Capítulo 2

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Matthew no fue capaz de quedarse con la duda y avanzar, fue directo a enfrentar el problema de raíz.

-¿¡Qué demonios le estás haciendo!?

Por un momento olvido que ella era una dama, y más importante su hermana, si no hubiese sido por la presencia de su novia le hubiese plantado sin pavor un brutal golpe en la cara.

-¡Ni se te ocurra volver a tocarla!- Matthew se sacó la polera y se la pasó a _______ para que se cubriera- Vámonos.

Con la mirada perdida llevó a ­­­­_______ a su cuarto, todavía seguía pasmado ante tal escena tan repugnante. Jamás lo imagino, mucho menos de parte de su propia hermana, eso hacía aún más atroz aquel sucio plan.

-¿Qué paso?- Sujetó delicadamente su cabeza con ambas manos.

-No sé- Las lágrimas salieron por sus ojos- Entramos a su cuarto y comenzó a besarme, me tiró a la cama y me saco la ropa.

-Calma princesa- La sentó en la cama.

La rabia desapareció al verla tan vulnerable, le ocasionaba ternura pero a la vez deseo... Se veía jodidamente sexy estando solamente con ropa interior y con su polera encima. Definitivamente este era uno de esos momentos en los que deseaba tomar esa maldita cruz de pureza y tirarla por la ventana, aunque claro, no podía... Promesas son promesas.

-No puedo creer que me haya usado de venganza.

-¿De venganza?

-Sí Matt, hace un par de meses me dijo que haría lo que fuera por hacerte lo que tú le hiciste a ella con Taylor.

-¿Qué cosa?- El pobre rubio no entendía nada.

-Taylor la dejo por ti, se juntaba tanto contigo que no le quedaba tiempo para ella.

Matthew al fin comprendió las intenciones ocultas de su hermana, no es que su preferencia sexual se estuviese desviando, más bien quería hacer justicia, justicia de la mala pero al fin y al cabo justicia... buscaba que _______ lo dejara por ella, como al igual su ex novio lo había hecho hace cuatro meses atrás.

-¿Esperaba que te volvieras lesbiana o algo así?

-Tal vez, o quizá tan solo buscaba que tú nos viera y...- La chica rompió en llanto.

-No llores hermosa, no puedo ver a una chica llorar y mucho menos a ti.

-Me siento sucia Matt, que dirían mis padres si me vieran.

-Dirían que Amanda es una zorra pecadora- Rió por lo último- Tu no querías eso- Acarició su cabello.

-Aún me siento sucia, todavía siento sus manos en mi cuerpo.

-No pasa nada, no te volverá a tocar jamás- Llevó la cabeza de ella a su pecho desnudo- Lo prometo.

-Matt- Se separó- Tócame- Llevó la mano del chico a su muslo.

-Normalmente no me negaría pero...

-Solo tócame, cambia las marcas de sus manos por las tuyas.

-¿Eso quieres?- Acarició su pierna con el dedo índice.

-Sí.

Matthew no podía negarse ante tal propuesta, al contrario se odiaría a si mismo si no lo hiciese pero antes debía asegurarse de no ser descubierto. Corrió a la puerta y mirando hacia ambos lados del extenso corredor cerró la puerta con seguro para después lanzarse con cuidado sobre su novia. Ella se recostó en la cama y abrió sus piernas para mayor comodidad.

-Te amo- Murmuró Matthew en su cuello mientras acariciaba con una mano cada una de sus piernas.

-Yo también bebé.

Esta vez ella rodeó con sus piernas la cintura de su novio en cuanto él metía las manos por debajo de la polera de ella. El rubio se cansó del mismo panorama y quiso ver algo nuevo, con cuidado estiro los brazos de la chica hacia la dirección de su cabeza y de a poco pudo ver como al levantar la polera más piel se exponía ante sus curiosas manos.

-¿Te he dicho que eres perfecta?- Comentó él con la vista fija en su sujetador verde.

-No me mires así- Se cubrió la cara.

-No te sonrojes- Rió de manera ligera, quitando las manos de su rostro.

-Contigo me es imposible, siempre encuentras la manera de ponerme roja como un tomate.

-Te ves linda así- Besó apaciblemente los labios de ella. Qué bien para ________ ya que con el comentario anterior se había vuelto a ruborizar.

________ deslizó sus manos por el abdomen del rubio y se detuvo al llegar al cierre de sus pantalones. Matthew ante tal estimulación se separó de los labios de esta, echó hacia atrás la cabeza y la miró fijamente.

-No tienes por qué pedir permiso amor.

Dicho eso la muchacha juntó de vuelta sus labios con los de él y con ambas manos desabrocho sin problemas los pantalones del chico. Matthew llevó los besos a su cuello, había algo en el cuello de ella que le encantaba, no sabía si era su forma, textura, calor o todas estas juntas pero si estaba seguro que a sus labios tanto como a él lo volvía loco. ________ se comenzó a sentir oprimida, ella también quería divertirse y tener el poder de la situación.

Luego de unos segundos de pensarlo le dio vida a sus pensamientos en cuanto giró a Matthew dejándolo por debajo de ella. Exasperada por darle placer a su novio llevo sus labios al cuello de este dejándole unas cuantas marcas que de seguro tardarían varios días en desaparecer por completo. No complacida con sus acciones decidió ir más allá de los límites que se encontraban implícitamente establecidos, bajó su mano y con ella comenzó a acariciar el ya erecto miembro de su novio por sobre la tela de los bóxers.

El muchacho comenzó a dar pronunciados jadeos dependientes de la intensidad y continuidad de los movimientos de la mano de esta, sencillamente nunca habían llegado tan lejos... aunque claro ella un par de veces había rosado su parte íntima por encima del pantalón al igual que él lo había hecho un par de veces con ella pero jamás se habían tocado aquellas partes tan directamente. La chica estaba decidida en pagarle todo su amor como nunca lo había hecho, en el momento en que su mente le dio la acción a su mano de introducirse dentro de sus bóxers algo tuvo que interrumpir... la cerradura de la puerta comenzaba a ser forjada.

-Demonios- Matthew levantó a la chica de encima de él y con los pantalones a la altura de las rodillas corrió lo más rápido que pudo a la puerta- Mamá- Asomó tan solo la cabeza.

-¿Qué te he dicho acerca de tener la puerta cerrada? En esta casa no tenemos secretos- Intentó abrirla.

-Es que mamá... Estoy desnudo.

-¿Por qué estás desnudo?

-Quería arreglarme para la cena- Su madre sonrió con ternura.

-Eres tan tierno bebé- Apretó sus mejillas- Todo por qué _______ está aquí- Matthew asintió- Está bien, te dejó que te cambies pero la cena ya está lista. Iré a avisarle a _______.

-¡No!

-¿Por qué no?

-Está en el baño- En ese momento apareció Amanda.

-¿Amor, _______ está en el baño?

-No- Miró maliciosamente a su hermano.

-¿Dónde está entonces?

-Yo la vi entrar a la pieza de Matthew- Al rubio se le cayeron los pantalones al oír eso.

-¿Cómo es eso?- La mujer miró a su hijo en busca de una respuesta sensata.

-No está aquí- Miró a su hermana- La vi entrar al baño.

-No es cierto- Negó la rubia- ¿Por qué no entras a su cuarto y te sacas la duda?

-¡No!- gritó Matthew

-Córrete hijo- Hizo fuerza para pasar- Vamos Matthew, déjame entrar- Hizo más fuerza hasta que al fin pudo abrir la puerta.

Mi Dulce Tentación.- Matthew Espinosa✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora