"Dejen de lastimarme"

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Me encontraba en un campo, el maizal se movía al compas del suave viento. Estaba soleado, pájaros cantaban alegremente, camine hacia adelante tranquilamente, sonreía, estaba feliz por alguna razón desconocida, me sentía tan completa en este lugar, como si, por alguna razón, los problemas que atormentaban mi mente ya no existieran.
Seguí caminando, y a lo lejos vi a una mujer, cabello largo de color negro, su piel tan pálida... Mama.
Comencé a correr lo mas que pude hacia ella, pero se alejaba cada vez mas.
"Espera! No te vayas!" grite pero se seguía alejando, de repente el cielo comenzó a tornarse oscuro, rayos y relámpagos se hacían presentes, no fue mucho para que empezara a llover. 
Mi madre se dio vuelta, me miro, trate de acercarme una vez más, pero se alejo nuevamente.
"Recuerda que te amo, y siempre te amare" dijo tan suavemente que fue como si me lo estuviera susurrando al oído.
"Te amo mama, por favor vuelve" las lagrimas rodaban por mis mejillas sin parar.
"Se fuerte" dijo y se desvaneció junto con el viento.
Desperté sobresaltada, estaba empapada en sudor.
Fue un sueño, me dije a mi misma.
Mire la hora, 4:08 de la madrugada, me levante y me dirigí al baño a lavarme la cara.
Salí y volví a recostarme, intentaba conciliar el sueño pero se me hacía imposible.
Imágenes del sueño se presentaban en mi mente, mi madre, sus palabras, ella desapareciendo.
Me coloque de costado mirando hacia la ventana, mire el cielo, tan tranquilo y hermoso.
"Te extraño madre, no sabes cuánto te necesito" susurre cerrando los ojos y dejando escapar unas cuantas lagrimas.
Luego de varios intentos caí en un profundo sueño.

Desperté, mire el reloj, 11:23, algo tarde, me levante y fui a la cocina, tome un vaso de agua, me dirigí al baño, lave mis dientes y luego tome un baño.
Salí envuelta en una toalla, estaba por buscar mi ropa cuando cruce por el espejo, me detuve mirando hacia el frente, una parte de mi decía que deje de atormentarme, que siga de largo, pero otra parte de mi decía que mirara lo que era ahora, que me avergonzara, como todos lo hacen...
Me mire en el espejo, todos los insultos, las humillaciones que sufrí se hicieron presentes en mi mente. 
"Eres una estúpida"
"Rara"
"Obesa"
"Nadie te quiere"
"Porque sigues viva? Muérete"
Lagrimas resalaban por mis mejillas, fui corriendo al baño, tome mi bolsa de maquillaje, que nunca uso, la abrí y saque la pequeña navaja.
La mire por unos segundos, mis lagrimas seguían y pequeños sollozos salían de mi boca.
Dirigí la navaja a mi muñeca e hice presión dejando una perfecta línea horizontal, segundos después las pequeñas gotas de sangre fueron resbalando por mi mano y cayendo al suelo, volví a hacerlo.
Una.
Dos.
Tres.
Me deslice en la fría pared hasta caer al suelo, ya nada podía parar las lagrimas, cada vez se hacía más doloroso, ya no lo soportaba.
Como pude me pare, prendí el grifo y deje que el agua limpiara mis muñecas, ardía, mucho, pero mas era el dolor en mi corazón.
Limpie las heridas con papel y lo tire en el cesto.
Salí del baño, fui al armario saque un buzo largo, un pantalón blanco y mis vans, deje que mi cabello se secara naturalmente luego lo peine y me quedaron unas ondas en las puntas.
Baje al living, habían unas cuantas botellas de cerveza.
"Papa" susurre negando con la cabeza. Levante cada una y las arroje al tacho de basura.

Me dirigí al patio delantero, el día estaba hermoso, con un leve viento caliente.
Estaba pensando en que haría hoy, tal vez iría al parque a escribir, o podría quedarme en casa a tocar la guitarra... No iba a quedarme en casa, iría al parque.
Me dirigí adentro, tome un cuaderno y un lápiz, lo metí dentro de una pequeña mochila, le escribí una pequeña nota a mi padre.
"Vuelvo antes de las 5" la deje arriba de la mesada y salí.

Llegue al parque, habían unas cuantas personas, niños jugando en los columpios, unas cuantas parejas, y una en especial que llamo mi atención.
Era una pareja de adultos, se encontraban sentados en el césped, se podía notar el amor entre ellos, tan solo con mirarlos.

Me dirigí bastante lejos de las personas, me senté en el césped, saque mi cuaderno y mi lápiz. 
Este parque siempre me daba inspiración, alegría y tristeza al mismo tiempo por no poder compartirlo con alguien que fuera lo suficientemente especial para mi.
Abrí el cuaderno, la mayoría de las hojas estaban escritas con canciones sin completar que hago yo misma cuando estoy aburrida.

"Help Me"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora