Cada vida es maravillosa, la historia de cada persona es única y nadie es perfecto, cometemos errores y nadie es la excepción pero no cualquiera sabe repararlos, no todos luchan como lo hiciste y sobre todo es muy raro que alguien mantenga ese brillo en los ojos, la sonrisa en las adversidades.
Caíste y te levantaste, te enfermaste y por obra de Dios te recuperaste, pensaste en tu familia hasta el último momento, dejaste amor, dejaste las cosas listas sin saber, dejaste lecciones de vida, tu sello en cada lugar, la semilla de cómo hay que hacer las cosas, cómo divertirse con lo más sencillo, la paciencia que nos falta.
No niego que al principio me pregunté el porqué de todo, renegué mil veces y no podía creerlo, pero ahora... ahora doy gracias a Dios por la manera en que pasaron las cosas, porque no sufriste y si te quedabas lo harías, gracias por la oportunidad de haberte conocido y convivir contigo, por abrazarte el día de mi cumpleaños mientras llorabas al ver mi foto con mi vestido de quinceañera.
Te extraño y confieso que me costó tanto llegar a tu casa, ver tus cosas y saber que no estás ahí, a veces quisiera volver a la vez que estabas en el hospital y yo en casa, mientras lloraba escuché una camioneta estacionarse me asomé por la ventana y eras tú, ese sentimiento se quedó aquí encerrado porque era una combinación intensa de felicidad y preocupación que terminó cuando escuché tu risa de nuevo.
Ya ningún domingo y ninguna celebración es la misma, no puedo ver fuegos artificiales sin recordarte pero sé que estás tranquilo y tu voz aún se escucha entre nosotros. Nos veremos de nuevo. Gracias, te amo.
A memoria de la primer persona que tuvo que partir, mi abuelo Manuel Rivera, gracias Dios por todo.
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Después de todo
RomanceCuando todo es leer, escribir, estudiar, empiezas a volar en tu mente, creas historias más allá de la realidad. ¿Realmente es bueno?. Llenas todo de expectativas, la vida, la familia, el amor, pero... ¿qué pasa cuando te aventuras al mundo real y no...