Dos semanas después me encontraba saliendo del hospital, el Doctor me dijo que ya estaba mejor y que podía volver a casa, con mi familia.
Familia.
Eso era lo que le faltaba a mi vida.
Ahora que mi padre no estaba me sentía mucho más sola que antes.
Qué haría con mi vida de ahora en adelante? Dónde viviría?
Tendría que trabajar... estaba frustrada por todo lo ocurrido.
Sebastian me estaba ayudando a bajar del taxi que nos llevó hasta mi casa.
"Ten cuidado" dijo colocando su brazo alrededor de mi cadera.
Saque la llave de mi bolso y abrí la puerta.
Vacía, así se sentía la casa, al igual que yo.
Sebastian me guió hasta el sillón y me ayudó a sentarme en el, podía hacer cualquier cosa por mi cuenta, pero él no quería que me lastimara
"Necesitas que haga algo? Tienes hambre? Sed?" me encantaba cuando se preocupaba por mi, pero debía irse, estuvo mucho tiempo conmigo, más del que debería.
"Estoy bien, deberías volver con tu hermana, y a tu casa" le dije con una sonrisa.
"Esque no quiero dejarte sola. Y si te lastimas?" dijo más preocupado.
"Oh no no no, me quedaré aquí" se sento junto a mi y se cruzó de brazos.
Reí ante su reacción.
"Voy a estar bien, ahora levantate y vete" le dije parandome sin ninguna dificultad.
"Bien, pero volveré luego" lo acompañe hasta la puerta, el abrió y se dio vuelta para verme.
"Adiós" se acercó a mi y me beso.
Sonreí en medio del beso, rogaba por que nunca acabara.
Unos segundos después se separó.
"Nos vemos luego" se dio vuelta y se fue.
Subí las escaleras hasta toparme con la puerta de la habitación de mi papa.
Ya no iba a volver a verlo, ya no iba a ver sus sonrisas, su vos; tan dulce y suave, lo iba a extrañar demasiado.
Fui a mi habitación y me recoste, miraba hacia el techo pensando.
Si papa está ahí contigo, cuidalo mucho por favor, y dile que lo amo.
Susurre en voz baja y me quede dormida.
*
*Ring Ring*
Desperté por el sonido del despertador vi la hora, 7:20, había olvidado apagarla, el doctor me dijo que no podía volver al colegio hasta que me recuperara.
Me levante y una pequeña, pero dolorosa, punzada atravesó mi pecho.
Respire muy profundo y segundos después el dolor desapareció.
Con un poco de dificultad logré pararme, debía tomar la pastilla que me recomendó el doctor para calmar un poco el dolor, ya que mis costillas no estaban del todo sanas.
Baje las escaleras, tome mi bolso del sillon y busque la tableta dónde se encontraban estas.
Las encontré y las tome, detras había un papel, decía "Banco Nacional, Robert Jackson" y su número debajo.
Tome la pastilla y luego de eso marque el número.
"Hola" dijo una voz bastante formal del otro lado de la línea.
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"Help Me"
Random"Después de la tormenta siempre sale el Sol" Tenia esa frase escrita en su cuaderno. Esa frase le recordaba que en algun momento iba a dejar de sufrir, de llorar por las noches, que ya no tendria que lastimarse a si misma por sus problemas... o eso...