nervioso no dejaba de sudar poco a poco me acerque a la salida.
Cuando llegue me coloque al lado de la puerta todos los alumnos estaban saliendo ya quería encontrarla lo mas pronto posible y acabar con esto de una ves pero ella no aparecía por ningún lado.
-Bill... ¿No viste si Bianca ya salió?- le pregunte ya que al ser encargado de la puerta era lógico que si alguien la hubiese visto salir sería el.
-Me dijo que te diera esto- decía mientas de su bolsillo sacaba una nota de papel.
La tome y de inmediato la leí, decía que quería verme en el cubículo de calculo, al leer esto mis dudas estaban mas que contestadas ella quería matarme, apreté los puños con toda mi fuerza y camine directo al cubículo era hora de que yo le pusiera fin a esto.
Cuando me encontré en frente de la puerta me detuve un momento tome aire lo mas que pude me arme de valor y con lágrimas en los ojos tome el picaporte de la puerta y entre... Pero lo que había dentro rápidamente me estremeció.
Bianca estaba amarrada con cuerdas en la pared como si se tratara de una crucifixión, amordazada y con la ropa desgarrada parecía estar inconsciente, rápidamente corrí para ayudarla pero antes de que pudiera ponerle una mano encima una risa demoniaca hacia eco en toda la sala, era la risa de un completo lunático, volteé mi cabeza lentamente, era Bill quien estaba justo en la puerta con la misma sonrisa perturbadora que me perseguía, no cabía duda había sido engañado y conducido a una trampa.
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Los 7 heraldos de la muerte
Teen FictionTodos le tememos a la pérdida, la muerte tarde o temprano alcanzará a todos nuestros seres queridos y con el tiempo a nosotros, pero... ¿que pasaría si pudiéramos enfrentar a la muerte?, ¿cuál es el secreto de aquellos que portan el manto? y ¿que se...