angel | j.jaehyun (PAUSADA)

-uno.

Lo más bello de este mundo es: dormir. Todo mundo ama dormir, y lo que más oida la gente es que los despierten de su sueño de belleza. ¿No es así?

—Su alteza. —lo llamó pero no obtuvo respuesta.— Príncipe heredero. —al ser la segunda vez que lo llamaba pero con un tono de voz más alto, logró despertarlo.— Tiene que despertar.

—No quiero. —respondió el menor de la realeza.

—¿Aún no despierta? —habló el eunuco del príncipe quien entraba al cuarto con la ropa del príncipe.

—No, ayer le dije que no se durmiera tarde pero no me hizo caso. —se quejó ella.

—Sigo sin poder creer que el Rey te colocó como la espadachín del príncipe. —soltó una risa en burla— Creí que te pondría a proteger a la Reina.

—Yo también pero dijeron que según él me había pedido a su lado. —dijo con voz baja pero el intento fallido ya que el sucesor del Rey levantó como rayo.

—Ya desperté, pueden dejar de hablar de mi como si no estuviera. —dijo el Príncipe.

Ambos rieron mientras el príncipe se levantaba para poder vestirse, después de que las damas de la cortes lo vistieran, se dirigía hacía el cuarto de su madre, la Reina.

—Puedes anunciarme. —dijo el príncipe a la dama de la corte de la Reina.

—ella hizo una leve inclinación y dijo— Su majestad, el príncipe heredero está aquí.

—Déjalo pasar. —se escuchó dentro de la habitación.

—Buenos días, madre. — saludó el príncipe a la reina al entrar a la habitación. Su espadachín iba detrás de él.

—Buenos días, príncipe. —le respondió el saludo y volteó a ver al acompañante del príncipe— ¿Cómo amaneciste, Seol? — le preguntó a la muchacha.

—Me encuentro bien, su majestad. —le respondió ella con una leve sonrisa.

—¿Tenías algo que hablar conmigo, madre? — preguntó el príncipe para después tomar un sorbo del té.

—Así es. El rey y yo decidimos poner fecha para la elección de la princesa heredera.

narra seol.-

Abrí más los ojos de la sorpresa por la noticia que la reina había dicho, mi mirada se dirigió al príncipe quien no parecía estar muy feliz por la noticia, observé que tenía las manos hechas puño, estaba enojado.

—Su majestad, creí que habían dejado este tema en paz. —hablé— ¿Por qué retomaron ese tema?

—Debido a que el príncipe ya está en edad de casarse y porque ya tenemos a la persona indicada para él.

—Entonces... — habló el príncipe— ¿Para que hacen la elección si ya tienen a la chica?

—Tienes razón, mañana mismo la conocerás. —sonrió la reina.

Una vez que salimos del cuarto de la reina, el príncipe caminaba mientras yo iba detrás de él. Se detuvo de manera inesperada por suerte no choqué con él. Soltó un suspiro y me volteó a ver.

—¿Estarás en la selección de la princesa? —su tono de voz era bajo.

Yo soy hija del ministro de finanzas. Así tenía que estar ahí pero no me habían dicho nada, aún.

—No lo sé. — respondí.

—Tienes que estar en ella.

—¿Porqué?