No todo era felicidad en la vida de Shintaro, la popularidad de Super Red Man iba en aumento así como el tiempo que permanecía en la calle salvando a esos pobres infelices de sus mundanos problemas. Era cansado y molesto a veces, pero valía la pena cuando se sentaba en su casa a observar las decenas de comentarios alabando su otra identidad, en foros donde sólo los raritos entraban.
Tener un reducido pero poderoso grupos de fans, que relataba hazañas que no recordaba haber hecho e idolatraban su persona, era muy bueno para su ego...
Sin embargo, los héroes también debían educarse, por lo que cada día era obligado a asistir a aquel aburrido sitio sin gracia en que intentaban enseñarle obviedades que él por supuesto no necesitaba.
No era una sorpresa para nadie de su curso, encontrarlo observando desinteresadamente una calificación perfecta en algún examen que acabaran de entregar... Tampoco lo era escuchar los lamentos patéticos de la chica que se sentaba a su lado.
—¡De nuevo sacaste un cien!— exclamó la ruidosa chica —¿Cómo lo haces? Nunca fallas, debes ser un genio o algo así...
La miró de reojo, con su mejor expresión de aburrimiento, incluso bostezó alevosamente frente a ella, pero ella seguía esperando por su respuesta aún sonriente, así que no le quedó otra opción más que hablar —No soy un genio, tú eres estúpida.
—¿Ehh...?— preguntó ella con su sonrisa amainando un poco, creyó que el milagro había sucedido y finalmente esa tonta entendería que estaba siendo una molestia, pero no... La sonrisa en el rostro de la chica volvió a iluminarse —Creo que tienes razón, me hace falta más estudio... ¡¿Te gustaría ayudarme un rato después de clases?!
—¿Yo...?— preguntó señalándose a sí mismo, ella asintió —Ni en un millón de años— se negó.
—Pero...
—He dicho que no— declaró descorazonadamente en el momento en que la campana de salida sonó, y aquello fue perfecto, antes que ella alcanzara a replicar algo, él estaba saliendo del salón.
Llegó a su casa y como cada atareado día... Se echó en su cama a descansar, la vida de un súper héroe era tan dura... Y tan sedienta... Aquello le recordó la cocacola que compró a la hora del receso, la misma que no pudo beber y guardó en su...
—¡Mierda!— exclamó incorporándose horrorizado —¡Salí tan rápido que olvidé mis cosas en la escuela!
Podía vivir sin sus útiles escolares, sin esos apuntes que recordaba de memoria, sin las llaves de su casa o su celular...
¡Pero su preciada cocacola estaba ahí! ¡Debía regresar por ella!
Así que sin darle vueltas al asunto, se colocó el jersey rojo y salió de su casa de nuevo hacia la escuela. Por fortuna vivía a unas escasas tres cuadras de distancia, así que no tardó más que unos cuarenta minutos en llegar, así de rápido era.
Al llegar a su salón, se encontró con esa chica, Tateyama.
Estaba sentada en su pupitre, con ambas manos en su cabeza, preguntando en voz alta un sentido: "¡¿Por qué soy tan tonta?!"
Rió internamente, era tan tonta que ni siquiera sería capaz de encontrar una respuesta a aquello... Sin embargo su buen humor se esfumó en el momento en que recordó que sus pertenencias estaban secuestradas en ese salón... Entrar sería un suicidio, esa chica era capaz de no dejarle salir hasta que la ayudara a resolver el primer ejercicio de matemática...
Y él no tenía planes de pasar lo que quedaba de ese siglo encerrado en un salón de clase escuchándola berrear...
Entonces observó como ella dejó caer el lápiz y se largó a llorar sobre su escritorio, no podía entenderlo, sólo eran unas operaciones de repaso del año anterior, cualquier idiota podría con ellas...
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Super Red Man
FanficShintaro, un excéntrico millonario, (si con excéntrico nos referimos a malhumorado, y con millonario a tener una casa y tres comidas al día) decide adoptar una nueva identidad y hacer justicia con sus propias manos. Disclaimer: Los personajes no me...